Las redes sociales como: twitter, YouTube, facebook, wasAp, Messenger, instagram, LinkedIn, entre otras, fueron creadas para fines de la promoción de productos y servicios; para la interconexión masiva de grupos de personas y de empresas; transmitir, investigar, informar, denunciar y dar a conocer los hechos y acontecimientos que ocurren al instante a nivel global, esto es, para comunicar en tiempo real todo lo que acontece en el mundo. Las mismas han sido un gran aporte a la humanidad.

También existen los portales y periódicos digitales que son muy leídos y seguidos por nuestros jóvenes por la actualización de sus informaciones, por las opiniones diversas de sus colaboradores y por su fácil acceso. Además, a través de estas plataformas virtuales se realizan programas de radio, televisión y conferencias virtuales. Cuando a las redes sociales y portales digitales se le da un uso correcto, aferrado a la verdad, sin distorsionar ni falsear su contenido, están cumpliendo con los propósitos para los que fueron creadas.

Lamentablemente, cuando un portal desaprensivo de forma alegre, irresponsable, morbosa y sin fundamento se dedica a destruir, desacreditar, confundir, difamar, insultar, acusar, irrespetar, injuriar e involucrar en hechos pecaminosos a ciudadanos honestos, que en todos sus actos, públicos y privados hemos actuado aferrados a los principios éticos y morales; que nunca hemos sido cuestionados, acusados de cometer acciones corruptas ni involucrados en acciones dolosas, indecorosas o reñidas contra la ley, la moral, el pudor y las buenas costumbres, se le hace un gran daño a su moral, integridad, imagen, a sus figuras pública y a sus familias.

Algunos de los que erróneamente hemos sido afectados por uno de esos portales digitales, nos consideran como referentes a seguir, pues por la conducta exhibida, honestidad, decencia, respeto, participación, prudencia, vocación de servicio y por colocar siempre los intereses del país y de nuestra provincia por encima de los particulares, nos hemos ganado el respeto, la confianza y la credibilidad de la ciudadanía.

Antes de publicar informaciones y fotografías sobre figuras públicas, se debe verificar y confirmar su contenido, porque se pone en entredicho su honor, moral, trayectoria política y profesional, el prestigio, imagen, su reputación y la de toda su familia, que a base de esfuerzos, desvelos y muchos años de sacrificios, hemos logrado construir y que por un simple error o confusión, los mismos son destruidos en minutos.

Desgraciadamente, los que abrazamos la actividad política, que hemos ido al Estado a servir con honestidad, con vocación, transparencia y pulcritud, no a servirnos, somos víctimas de estas crueles maquinaciones. Debo ser justo y reconocer que este medio de comunicación no se presta para este tipo de ignominia.

Aunque el medio que realizó la publicación la retire más tarde, lamentablemente ya no hay manera de subsanar el daño ocasionado, porque el mismo se ha propagado de forma viral por doquier, como la pólvora, por las distintas redes sociales. Es como tratar de recoger la leche desparramada. Lo expresado o publicado en ellas, queda plasmado para siempre como una mancha indeleble,

Hay dos maneras de eliminar a una persona: física y moralmente. Esta última es la más penosa, porque aún con vida, la persona afectada pierde su valor moral, su honor, dignidad, credibilidad y el respeto en la sociedad y eso hay que evitarlo.