El reconocimiento dominicano a la creación de un estado palestino data de 1947, cuando el gobierno de Trujillo votara a favor de una resolución de Naciones Unidas aprobando la partición del territorio de Palestina, para la creación allí, tras la salida del poder colonial británico, de una patria para los judíos y otra para los árabes palestinos.

Los judíos crearon el suyo meses más tarde, en una histórica reunión celebrada en Tel Aviv, mientras las tropas inglesas abandonaban el territorio, poniendo así fin a su presencia dominante en la zona.

La negativa de los países vecinos árabes a la formación de Israel abortó la creación del otro estado, pues el ataque a la naciente nación por parte de los ejércitos de Egipto, Siria, Jordania, Líbano y la Legión Árabe, comandada por un  general inglés, sumió a la región en la guerra, que concluyó meses después con la firma de un armisticio que cambió de hecho las líneas territoriales fijadas para los dos estados.

Desde entonces, las fronteras entre judíos y palestinos han sido determinadas por las guerras que allí han tenido lugar, especialmente la famosa de 1967 conocida como la de "Los seis días", tras lo cual Israel extendió sus líneas en el Neguev, en el sur, y tomó las colinas del Golán, desde el cual su territorio era constantemente hostilizado por fuerzas sirias. Los israelitas han estado reclamando el reconocimiento por parte de sus vecinos, lo que ya han logrado de Egipto, Jordania y la Autoridad Nacional Palestina, si bien todavía enfrenta la amenaza de destrucción de Hamas, y gobiernos y organizaciones árabes fundamentalistas.

El anuncio del reconocimiento dominicano a los derechos palestinos hecho por el presidente Fernández en Ramalá no significa un cambio en la política exterior hacia el Oriente Medio. De manera que si ese fue el propósito de su actual viaje, pudo muy bien haberle ahorrado su costo al país.