Desde que en el año 1942 la mujer dominicana ejerció por primera vez el sufragio, su participación política ha sido constante y creciente. Las dominicanas han jugado un rol fundamental en la construcción de nuestra democracia, no solo ejerciendo el derecho de sufragio activo, sino también siendo electa para ocupar diferentes posiciones electivas en el nivel municipal y congresual, así como en el Poder Ejecutivo en la posición de vicepresidenta. Aunque todavía no llegamos a tener la primera mujer presidenta, los índices de representación de la mujer han mejorado sustancialmente en los últimos 20 años. Uno de los factores que ha incidido más favorablemente en que esta participación política femenina aumente, han sido las cuotas de candidaturas que, como medida de acción afirmativa, se implementan en el país desde la década de los ´90.
Al asumir válidamente la cuota de candidaturas femenina, nuestro sistema de partidos se sumó a quienes en América Latina y el mundo conciben este mecanismo como una forma legítima para compensar la subrepresentación histórica que ha tenido la mujer en las funciones políticas electivas. Primero fueron los partidos políticos los que implementaron la cuota femenina de un 25%, y más tarde, en la reforma electoral de 1997, se consagraría legalmente este porcentaje en la Ley Electoral 275-97, que sería aumentado a un 33%, mediante la ley 12-2000 del 2 de marzo del 2000.
El aumento de la representación de la mujer
Mientras no se implementó la cuota femenina en República Dominicana, la representación política de la mujer en los cargos de elección popular fue bastante reducida. En el caso de la Cámara de Diputados, el porcentaje de mujeres electas había sido de un 12.5% en las elecciones de 1994. Inmediatamente después de aplicarse la cuota femenina como norma jurídica obligatoria en las elecciones de 1998, se alcanzó una representación femenina de un 16.1%, cantidad que aumentó en las elecciones del 2010 hasta un 20.8%.
Este aumento ha sido más espectacular en el caso del nivel municipal, particularmente en cuanto a las regidoras. Mientras en las elecciones de 1994 se eligieron 93 regidoras en todo el país, equivalentes a un 14.4% del total de ediles, para las elecciones del 1998, con la aplicación de la cuota femenina, fueron electas un total de 185 mujeres, es decir, un 24.4%. Esta representación alcanzaría su más alto porcentaje en las pasadas elecciones municipales del 2010, cuando se eligieron 383 regidoras, para un porcentaje de un 33.3%.
En el caso de las Alcaldías y el Senado, sin embargo, la ausencia de una cuota efectiva ha traído como resultado que no se haya producido en estos últimos 20 años un cambio significativo en la representación de la mujer en esas esferas. En el año 2010 fueron electas 3 senadoras para un 9.4%, y 12 alcaldesas, equivalentes a un 7.7%.
El impacto limitado de la cuota: sistema electoral y campaña política
Aunque es innegable que la aplicación de la cuota femenina ha tenido una influencia directa en el aumento de la representación política de la mujer, todavía estamos lejos de alcanzar una representación en posiciones electivas que sea equivalente a la cantidad de mujeres votantes, si tomamos en cuenta que, desde hace ya muchos años, las mujeres son alrededor del 50% del padrón electoral. El impacto de la cuota se ve limitado, conforme los estudios especializados del tema, por los elementos del sistema electoral y la naturaleza de la campaña electoral. En el caso de la República Dominicana, el tamaño de la circunscripción electoral que es regularmente pequeña (menos de 5 escaños), opera como un factor contrario a un mejor resultado de la cuota femenina. También se alega que la existencia de voto preferencial (lista cerrada y desbloqueada), anula el efecto de la cuota, aunque esta hipótesis parece ser valedera solamente en presencia de circunscripciones electorales medianas o grandes.
Un elemento que impide que la mujer tenga una mayor representación, tiene que ver con las condiciones de la campaña electoral. Se ha demostrado que en contextos políticos en los cuales no existen claras normas de equidad para la competencia electoral, en escenarios de sistemas de partidos no institucionalizados con una débil democracia interna, las mujeres suelen ser perjudicadas al momento de confeccionar las propuestas electorales.
El salto a la paridad
De la medida provisional y limitada de la cuota femenina, la tendencia actual en América Latina es alcanzar la paridad, es decir, que las propuestas de candidaturas se realicen con una participación paritaria de hombres y mujeres, o por lo menos con un rango de paridad que oscile entre el 40% y 60 %. Como afirma la destacada politóloga Beatriz Llanos “la paridad es una medida definitiva, que reformula la concepción del poder político redefiniéndolo como un espacio que debe ser compartido igualitariamente entre hombres y mujeres, y por ello incide en el resultado desde su propia concepción y no solo en la oferta electoral, como ocurre con las cuotas”.
Como podemos ver en la tabla que sigue, los países que han aplicado la paridad en la región, están alcanzando cifras record en términos de representación política de la mujer. El caso de Bolivia es el más paradigmático, que prácticamente ha logrado igualar la representación de los hombres y las mujeres, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
En la República Dominicana, la Constitución del 2010 creó las condiciones iniciales para establecer la paridad al señalar en el artículo 39, numeral 5 que “el Estado debe promover y garantizar la participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas a los cargos de elección popular para las instancias de dirección y decisión en el ámbito público, en la administración de la justicia y en los organismos de control del Estado”. Conforme este principio, la Junta Central Electoral propuso en el proyecto de Ley de Régimen Electoral, que el 50% de las propuestas a cargos electivos fueran ocupadas por mujeres. Este proyecto de ley perimió en el Congreso Nacional, quedando vigente la actual cuota femenina de un 33%.
La cuota femenina en las elecciones del 2016
Para los comicios del próximo 15 de mayo del 2016, la cuota femenina será implementada en porcentajes similares a como se aplicó en las elecciones congresuales del año 2010. En cuanto a la Cámara de Diputados, los partidos políticos deberán presentar un total de 61 mujeres como candidatas, distribuidas de la forma que se indica en la tabla siguiente:
En el nivel municipal, las propuestas de candidaturas para las regidurías están obligadas a presentar por lo menos un 33% de candidatas. Y en el caso de las alcaldías, si el candidato es un hombre, se debe escoger una candidata a vicealcaldesa. En los distritos municipales también hay que cumplir con la cuota femenina. En caso de que el candidato a director del distrito municipal sea un hombre, se debe inscribir una mujer como candidata a subdirectora. Si son 5 candidatos a vocales, hay que presentar como mínimo 2 mujeres, y si son 3, 1 mujer.
La Junta Central Electoral ha sido enfática en afirmar que las propuestas de candidaturas que no cumplan con la cuota femenina no serán aceptadas.