No fue sepultado en el cementerio nacional de Jerusalén, junto a de su esposa en Sde Boker, el asentamiento del Negev que él amaba.

Shimon Peres, su alumno y seguidor, no fue enterrado junto a su esposa en la tumba de Ben Shemen que él amaba, sino entre los grandes de la nación.

Esa es la diferencia.

Yo no participé en el alboroto que acompañó al funeral. Con todo, fue bastante ridículo. Todo aquel que alguna vez había estrechado la mano o intercambiado unas palabras con él se sintió obligado a escribir sobre él extensamente, expresando sus ideas profundas. La mayor parte no eran más que disparates.

Me gusta aparecer en la televisión. Pero esta vez rechacé decenas de invitaciones de la televisión, la radio y otros. No quería unirme al coro.

Aparte de todo lo demás, había también la paradoja: los cientos de panegiristas, incluyendo las decenas de personas que llegaron desde el extranjero, hablaron con el fin de alabar al hombre de paz, pero todo el evento fue un triunfo de propaganda para el gobierno de Netanyahu, el gobierno de ocupación.

EL DILUVIO de artículos sobre el difunto me recordaba a la antigua historia griega sobre un grupo de ciegos, que tropezaron con un elefante. "El elefante es como un tubo", informó uno, que sostenía la trompa. "El elefante es duro y afilado", dijo otro que tocaba un colmillo. "Es como una alfombra", dijo el que sosteníauna de las orejas ", y así sucesivamente.

Shimon Peres tenía muchas facetas. Sólo que todas ellas forman al hombre real, el que no fue vio ninguno de los panegiristas. Casi todo lo que dijeron y escribieron era basura.

SHIMON PERES fue un político desde la infancia, un verdadero político, un político completo, un político y nada más. No tenía otros intereses, ninguna afición

Todos ellos ignoraron al elefante real de pie en medio de la habitación: la ocupación.

CUANDO LE dio el derrame, escribí un artículo. He decidido ahora a publicarlo de nuevo, con varias adiciones que siento son importantes, o, al menos, interesantes. Lo siento si es un poco largo.

Shimon Peres fue un genio. Un genio de la pose.

Toda su vida trabajó en su imagen pública. La imagen sustituyó a la del hombre verdadero. Casi todos los elogios fueron sobre la persona imaginaria, no la real. El verdadero hombre fue enterrado; que su alma descanse en paz. El hombre imaginado será recordado por las generaciones venideras.

En la superficie, compartimos algunas similitudes él y yo.

Él era sólo 39 días mayor que yo.Llegó a este país pocos meses después demí, cuando los dos teníamos 10 años de edad. A mí me llevaron a Nahalal, una villa cooperativa. Él fue enviado a Ben Shemen, un pueblo de la juventud agrícola.

Lo que tenían en común era el optimismo y la actividad continua.

Y ahí termina la similitud.

YO VENÍA de Alemania, donde éramos una familia acomodada. En Palestina perdimos todo nuestro dinero muy rápidamente. Crecí en la miseria. Él vino de Polonia. Su familia era acomodada también en Palestina. Yo retuve un acento alemán; el uno polaco, muy fuerte. La mayoría de la gente pensó que era yiddish, lo que él negó con vehemencia. En ese momento, el yiddish era despreciado y detestado en el país.

Ya en su infancia había ese algo que provocó el rechazo de los demás estudiantes en la escuela judía de su pequeña ciudad natal. A veces Lo golpeaban, y su hermano menor, Gigi, solía defenderlo. Más tarde relató que Shimon le preguntó: "¿Por qué me odian?".

Quizás este fue el origen de sus ansias de toda la vida del amor de la gente, su admiración y adoración.

En Ben Shemen, su nombre era todavía Persky. Uno maestro le sugirió que adoptara un nombre hebreo como casi todos nosotros lo hacíamos en esos días. Propuso Ben Amotz, el nombre del profeta Isaías, pero ya ese nombre lo había elegido otro alumno, Dan Tehilimsager, quién también se hizo famoso. Por lo que el maestro le sugirió a Peres el nombre de una gran ave de presa. Otra historia cuenta que Shimon vio un buitre en un viaje por el Negev y adoptó el nombre.

CUANDO NOS encontramos por primera vez teníamos 30. Ya él era el director general del Ministerio de Defensa;yo era el editor y el redactor en jefe de una revista que alteraba al país.

Me invitó al ministerio para pedirme que no publicara un artículo de investigación (sobre el hundimiento del buque una refugiados ilegales en el puerto de Haifa por la Haganah antes de la fundación de Israel). Nuestro encuentro es una historia de rechazo mutuo a primera vista. Yo no le caía bien. Y él no me caía nada bien.

