Milagros es una escuela en sí misma; se ha convertido en una sabia educando políticamente a los ciudadanos y abordando los problemas nacionales; su lucha por el bien común es su pasión. En las campañas electorales y en los gobiernos le toca resolver los casos más difíciles, pero sus atinados aciertos abren camino a las soluciones. Ella nació para la gente: las multitudes corren hacia ella como las abejas en busca de la reina. Siempre tiene para dar su amor, comprensión y sus sabios consejos a todo aquel que necesite cariño, aliento, comprensión y albergar alguna esperanza. Ella bebió en las fuentes inagotables de Juan Bosch y de José Francisco Peña Gómez y, a su lado, reafirmó para siempre su compromiso con la Patria.

He tenido el privilegio de haber trabajado durante un año con la Dra. Milagros Ortiz Bosch en un espacio ciudadano que promueve, día y noche, el cambio político en el país. A su lado he crecido y mi alegría de siempre se ha multiplicado muchas veces. Y esto puedo decirlo también de los hombres y mujeres que conforman Unidos por el Cambio. La he visto practicar en este espacio la alegría, el compromiso y la democracia, valores por los que ella ha entregado toda su vida. No importa la edad, el color de la piel ni la clase social, Milagros está siempre en el centro para repartir su mejor fortuna: el amor a la Patria.

La sola presencia de Milagros, con su atrayente magia, moviliza al PRM y lo hace más desafiante frente la guerra política y electoral; ella como nadie tiene la capacidad de convocar a los ciudadanos que, por alguna razón, no participan en política, pero que, sin embargo, aman su país y desean un cambio en toda la nación. Sin importar la clase social a la que se pertenezca, los dominicanos de todos los géneros y edades se sienten representados en Milagros. Nadie inspira más respeto y confianza que ella en este país.

Milagros es un fenómeno sociológico, pues nadie sintoniza con los jóvenes como ella. En los barrios, sectores residenciales, las calles, y plazas comerciales, los jóvenes se apresuran como abejas en panal para tomarse una foto con esta gran mujer que aún tiene bríos juveniles. Recuerdo cuando pasamos por la calle contigua al mercado de una de nuestras provincias y Milagros iba caminando sobre el asfalto y las vendedoras dejaban las mesas solas para ir a alcanzarla y preguntarle que cómo ella estaba, y a tomarse sus respectivas fotos.

Una acción de Milagros o sobre Milagros impactaría sobre toda la nación. Milagros es transparencia y símbolo en la política nacional. En esta guerra electoral su imagen tiene una importancia capital en todo el país y sus localidades; así como a nivel de los dominicanos en el exterior y sus familiares que viven en la Patria soñada en la intimidad de la conciencia.

Finalmente, Milagros no persigue el poder ciegamente y a cualquier precio; ella sólo quiere servirle a su país. Ella constituye la antítesis desde el punto de vista político, ético y moral de los y las que persiguen ambiciones desmedidas para llegar o no dejar el poder. Milagros es Milagros!