1.

Una noticia de esta semana: un cuadro de Van Gogh “que estuvo en manos de los nazis, sale a subasta. Deberá valer 25 millones de euros”.

En el cuadro están representados “grandes montones de trigo”.

25 millones de dólares no por el trigo, sino por la representación del trigo.

El trigo más caro del mundo.

Pero no vale porque sea trigo, sino por quien lo vio y lo pintó.

El valor de las cosas que están en el mundo y pueden comerse, y el valor de quien pasa por ellas y las observa y pinta. Van Gogh vivió en Arles y allí vio los grandes montones de trigo, y los pintó.

La pintura está conservada y se ha valorizado, el trigo verdadero (aquel trigo) ha desaparecido.

Sólo en una emergencia del estómago, el trigo verdadero vale más que el trigo representado por Van Gogh.

Mi reino por un caballo, en momentos de desesperación; y mi cuadro por un trozo de pan, en momentos de desesperación.

2.

El valor del arte es válido en días tranquilos.

En los otros, en los días trágicos, lo que vale es el material ante las manos. Madera para hacer fuego ante el frío extremo, por ejemplo. Muchos casos en la Historia.

Hacer una lista de los cuadros quemados en situaciones de hipotermia extrema sin alternativa.

Fuego para calentar, alimento para comer, arte para ver.

Imagino a alguien muriéndose de frío rodeado de cuadros bellos.

Prefirió la belleza al fuego. Prefirió conservar la belleza en ligar de conservar su propia temperatura.

Imagino además otra escena ficcional. Alguien que se niega a quemar cuadros para calentarse, pero que, de los cuadros recibe, después -como si fuera una recompensa– una cierta temperatura estética que evita la tragedia.

La belleza de un fuego, representada en un cuadro, que evita la hipotermia del cuerpo.

Una belleza que aumente la temperatura del espacio, que alimente al estómago.

Un cuadro, como el de Van Gogh, con “grandes montones de trigo”, que alimenta a muchos humanos. El que pase delante del cuadro, y lo mire con la suficiente atención, sale, no sólo con ojos llenos, sino también con el estómago saciado.

3.

Un Cristo con sensibilidad estética, más allá del milagro de la multiplicación de los panes, haría el milagro del cuadro de los panes.

Convertir una representación de panes de un cuadro, en panes verdaderos, materiales e infinitos.

Dadme un cuadro con comida, con él alimentaré a una multitud, podría decir cualquier otro Cristo contemporáneo con sensibilidad económica hacia las actuales subastas de arte.

4.

Y una noticia antigua: “En junio de 1939, especialistas contratados por los nazis seleccionaron 108 cuadros y 17 esculturas de “arte degenerado” considerados los más valiosos para venderlos en una subasta en la ciudad suiza de Lucerna”.

Algunos artistas incluidos en este lote de “arte degenerado”: Marc Chagall, Henri Matisse, Pablo Picasso, Gauguin. E Van Gogh.

1939, 2021. Las subastas siguen.

5.

Hechos rápidos sobre el “arte degenerado” definido por los nazis.

1850, Richard Wagner publica un artículo defendiendo la separación entre el arte judío del arte alemán.

Y hay el “Essai sur l’inégalité des races humaines” (Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas) del conde Arthur de Gobineau: la “bella” raza aria; y la mezcla de razas como el inicio de la decadencia. El arte degenerado está hecho por artistas degenerados. El arte degenerado está hecho por artistas degenerados que pertenecen a pueblos degenerados. El arte degenerado hace pueblos degenerados.

La lista de los “artistas degenerados”, de la A a la Z, era larga y ninguna letra se quedaba fuera. Y cada letra contenía una multitud dentro.

6.

El arte inaceptable.

El adjetivo “inaceptable” que de nuevo anda por ahí cerca de la palabra arte.

Cómo vuelven adjetivos que parecían divorciados definitivamente de ciertos sustantivos, como si nada hubiera pasado antes entre los dos. Falta de memoria entre parejas trágicas, sustantivo y adjetivo. “Arte inaceptable”. De nuevo juntos. No serán felices para siempre, claro.

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Traducción de Leonor López de Carrión

Originalmente publicado no Jornal Expresso.