La pandemia de la Covid 19 ha atravesado las naciones desarrolladas y no desarrolladas del mundo imponiendo nuevas directrices en las formas de vida, reduciendo, con un deshielo especial, todas las variables y parámetros conocidos hasta demoler creencias, dirimir debates y conformando portaestandartes jamás conocidos en la historia de la humanidad.
En este momento, mayo de 2020, países como Italia, España, Alemania por solo citar unos cuantos, sin dejar de mencionar a China y otras naciones asiáticas, han expresado una especie de especificidad común que llama ante la pluralidad de culturas y regímenes políticos, que a pesar de sus muy encumbradas diferencias, han sabido que todos debemos transitar un camino común ante la embestida que como pueblos ha conculcado la Covid 19.
Un elemento común que nos arrastra a pobres y ricos es que ahora más que nunca se ha descubierto el elemento de la discordia o de la frustración para todos: todos somos seres humanos y estamos compelidos a la vulnerabilidad.
Desde que se ha descubierto que la pandemia derivada del coronavirus iniciada o gestada en 2019 y ocasionada por el virus coronavirus 2 del Síndrome respiratorio agudo grave SARS-Cov-2, identificado por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, China, ha habido un estallido de confusión en la Tierra, incluso comparando la pandemia con las plagas del Apocalipsis.
El hombre del siglo 21 será caracterizado como el hombre surgido del coronavirus, esto para apreciar las marcas de un tiempo histórico.
Si bien han sido enunciados de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre los graves efectos que sobre la economía mundial y el impacto que repercutirá en América Latina debido a la pandemia, los gobiernos y regímenes de un lado y de otro han buscando las fórmulas para revertir la situación, lo que probablemente tomará años y ya muchos han hecho sus cálculos vaticinando una crisis económica como la del 1929 que nubló la economía de Estados Unidos.
Todos los escenarios constituyen un escenario de dos órdenes establecidos: el de la salud sobre todo, la economía porque se imponen o impusieron restricciones que con el llamado perfil de la cuarentena mundial y las prescripciones del aislamiento comunitario también hicieron descender hacia el más ínfimo de los topes la producción económica y llevó profundos ajustes y fórmulas para que las empresas seguirán dd algún modo produciendo, con el apoyo de los gobiernos en la búsqueda de sufragar incentivos, amortización y coberturas impositivas para evitar una debacle mundial en las economías domésticas y globales.
Los informes oficiales habían informado que al 5 de mayo de 2020 más de 3.7 millones de casos de la enfermedad se registraron en más de 212 países y territorios y los cinco países con mayor número de infectados fueron Estados Unidos, Italia, España y Francia. De igual manera más de un millón de personas recuperadas y los países con mayor número de casos de personas recuperadas han sido asimismo, Estados Unidos, España, Alemania, Italia e Irán.
Luego de la pandemia y según las opiniones calificadas de sociólogos, médicos y académicos de prestigiosas universidades, la sociedad global tendrá nuevos esquemas que van a moderar el estilo də vida de la gente.
Esto, sin lugar a dudas, a partir de la convivencia que se tendrá con el virus, que por encima de las vacunas que se procesen y se den en los centros de salud estará inmerso el referido virus entre las comunidades y la vida en conglomerados no será igual hasta la que se vivió antes de que ocurrieron las primeras infecciones. ¿Qué nos quedará a los seres humanos?, sin lugar a dudas la consigna de cotidiana y educada protección para no morir afectados.