ELABORAR

“. . .afirmó que presentará una solución a largo plazo que superará la protección temporal de Obama, pero no ELABORÓ ni aclaró si revocaría o no el amparo.”

Se pensó antes de encontrar esta redacción que esta etapa del español equívoco ya se había superado. La cita que figura debajo del título de esta sección es una muestra legible de que este tipo de escollo aun persiste, hasta de mano de profesionales de la pluma. Más abajo se procederá a desmenuzar lo que el verbo del título en realidad significa para más adelante desenmascarar al verdadero culpable de la contravención contra las buenas maneras en la lengua española.

Las acepciones del verbo elaborar están asentadas en la lengua común desde hace largo tiempo. Es obtener un producto mediante un proceso que requiere de un trabajo adecuado. Es idear o crear algo complejo, como una estructura intelectual. Es producir un organismo o un órgano una sustancia. Hasta aquí llega lo que se conoce como legítimo en lengua española.

Lo que debió escribir la columnista fue que la persona a quien ella se refería no “detalló, explicó, desarrolló o amplió” si revocaría o no el amparo. Esto pudo expresarse también escribiendo que: “no dio detalles, no ofreció más explicaciones, no entró en pormenores, no explicó en detalle, no se extendió en consideraciones, no amplió la referencia”.

Como una prueba más de lo desacertado que fue la elección del verbo elaborar en este contexto se pueden ofrecer algunos de los verbos que se consideran equivalentes de elaborar: confeccionar, fabricar, hacer, producir, trabajar. Para la acepción de crear algo complejo puede el verbo sustituirse por: conformar, trazar.

El error en que incurrió la redactora del desacierto proviene de la semejanza que existe entre el verbo español elaborar y su parecido del inglés elaborate que aparece muy bien definido en esa lengua con los valores que se corresponden en español con los verbos propuestos más arriba.

En francés se entiende que para mejor traducir el verbo del inglés, elaborate, en lugar de colocar su parecido del francés élaborer prefieren recurrir a la locución entrer dans le détail.

Una vez más, con la presentación que se hace en esta sección lo que se logra es desenmascarar un error al tiempo que se ofrece la explicación detallada del origen de este. Esta clase de errores son más comunes en la prensa escrita en español en los Estados Unidos de Norteamérica porque los columnistas, analistas, periodistas y comentaristas están en contacto directo diario con el inglés.

TAFIA – TAFYA

La primera de las dos palabras del título pertenece al español de poco uso. Por esto Elvira Muñoz la incluye en su obra Diccionario de palabras olvidadas o de uso poco frecuente, 1993. La segunda con acento agudo al enunciarla forma parte de la lengua criolla haitiana.

La palabra tafia del español es un licor que se saca por destilación de la melaza y subproductos de la fabricación del azúcar de caña. El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española solo asienta que es un aguardiente de caña.

Es posible que muchos de los hispanohablantes no hayan oído o leído esta voz del español. La voz en criollo haitiano tiene mucha vigencia y en lengua francesa está mejor documentada que en la española.

Quien escribió por primera vez ese término en francés con el significado que posee actualmente en haitiano fue el Padre J. B. Labat en el año 1722 en su obra acerca de su viaje a las Antillas.

El pasaje que citan Bloch y Wartburg en el Dictionnaire étimologique de la langue française para ilustrar el uso es el siguiente: “Les sauvages et les nègres l´appellent tafia”.

Con la gracia que tiene la lengua haitiana para designar a la persona aficionada a las bebidas alcohólicas dicen que es un tafyatè, o moun tafya (persona-licor). Existen muchas otras voces o expresiones para designar en haitiano al borracho, ebrio. No se enumeran porque excederían los propósitos de estos escritos.

Si se trajeron estas dos palabras que comparten el español y el haitiano es porque eso llama la atención. En francés el vocablo se escribe igual que en español. El término pasó al criollo hablado en el Estado de Luisiana en los Estados Unidos de Norteamérica, así consta en el Dictionary of Louisiana creole de Valdman, Klingler, Marshall y Rottet, 1998.

No se pudo llegar hasta saber a cuál lengua llegó primero, si al francés o al español. Las probabilidades apuntan hacia la lengua francesa como una voz procedente del criollo francés de las Antillas.

CONFRONTACIÓN

“. . .han sido mantenidos en prisiones lejos del sur de la Florida, en lugares como Colorado o California, en un esfuerzo por evitar posibles CONFRONTACIONES con presos anticastristas.”

Hace ya largo tiempo que algunos desaprensivos se dedican a desvirtuar y retorcer el verdadero significado del verbo confrontar. No conformes con esa postura esos infractores de las buenas costumbres de la lengua avanzan más lejos al desdecir de las acepciones de confrontación. Más abajo se demostrará que quienes actúan del modo esbozado antes se sitúan muy lejos de la verdad actual y de la historia del vocablo.

