Si bien como se ha dicho cada país es irrepetible, la verdad es que en aspectos generales la humanidad en toda su historia ha hecho del aprendizaje un acto social, ampliamente compartido, no sólo de los aciertos, sino además de los errores.
Podría considerarse como un acierto el que en Corea del Sur procedieran a consultar a la población sobre su opinión previa en cuanto a celebrar las elecciones ante una pandemia; pero esa decisión no sólo validó la celebración de las elecciones en la fecha prevista, sino que de alguna manera influyó para que fuesen en ese difícil contexto las elecciones más concurridas en 28 años, “increíble, pero cierto”.
En la República Dominicana una consulta a la población por parte de la Junta Central Electoral, no sobre la fecha de las elecciones respecto a lo cual correctamente ya se ha decidido sino sobre la pertinencia o el compromiso de participación, permitiría que se tenga una percepción mucho más clara de la participación potencial de las y los votantes en estas difíciles circunstancias, así como constituirse al mismo tiempo en una acción dirigida a su efectiva organización.
De hacerlo, sería recomendable que se seleccione más de una de las empresas encuestadoras de gran prestigio y aceptación para ser realizadas por vía telefónica siguiendo el protocolo propio de sus técnicas y conocimientos especializados. Incluso si es válido técnicamente se podría vincular la encuesta a la única experiencia mundial en éstas circunstancias en el sentido de las que serían las opiniones sobre el éxito potencial de las elecciones con las condiciones y medidas de salud correspondientes.
La consulta sin alejarse de la sencillez de su aplicación podría incluir algunos aspectos organizativos de este proceso electoral excepcional que convendría consensuar dado que no sería ni podría ser su organización similar a las de tiempos normales.
En cualquier caso los resultados obtenidos de esa consulta y dado que no están atados a variar la decisión de realizar las elecciones para el 5 de julio y estratificados por regiones, provincias y municipios serían una base objetiva para elaborar efectivas estrategias de comunicación y organización para que de encontrar en alguna parte o segmento una actitud adversa se tomen las disposiciones de lugar para revertirlo. Recordando siempre que: “dirigir es prever, dirigir es anticipar”.
El propósito principal sería que se constituya en un recurso adicional de los que podrían evitar que las elecciones presidenciales y congresuales del 5 de julio se conviertan en otro ingrediente adverso en estas circunstancias y que superemos de forma exitosa este importante reto, como lo merece el país.