Para comenzar, a lo mejor convendría  en vez de responder la pregunta, replantearla. Pues más que camino despejado, lo que se necesita es la garantía del apropiado final del camino. 

Al momento no se avizoran problemas. Y para el mejor final del recorrido lo que más le conviene al país en cuanto al  proceso electoral es una definición en primera vuelta, es decir el 5 de julio y para lo cual el candidato ganador debería obtener al menos el 50% de los votos más uno. En cuanto a un escenario de segunda vuelta con solo 23 días de diferencia habría que confirmar si sería posible o si está prevista una segunda jornada para  el voto en el exterior. En el territorio nacional habría que considerar cuál sería el impacto de los contagios y sus secuelas en esos momentos tomando en cuenta que por lo menos a la fecha no se aplana aún la curva, todo lo contrario sigue en ascenso. En cualquier caso la decisión se ha tomado y la mayoría de la  población está dispuesta a participar en las elecciones.

Pero dado, como se ha dicho, que camino despejado no necesariamente implica un final sin problemas, procede tener en cuenta que si no se define en la primera vuelta lo que podría dificultar  es que la diferencia entre los candidatos que se enfrentaran  en la segunda vuelta  sea reñida. Una diferencia de menos del 2% en un hipotético caso podría dificultar la aceptación de la derrota. Y no hablamos de situaciones al margen de la realidad. Solo recordar que en los Estados Unidos cuando George W. Bush se enfrentó  a Al Gore la diferencia fue de sólo 25 votos electorales en La Florida e inclusive a nivel nacional Al Gore había obtenido la mayoría,  y  es  la Corte Suprema federal que tuvo la última palabra,  y hasta ahí llegó Al Gore con sus reclamos y el  14 de diciembre del 2000 aceptó los resultados  probándose así y además el gran peso de la institucionalidad.  Sin ser equivalente inclusive en Perú después de 4 días de incertidumbre el 10 de junio de 2016 Keiko Fujimori acepta la derrota ante Pablo Kuczynski, con este escalofriante detalle: ¡0.24% de diferencia! Es decir menos  que la cuarta parte del 1%.

Sea por dificultades que  aún pudiesen  aparecer en el camino el que luce hoy bien  despejado  o una reñida segunda vuelta,  lo más conveniente ante la grave situación de salud pública que vive el país y el mundo, es una decisión electoral en la primera vuelta ¿Será posible?