Las manifestaciones de la población, de los últimos años, han sido de total rechazo al proceder corrupto y fraudulento del gobierno del partido oficial, las cuales se evidencian contundentemente en los resultados de todas las encuestas recientes. Esa fuerza incontenible del pueblo, para poner fin a todas estas tropelías, no podía esperar más. Según Concepción Arenal: “las fuerzas que se asocian para el bien, no se suman…se multiplican”; y esto fue lo que sucedió aquí.  La insatisfacción popular impidió que el gobierno pisoteara nuestra democracia, y el levantamiento espontáneo de la ciudadanía por esa buena causa, donde brotaron los principios de justicia y libertad, lograron multiplicar los convocantes. La ebullición pudo contenerse porque la ciudadanía dio muestra, nueva vez, de madurez y mesura al esperar pacientemente las elecciones.

“Debemos estar convencidos de que el poder de un gobierno solo lo da la fuerza de sus gobernados, esa misma que puede ser usada para deponerlos”. (Sic). NV (fragmento de un artículo publicado en Acento.com el 5/3/18).

Cuando un pueblo se siente amenazado, como se sintió amenazado el pueblo dominicano al ver que el populismo autoritario imperante entraba en un corredor absurdo hacia la dictadura, la historia, como siempre suele hacerlo, hizo un llamado; un llamado a miles de jóvenes valientes, hombres y mujeres, llenos de energía cívica y de voluntad y entereza. Lograron su objetivo sin pedir nada a cambio. Es mucho más loable una acción heroica cuando no se espera recompensa alguna. Estas acciones transcendentales de la juventud del país, que nos presentó muchos héroes anónimos, son dignas de la memoria de su pueblo, que muy bien podría ser recogida en una narración como si se tratara de una epopeya homérica.

Se recorrió un camino incomprensible e irreflexivo en todos estos años, al cual le llame en una serie de artículos, “El Sendero equivocado”, lleno de irresponsabilidad, malas administraciones y cobardía. El progreso y un mayor grado de desarrollo serán imposibles de alcanzar si no cambiamos el rumbo y la orientación de las ejecuciones de los poderes del Estado, para lo cual sería imprescindible la separación e independencia de los mismos. El cambio es vital, necesario e impostergable. Y la gente quiere un cambio y el único que pudiera llevarlo a cabo es Luis Abinader.  Los otros dos candidatos son especímenes de la misma fauna, aunque uno de ellos quiera presentarse ahora, irresponsable y astutamente, como de la oposición y como si no recordáramos todos, que fue el arquitecto de todo este andamiaje de engañoso ordenamiento que cubre con un manto de impunidad a la corrupción. El desmantelamiento de esa súper estructura del PLD enquistada en el Estado, debe ser de las primeras medidas del próximo gobierno, aunque sabemos que habrán de ser muchas, pues las expectativas son muchas también. Esto debe estar muy claro pues las grandes expectativas muchas veces provocan desilusiones.

¡El Sol que se asomará al amanecer del próximo 5 de julio será fiel testigo del triunfo de ese pueblo valiente!