Ante las elecciones la Presión Fiscal puede ser considerada como uno de los más importantes problemas a ser enfrentados por el gobierno que saldrá electo.

Por sus implicaciones ante todos los desafíos del país, no pocos lo calificarían hoy como el principal problema del Estado. No hay que ilusionarse con la economía en su proyección para los próximos años, ni creer que el país sea invulnerable ante  el hecho de que de 22 naciones de la región somos  sólo una de dos que quedan fuera de la principal caída del crecimiento económico de los últimos 70 años. No existe tal magia, somos terrícolas sujetos a los riesgos propios de cualquier economía del planeta.

Más allá  de  otra consideración hay que entender que EL GOBIERNO cualquiera que sea el partido, bloque de partidos, colores o banderas NECESITA MÁS DINERO del que administra. No sólo para impulsar transformaciones pendientes que han de incidir hacia una sociedad con mayor justicia social, sino que hasta las deudas que se han contraído, que se presentan en el horizonte con reales riesgos de impagos futuros, sólo se puede revertir ese nivel de endeudamiento con más dinero para el Gobierno.

Las cifras en el plano internacional y nacional hablan  por sí solas. Mucho que se mencionan a los países escandinavos como modelos de equidad y bienestar social, ocupando los más altos lugares del mundo en áreas cruciales del desarrollo; pero hay que decir que mientras en  esos países los ingresos del Gobierno se encuentran entre el 40% y hasta el 60% del Producto Interno Bruto -PIB- y que países en América Latina como Brasil, Argentina y Uruguay sus ingresos están entre 32% y 27% del PIB  en la República Dominicana no se supera un 14.2% como ingreso del Gobierno.

Desde la promulgación de la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo hace  8 años, se dispuso en el artículo 33  el  Pacto Fiscal con el propósito de darle efectiva solución a uno de los más trascendentales  problemas de la República Dominicana, y que para el 2020 se proyectaba un 19% del PIB de Presión Fiscal.

Con el actual 14.2% sólo los servicios del pago de la deuda y educación  concentran el 10 % del PIB y si se agregara,   por justo, necesario y ya imprescindible al menos el  4% del PIB  para la salud, no quedaría  nada para lo demás -sólo con más endeudamiento- y son muchas e ineludibles las necesidades adicionales.

El Gobierno -no importa  quien – no dispondrá  de recursos suficientes para impulsar el desarrollo nacional.

¿Qué hacer?  ¿Qué dicen los candidatos?