Como forma de gobierno, la monarquía no ha sido muy popular en nuestro continente desde que llegaron los españoles. Aunque existen indicios de que alguna institución de gobierno similar prevaleció en la época precolombina, la monarquía absoluta surgió posteriormente solo en tres países (México, Brasil y Haiti) y en general se cree que actualmente no tiene adeptos continentales. Sin embargo, existe el remanente de un reinado en Suramérica que se niega a desaparecer y que podría ser el precursor de otros en el futuro. Mucho dependerá, por supuesto, de cómo evolucione nuestro actual aferramiento a la democracia.
La monarquía, según el diccionario, es la forma de gobierno en que el cargo supremo del Estado está en manos del rey, quien ejerce el poder de manera absoluta o regido por algún tipo de estatuto o constitución. Por “rey” se entiende el monarca o soberano de un reino, siendo este último el territorio gobernado por un rey. En estos casos, el poder es hereditario y cuando el rey muere su hijo (o pariente más cercano en una línea se sucesión preestablecida) es coronado rey. Un recuento histórico sobre esta forma de gobierno en el continente nos permitiría mejor evaluar la posibilidad de que la democracia republicana la haya desplazado permanentemente.
Según los científicos, el planeta Tierra tiene unos 4.6 billones de años. Hace apenas 175 millones de años que America comenzó a separarse del supercontinente Pangea, el cual agrupaba la mayor parte de las tierras emergidas del planeta que resultaron del movimiento de las placas tectónicas. La aparición en el este de África de los humanoides conocidos como Homo Sapiens data de apenas unos 200,000 años atrás, mientras los neandertales emergieron hace unos 100,000 años en Europa. Pero los antropólogos han encontrado restos humanos en Antofagasta, Argentina, que han sido datados en 40,000 años y que se creen la evidencia más antigua de la presencia humana en el continente. Habría que remontarnos a la llegada de esos humanos para conocer los orígenes y naturaleza de la monarquía y de sus reyes en estas latitudes.
Según Wikipedia, sin embargo, los reportes sobre los reinados que existieron antes de la llegada de los españoles están preñados de controversias. Entre antropólogos existe el diferendo de si los indígenas que poblaron America provinieron de Siberia viajando a través de Alaska o del Pacifico viajando desde Australia, o si hubo ambas migraciones. Cual que sea lo cierto: “En la América precolombina se desarrollaron cientos de culturas y decenas de civilizaciones originales a lo largo de todo el continente.” “Todas ellas elaboraron complejos sistemas de organización política y social y son notables por sus tradiciones artísticas y sus religiones.” Es dable suponer entonces que los “reyes” indígenas serían los caudillos o lideres amerindios que gobernaron las distintas tribus, reinos o cacicazgos de los diferentes pueblos de la America precolombina (cuya población ha sido estimada por diferentes estudiosos entre extremos de 8.4 millones y 300 millones).
Los cronistas del Nuevo Mundo reportaron cinco cacicazgos existentes en nuestra isla a la llegada de los españoles. “Se llama cacique a la máxima autoridad de una comunidad aborigen. El concepto surgió en los grupos tainos que habitaban las Antillas. Con la colonización española del continente americano, la noción empezó a utilizarse con referencia a todos los líderes indígenas.” “El tipo de liderazgo del cacique variaba de acuerdo a cada comunidad. Algunos ostentaban un gran poder sobre el resto de los habitantes, mientras que la autoridad de otros estaba supeditada a una asamblea.” De ahí que, siendo o no un “buen salvaje”, el cacique no necesariamente se asemeja a la concepción europea contemporánea de un rey ni a los jefes tribales de África.
Donde el jefe indígena tuvo poder absoluto fue en el imperio inca de Perú y el azteca de México. La última casa real inca en gobernar fue la de Huayna Capac. Después de su derrota la Corona Española le respeto sus simbólicos fueros bajo un régimen jurídico de excepción y fue conservada en Cusco. “Sin embargo, en la época republicana peruana sufrieron la usurpación de sus bienes, invalidación de sus títulos, y otras reformas que disminuyeron su poder político y aniquilaron su fortuna económica.” En México fue Moctezuma el más famoso monarca indígena que gobernó desde la enorme ciudad de Tenochtitlan. “A fin de estructurar sus dominios, Moctezuma organizó el imperio en diversas provincias, creó una sólida administración central y reguló el sistema tributario.” Bajo la creencia de que Cortes era un dios, Moctezuma fue conquistado por los españoles y murió apedreado por sus propios súbditos cuando trataba de calmar la ira de su pueblo en contra de los españoles.
Ya en la época republicana de la America independiente, “la primera monarquía registrada fue la del Primer Imperio Haitiano (1804-1806) fundada por el Emperador Jean-Jacques Dessalines quien lideró la independencia de Haití. La segunda monarquía en América pos-colonial fue también, en Haití, establecida por Henri Christophe quien fundó el Reino de Haití (1811-1820), siendo sucedidas por las monarquías de México y Brasil. Ninguna de las monarquías en América duró hasta el siglo XX, siendo la última en caer la monarquía brasileña en 1889 tras la deposición del emperador Pedro II.” Sin embargo, descendientes de los reyes de México y Brasil todavía hoy se auto titulan jefes de sus respectivas casas reales.
Hoy día existe un reinado vigente, el ultimo de America, que enarbola el título de rey para su gobernante. Se trata Su Majestad el Rey Julio Pinedo y Pinedo, un nieto de Bonifacio Pinedo, el ultimo conocido rey esclavo que llego a Bolivia durante el periodo colonial y quien adoptó el apellido de su amo. “Cuenta la historia que, durante la época colonial, cuando los conquistadores españoles trajeron a los negros como esclavos hacia estas tierras sin importarles a que tribu pertenecían y quien era su líder, todos fueron vendidos por igual. Entre medio de los esclavos africanos se encontraba la ascendencia del monarca, pues aun así los esclavos conocían quien era su rey. Después de la independencia de los países de América, en esta región de Bolivia la comunidad lo ha conservado hasta del día de hoy, con una tradición hereditaria de generación en generación.”
Su Majestad ejerce sus prerrogativas reales en un rincón de Bolivia. Su reinado ha sido reconocido oficialmente por el gobierno de Bolivia, ya que esta nación reconoce y protege las costumbres y tradiciones del pueblo afroboliviano. Actualmente el Rey Julio está casado con la Reina Angelica Larrea, una campesina afroboliviana y “tiene un hijo adoptivo, reconocido legalmente, que en realidad es su sobrino llamado Rolando Pinedo, Príncipe Heredero y futuro Rey de la comunidad.”
Si lo anterior nos deja estupefactos recibiremos con júbilo la noticia, procedente de algunos diarios españoles, de que el Rey Emérito de España Juan Carlos de Borbón vendrá a residir en nuestro país (y más particularmente en Casa de Campo). Ya con dos reyes en el continente y el hecho de que todas las excolonias británicas del continente, incluyendo al Canadá, tienen a la Reina Isabel como jefe de estado –representada por un Gobernador que ejerce como figura simbólica– podría ser más asimilable la propuesta de un destacado arquitecto dominicano de que adoptemos el modelo de la monarquía constitucional para hacernos un destino turístico de más alcurnia y atracción. Adoptando ese modelo estaríamos combinando la democracia y la monarquía como se hacía en las tribus antiguas donde la autoridad del cacique estaba supeditada a una asamblea.