Confrontar es cotejar una cosa con otra. Es carear una persona con otra. Se dice de una persona o cosa cuando está o se pone frente a otra. Es hacer frente a una dificultad o al peligro. Un uso que ha desaparecido es: congeniar una persona con otra. Un significado anticuado es: parecerse una cosa a otra, convenir con ella.

Después de leer estas acepciones del verbo confrontar no cabe duda alguna de que quienes lo emplean del modo en que lo hace el redactor por medio del sustantivo anda muy mal encaminado, por no escribir que está totalmente desencaminado.

Hay que retirar de las mentes de estos redactores que cuando significa enfrentarse o hacer frente a algo o alguien significa por necesidad una lucha, una pelea, o, por lo menos discordia.

COREOGRAFIAR

“Pero las uniones de las pesadas vigas, columnas y bloques del piso se deben COREOGRAFIAR y balancear con precisión.”

En este trozo de redacción periodística hay un salto acrobático del campo de la  construcción al arte de la danza. Hay que ser muy tozudo para expresarse de la manera en que lo hace este periodista.

O quizá lo que sucede es que el redactor es un enamorado de los pasos y figuras de los espectáculos de danza o baile al punto que no logra deshacerse de su afición. Lo menos que puede decirse de este verbo usado en este contexto es que está fuera de lugar y contexto. Si en lugar de una reseña se tratase de una poesía, entonces podría aceptarse la intromisión del verbo; pero aquí destaca por inconveniente.

En lugar del verbo utilizado en la cita valía la pena recurrir a algo más pedestre y acorde con las técnicas de la construcción como los verbos siguientes: coordinar, organizar, metodizar, ordenar, disponer, acomodar.

No vale la pena excederse o salirse del marco o tipo de descripción que se hace. Solo cuando se hace con ánimo jocoso se acepta que se redacte con vocablos rebuscados que saltan a la vista por su rareza o por lo extraño que se perciben en el entorno. Lo más sano es mantenerse en el marco de lo correcto y adecuado.

FORENSE

“. . .señalamientos de contratistas e ingenieros, y posiblemente diagnósticos en conflicto por los ingenieros FORENSES contratados por las diferentes partes.”

Últimamente los escribientes de español se han empeñado en hacer cada vez más ubicua la palabra del título. Han sacado de su sitio esta tranquila palabra para llevarla a ámbitos en los cuales es desconocida. Hay que revisar los genes del vocablo para repasar después los significados conocidos y reconocidos del término y, para rematar el asunto, lanzar una mirada al origen del empleo que se hace en contextos como el de la cita.

Al principio el foro aludía al sitio donde los tribunales oían los casos y las causas. Forense es el adjetivo para lo perteneciente al foro que es el lugar que recién se mencionó. En otras épocas significó lo que era público y manifiesto. De este valor primero pasó a aplicársele al médico que asiste al juez en asuntos médicos relacionados con la justicia. Ese es el médico que se conoce con el nombre de médico forense.

En el texto copiado a modo de ejemplo del uso lo que se lee es “ingeniero forense”. Tomándose como base la labor del médico puede extenderse el concepto y pensar que este ingeniero ayuda al juez a resolver los asuntos que son del campo de la ingeniería pero que tienen importancia en una causa que se ventila en un tribunal.

A veces no hace falta que se recuerde, pero las lenguas evolucionan y lo hacen de acuerdo con las sociedades en las cuales se usan. No permanecen iguales durante largo tiempo. Siempre hay palabras nuevas que se incorporan y otras que caen en desuso.

En lengua angloamericana forensic además de lo público y relativo a los tribunales tiene que ver con la aplicación de conocimientos científicos a problemas legales.

En esa última lengua la ingeniería forense es la aplicación de los principios y práctica de la ingeniería para la solución de asuntos ante los tribunales de justicia. Esta suerte de asesoría la practican profesionales de la ingeniería legalmente cualificados que son expertos en su campo por educación y experiencia y que tienen experiencia en los tribunales y entienden la jurisprudencia. Este tipo de actividad conlleva evaluaciones, estudios, consejos y dictámenes.

Sin que haya lugar a sorpresas puede mencionarse que en inglés se reconoce una lingüística forense que es la técnica que se ocupa de la evaluación profunda de las características lingüísticas de un texto. Esta incluye la evaluación gramatical, la sintaxis, el vocabulario y la fraseología y se hace por comparación para determinar si diferentes textos pertenecen a un mismo escritor por medio de la revelación de una idiosincrasia peculiar a este.

Además de lo anterior en inglés conocen la medicina forense, la psiquiátrica, la patología forense y cualquier otra que se le ocurra introducir a un hablante con imaginación fértil.

Para concluir con este asunto en español es más sencillo y tiene mayor tradición en la lengua llamar a estos expertos: peritos, expertos, consultores, técnicos. Basta ya de copiar tanto de una lengua extranjera, que con los auditores y las auditorías hay bastante para entretenerse.