Después de tan prolongada historia de lucha y sacrificio del pueblo dominicano y especialmente luego de haber conquistado la democracia electoral y las libertades públicas, las elecciones nacionales en la República Dominicana ameritan de sustancia. Las elecciones nacionales en la presente etapa han de considerarse más allá de las naturales aspiraciones de grupos políticos y personas, y asumirlas como la vía más idónea para hacer grandes contribuciones desde el Estado  a la sociedad, que tanto las necesita.

La seguridad ciudadana es uno de los grandes temas-problemas nacionales, en torno al cual han de plantearse efectivamente las  tan reclamadas soluciones,  ante lo poco que  aún se hace desde el Estado para proteger la  integridad física y la propia  vida de las personas.

Hechos recientes ponen en evidencia los grandes desafíos en la materia para el llamado  Estado social y democrático de derechos, como lo establece la Constitución el 26 de enero de 2010.

El pasado martes 28 de abril un autobús con 50 escolares que se dirigía a la XVII Feria del Libro es impedido del paso por  una turba de un sindicato de choferes quienes violan flagrantemente la libertad de tránsito, les impiden trasladarse al lugar e inclusive amenazan con quemar el vehículo pues se habían atribuido la facultad de trasladarlos sólo ellos. Pero la madrugada del día anterior  varias personas irrumpen en la casa de una mujer de 78 años,  le hacen varios disparos  y  le prenden  fuego.  Y tres  días antes aparece el cadáver de una abogada que sus familiares habían denunciado como desaparecida.

Cada uno de los casos referidos tiene  claras implicaciones respecto a la ineficiencia del Estado en cuanto a la seguridad ciudadana. Sindicados de choferes han impuesto sus intereses  hasta el salvajismo  por encima del interés común  e inclusive con el combustible subsidiado, propio  del más burdo clientelismo político. No pocos delincuentes con varios expedientes se desplazan en las calles haciendo fechorías y en las que participa una gran proporción de policías y militares de acuerdo a denuncias de la Fiscal del Distrito Nacional. Y  en uno de los casos que se citan, ante serias evidencias un sospecho del horrendo crimen de la abogada  es liberado y sale del país, se dice, con la complicidad de personas a cargo de la seguridad.

Quienes aspiran ser elegidos  para  dirigir el Estado dominicano  a partir de  las próximas  elecciones,  han de asumir   ¡Ya! el ineludible compromiso- la sociedad ha de reclamarlo enérgicamente- de superar graves  fallas  de la seguridad ciudadana. Eso es  darle verdadera  sustancia  a las elecciones nacionales del 2016.