He sido uno de los que ha sostenido, desde hace una década, que el sistema de partidos tradicionales en la República Dominicana está en crisis. No obstante, aunque lo sigo sosteniendo, después de haber observado las experiencias de Perú con Fujimori, Venezuela con Chávez, Ecuador con Correa, Bolivia con Evo Morales, creo que a lo primero que debemos aspirar los dominicanos y las dominicanas, es a que nuestros dos grandes partidos PLD y PRD, entiendan que deben cambiar el rumbo, revisarse y relanzarse. Si no lo entienden, entonces están condenados al fracaso, a la desaparición. Como sé que aunque en esos partidos ha habido y hay perversos, creo que la mayoría no lo es, por eso espero que esa mayoría buena asuma el control y comience a gobernar como lo soñaron Duarte, Luperón, Juan Bosch y como lo sueña el pueblo dominicano. Si se produce la polarización PLD-PRD para las elecciones del domingo 20 de mayo de 2012 y se presentan como candidatos Hipólito y Danilo, por fuerza uno de ellos será el próximo presidente. Dentro de mis aspiraciones están que ellos dos, que ya han gobernado, uno como Presidente y el otro como Primer Ministro, entiendan que tendrán en sus manos una gran responsabilidad, la de salvar el sistema de partidos, devolver credibilidad a la política.
Dicho lo anterior, tengo que recordar que no he renunciado, ni he dejado de creer que este país merece mejor destino, que merece ser gobernado diferente, donde prime la honestidad, el mérito, la transparencia y la institucionalidad, donde el ser humano esté primero. Si PLD y PRD no están dispuestos a la transformación, entonces debe surgir una alternativa.
No descarto y es mi más profundo anhelo que surja una alternativa viable, posible, que pueda competir con estas dos maquinarias electorales. No descarto una coalición de fuerzas opositoras, unidas en el sagrado propósito de gobernar bien, de demostrar que sí se puede, que no todo está perdido. No lo descarto, aunque el tiempo corre, sólo quedan 12 meses para las elecciones y no vislumbro esa oposición unificada, todo lo contrario. Guillermo Moreno y su Alianza País, Soto Jiménez y su partido V República, Eduardo Estrella y su partido Dominicanos por el Cambio, Julián Serulle con el Frente Amplio por la Dignidad Nacional vinculado al MIUCA, la Dra. Flor Soraya Aquino y su Partido Socialista, entre otros, están dispersos, como pequeñas e insignificantes islas. Aun así no descarto el milagro, que un cura, como en Paraguay, un general o un coronel como en Venezuela, un empresario como en Panamá, un obrero como en Brasil, se case con la gloria dando el paso con éxito del púlpito, de los cuarteles, de la empresa o del sindicato a la política, con la ventaja con respecto a los casos citados, que tienen ahí esas experiencias para no repetir sus errores. Pero como dice una canción de Pablo Minales, el tiempo pasa y esa aspiración, por el momento es sólo una interrogante que parece no tener respuesta.
Lo que deben hacer ya, es unirse, formar una coalición, una convergencia, polo o como se le quiera llamar, proponerse motivar a ese 60% de dominicanas y dominicano que se abstienen de votar porque no creen en la política ni en los políticos, y sobre todo para alcanzar, en el peor de los casos, entre un 15 o 20% del electorado que se convocará para las elecciones del 20 de mayo de 2012 de manera que se provoque que el nuevo Presidente de la República Dominicana se decida el domingo 24 de junio en la Segunda Vuelta. Si así sucede ese grupo decidirá quién será el próximo presidente, pero pasa eso, deben trillar el camino de la unidad.
Otra posibilidad, intermedia entre los dos partidos tradicionales grandes y las nuevas propuestas que puedan surgir, es que el PRSC se plantee la reunificación en torno a un candidato propio que podría ser Carlos Morales Troncoso, Amable Aristy, Ito Bisonó o Ricardo Espaillat, o que la Fuerza Nacional Progresista (FNP) con su candidato Pelegrín Castillo logre transferir su éxito como diputado, quizás uno de los mejores que ha tenido la historia política dominicana, a su candidatura presidencial y logre unificar a los descontentos, en torno a su Proyecto Nacional. En un año, que es exactamente lo que nos separa del día de las elecciones, es mucho lo que puede suceder, no obstante, la realidad es que hoy está planteada la polarización PRD-PRD y que parece ser asistiremos al segundo round entre Hipólito y Danilo… lo demás, está por verse.