Otra vez hay alarma por la denuncia de la Fundación Pro conservación de la Arquitectura Patrimonial Dominicana, de una futura demolición de una casa en la Rosa Duarte #21 del Sector de Gascue, y aunque luego ha habido comentarios de gente que conoce a la compañía propietaria de la misma, de que no van a hacer esto, solo a remodelarla, hay que estar con ojo avizor. La misma fundación alertó hace un tiempo de noticias similares para con una casa en la calle Leonor de Ovando del Ensanche Lugo, se detuvieron los aprestos para su demolición, y más tarde fue demolida pues la dependencia de Patrimonio Monumental se desinteresó de la misma.
Viviendo la experiencia provocada por la Pandemia del Covid 19, todo el mundo ha leído y escuchado bastante sobre que al final de las cosas seremos mejores seres humanos y valoraremos mucho más todo… particularmente pienso que sí, definitivamente observaremos el mundo desde otra perspectiva, razón por lo cual es ocasión para que los nuevos legisladores que trajeron las elecciones del 2020, tengan la oportunidad de sacar a camino proyectos de ley donde el valor de las cosas sea tomado mas en cuenta y quizás se torne lo esencial.
Los monumentos coloniales de nuestro país cuentan con ciertos mecanismos de protección, que han hecho que muchas de las edificaciones que se encuentran allí desde el siglo XVI se mantengan hoy de la mejor manera posible, hecho que llevó a la ONU en 1990 a considerar a muchas de ellas, y al sector como Patrimonio de la humanidad. Sin embargo, no existe una ley per se que las proteja, y mucho menos a las obras de valor patrimonial post colonial. Para este último renglón que menciono, sí, hay algunas regulaciones sobre su protección, pero definitivamente nunca ha existido mucha voluntad para hacerlas cumplir, por eso hemos visto desde los años 80, como se ha ido nuestra memoria histórica desvaneciendo, por el menoscabo del paisaje urbano, provocado por demoliciones de edificaciones de verdadero valor patrimonial, por intervenciones desafortunadas a las mismas, y por el deterioro provocado muchas veces porque los propietarios no pueden darle el mantenimiento que se merece, no cuentan con los recursos necesarios.
De todos es sabido que las obras arquitectónicas patrimoniales sintetizan con su presencia ser un testigo de la historia, y que ya sea por su belleza estética, su valor cultural, o su impronta colectiva, deben ser preservadas. Es un deber del Estado dominicano velar por nuestro acervo cultural, y la preservación de toda infraestructura que sea parte importante de la historia dominicana.
Las obras arquitectónicas patrimoniales se convierten en patrimonio social y por ende patrimonio público, y el Estado debe ser garante de que estas infraestructuras se mantengan y no desaparezcan con el tiempo. Un país sin patrimonio, no tiene historia, un país sin historia no tiene identidad, y nos estamos quedando sin identidad.
Para poner un ejemplo, Gascue, ya sólo conserva un 13 % de las obras de carácter Patrimonial que una vez dormían en esta especie de ciudad jardín, que bien pudiera ser aun con voluntad rescatada. Hacerla un Distrito Cultural, como sucedió exitosamente en Miami con su Distrito Art Deco. Peatonizar algunos días de la semana muchas de sus áreas y exhibirlas luego con orgullo tanto a los nacionales, como a los visitantes de otros países, que si la aprecian y admiran cuando vienen y la descubren, aun estando hoy algunos de sus espacios y obras en un estado calamitoso.
Me he pasado añales escuchando ‘’Que salvemos Gascue’’, y yendo a conferencias y seminarios a tratar sobre el tema, y paralelamente a esto las obras de este lugar cada vez más desapareciendo, o deteriorándose, pero no solo en este sector, obras de valor patrimonial moderno como el Hospital Luis Eduardo Aybar, mejor conocido como ‘’El Morgan’’, fue demolido hace unos pocos años, pudiendo haberse conservado utilizando el Reuso Adaptativo, tendencia arquitectónica que une lo contemporáneo con lo viejo, y que en el mundo entero hay ejemplos notables.
No solo en Santo Domingo han desaparecido obras patrimoniales en cantidad, en el país completo también, y llego el punto que tenemos que dejar solo de hablar sobre el tema y empoderarnos para detener esto, nos estamos quedando cada vez más sin obras de valor patrimonial arquitectónico, sin historia y sin identidad, y nos resistimos a que esto siga sucediendo, por eso a mi paso por la Presidencia de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana(SARD), y que ya concluyó ese andar, aproveché para escribir y registrar un anteproyecto de ley para la preservación de obras coloniales y post coloniales de valor patrimonial, donde la entidad sería el hilo conductor para trabajar con el Ministerio de cultura y las demás instituciones que laboran al respecto, que estoy seguro enriquecerían mucho más dicho anteproyecto, y está a la disposición para que cualquier legislador de los que salió electo pueda echarla hacia delante, contando que luego de aprobada los mecanismos judiciales pertinentes, se comprometan a hacerla cumplir sin contemplaciones.
El anteproyecto de ley regula las intervenciones, remodelaciones, construcciones, demoliciones parciales y totales de las obras coloniales y patrimoniales post coloniales tanto públicas, como privadas y procura muchos beneficios pro la conservación de las mismas. En este anteproyecto de ley no solo se protege y beneficia el que detenta la obra patrimonial, sino también al que la pueda adquirir, y las que pertenecen al Estado se beneficiarán por la misma de ser mantenidas como deben ser.
Si la Pandemia nos traerá valorar todo mucho más aún, vamos a valorar nuestra buena arquitectura, protegiéndola y conservándola.
Saludamos la actitud expresa del nuevo Alcalde de San Pedro de Macorís de que quiere intervenir el Edificio Morey y otras obras patrimoniales. Ojala esto cause un efecto dominó entre las demás autoridades y entre los nuevos legisladores. En sus manos está el futuro de la conservación de las obras de valor patrimonial de este país, de la historia y de nuestra identidad.