De entrada resulta pertinente ofrecer una especie de significado de esta frase que se atribuye al general y cónsul romano Julio César en el año 47 a. de c., luego de una importante victoria militar para la República Romana.
Tanto Suetonio-Cayo Suetonio Tranquilo, uno de los escritores más leídos de la época romana, especialmente, su obra Los Doce Césares-, como Plutarco- en su trabajo más conocido, Vidas Paralelas, una serie de biografías de griegos y romanos famosos-, han referido que esta frase fue utilizada por Cayo Julio César al dirigirse al Senado Romano para describir su victoria breve y rápida sobre Farnaces II, rey del Ponto, en la batalla de la ciudad de Zela-, sucedida en el año 47 a. c. entre las legiones romanas de Julio César y el ejército de Farnaces II del Reino del Ponto. (batallas decisivas.blogspot.com/2013)
En la historia dominicana, han habido episodios políticos electorales, que por su gran arsenal de votos, muy bien permiten un símil con la célebre frase vini, vidi, vinci, pudiéndose citar, las siete elecciones del 1930 al 1957, del periodo de la era de Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien avasalló a todos los guerreros políticos, diríamos, con la facilidad de Cayo Julio Cesar, referida más arriba sobre la batalla de Zela.
Por otra parte, el título de este esbozo, deviene en mi interés de parangonar con la batalla referida, las grandes confrontaciones política–electoral de la Republica Dominicana, como bien hemos acuñados.
Iniciando con el primer episodio comparativo, con las luchas políticas del Dr. Balaguer con sus adversarios, al punto, que se enseñorea con ¨victorias cómodas¨ en el poder, desde 1966, con ligeros ¨recesos¨, hasta las elecciones del 1996, que aunque él no fuera el presidente, monta en el poder a quien le endosó su liderazgo aglutinante.
A partir de las elecciones de 1996, el vini, vidi, vinci, más que las luchas de partidos a partidos, esta se han manifestados como debates intrapartidarios con características de guerra, traducida a la lucha semántica de las propias contradicciones de las tendencias que interactúan en dichos partidos.
A propósito, me permito recrear mis razonamientos en la etapa moderna, refiriendo que a partir de estas elecciones, al ganar el Dr. Leonel Fernández, asumió un liderazgo mesiánico, hasta tal punto, que en el PLD, se hacía lo que dijera Leonel, a contrapelo, de las disidencias del Licenciado Danilo Medina, quien fue durante la hegemonía de Fernández, la figura emergente en dicho partido. En el ínterin del 1996 al 2012, las batallas aplastantes del ex presidente Fernández, era como si se dijera, Vine, vi y Vencí, es decir, ganaba sin casi sudar.
Respecto a este estadio, al Dr. Leonel verse precisado a pasarle la antorcha al Lic. Danilo Medina, es este último quien ha venido poniendo de rodilla política a su antiguo jefe en el palacio. Resulta que en la batalla por suplantar aquel liderazgo, el actual presidente de la República, ha emulado a San Miguel, cuando aparece en el clásico cuadro, en el que dicho santo, con una espada y un pie en la cabeza de su Lucifer, doblega fácilmente a su oponente interno, dando una clara connotación que llegó, vió y venció.
El asunto no es solamente hasta ahí, sino que en base al artículo 24 y principalmente en la parte final del 26 de la ley 33-18, respecto a que los afiliados, los miembros y militantes, están obligados a acatar las lineras políticas de los organismos de los partidos políticos, con un Comité Político y un Comité Central, contralado por Danilo Medina, no habría que dudar que la corriente de Leonel Fernández, pudiera recibir la encrucijada de o tener que acatar lo decidido respecto a la reelección del Lic. Danilo Medina, o exponerse a caer en la renuncia automática por pactar con otras fuerzas políticas, o desoír la línea de dichos organismos.
El cuadro dominador de la franja del Lic. Danilo Medina, con estricto control de los órganos jerárquicos del PLD, muy bien pudiera aplicar de nuevo, vini, vidi vinci, y derrotar con gran comodidad a la corriente del Dr. Leonel Fernández, quien ha concitado muy buena empatía en las bases del partido, pero, todo eso no pasa de ser el clásico morbo de las corrientes que no están instaladas en el poder, contra la que sí lo está, pasando a ser una lucha por el control de una tendencia de la dirección del Estado.
Finalmente, sería pertinente enfocar la aprobación de las primarias abiertas recién aprobadas por los organismos del PLD-controlado por Danilo Medina, cuestión que al ser ratificada en los Estatutos del Partido, muy bien han podido analizar que con ese mecanismo abierto, en las elecciones adelantadas, como bien se han llamados las primarias abiertas, producto de las propias políticas asistencialistas del actual presidente, Danilo Medina, el comportamiento del cuerpo electoral, para su escogencia como candidato de su partido, le podría ser favorable a esta fuerza política, y sobre la modificación a la constitución podría suceder otra repetición de vini, vidi, vinci.