Mi disgusto ya estaba en el aire antes de la reunión. En la guerra de 1948 ("la Guerra de la Independencia") yo era un miembro de una unidad de comando. Todos los soldados que luchan de guerra que detestaban a los miembros de nuestro grupo de edad que no combatían ni estaban a la altura, mientras que nuestros compañeros caían.

Uno de los que no sirvieron fue Shimon Peres. A él lo envió al extranjero David Ben Gurion para comprar armas. Una labor importante, pero que la podía realizar un hombre de 60 años.

Este hecho se mantuvo sobre la cabeza de Peres durante mucho tiempo. Y explica por qué los miembros de nuestro grupo de edad lo detestaba,mientras adoraban a Isaac Rabin, Yigal Alon y sus compañeros. Haim Hefer, el poeta de la unidad de élite Palmaj, escribió una canción sobre él: "¿Cómo la chinche llegó tan alto?".

SHIMON PERES fue un político desde la infancia, un verdadero político, un político completo, un político y nada más. No tenía otros intereses, ninguna afición.

Comenzó en Ben Shemen. Peres era un "niño de afuera" allí, un nuevo inmigrante que era diferente de todos los varones nativos, atléticos quemada por el sol. Su cara poco atractivaacento fuerte no ayudó. Sin embargo, él atrajo a Sonia, la hija del maestro de carpintería, quien devino su esposa.

Anhelaba con todo su corazón ser considerado "uno más del grupo." Así que se unió a la "Juventud de Trabajo", la organización juvenil del sindicato omnipotente Histadruth y muy fue activo con toda la energía enorme que ya tenía. Dado que a los muchachos de la localidad, apodados“sabras”, no les gustaba la actividad política, Peres subió en las filas y rápidamente pasó a ser el instructor.

Su primera oportunidad vino después de terminar sus estudios en Ben Shemen y se unió a un kibbutz del Partido del Trabajo (Mapai), que dirigía la comunidad judía con mano de hierro. El partido se dividió, y lo mismo hizo la organización juvenil. Casi todos los líderes jóvenes se unieron a "Fracción B", el grupo de la oposición. Peres se4 quedó casi solo manteniéndose fiel a la facción mayoritaria. Así fue que llamó la atención de los líderes de los partidos, y en especial de Levy Eshkol.

Fue una táctica política brillante. Sus antiguos camaradas lo despreciaban, pero ahora él estaba en contacto con el liderazgo superior del partido. Eshkol lo puso al cuidado de Ben Gurion, y cuando la guerra de 1948 estalló, el líder lo envió a Estados Unidos para comprar armas.

Desde entonces Peres actuó como mano derecha de Ben Gurion, lo admiraba, y –lo más importante−, siguió su camino.

Entre la algarabía de elogios Peres fue llamado "el último de los fundadores de Israel." Esto es un sin sentido. El estado fue fundado por los soldados de 1948, los que murieron, los heridos y sus compañeros. No en la oficina en Tel Aviv, sino en los campos de batalla de Negba y Latrun. Ben-Gurion y los políticos en dieron forma al Estado, y no para mejor. Peres era solo un joven ayudante.

BEN GURION imprimió su visión política en el nuevo estado, y se puede decir hoy que el estado continúa moviéndose sobre los carriles establecidos por él. Peres fue uno de sus ayudantes principales.

Ben Gurion no creía en la paz. Sus opiniones se basaban en el supuesto de que Los árabes nunca volverían a hacer la paz con el Estado judío, que fue fundada en lo que había sido su país. No habría paz durante al menos, muchas generaciones por venir, en todo caso. Por lo tanto el nuevo estado necesitabade una fuerte potencia occidental como aliado. La lógica dictaba que ese aliado sólo podía venir de las filas de las potencias imperialistas, que tenían miedo del creciente nacionalismo árabe.

Era un círculo vicioso: (1) Con el fin de defenderse de las árabes, Israel necesitabaun aliado colonialista anti-árabe anticolonialista. (2) Tal alianza no haría sino aumentar el odio de los árabes hacia Israel. (3) Y así sucesivamente, hasta hoy.

El primer aliado prospectivo fue Gran Bretaña, la madre de la "Declaración Balfour". Pero no llegó a concretarse: los británicos preferían acoger el nuevo nacionalismo árabe. Pero en el momento oportuno otro aliado apareció en la escena: Francia.

Los franceses tenían un imperio extenso en África. Argelia, oficialmente era un departamento de Francia, se rebeló en 1954. Ambos bandos lucharon ferozmente.

Incapaces de creer que sus argelinos se levantaría contra ellos, los franceses echaron toda la culpa al nuevo líder que había llegado al poder en El Cairo. Pero ningún país estaba dispuesto a ayudarlos en su "guerra sucia". Excepto uno: Israel.

Ben Gurion, ya envejecido, temía al nuevo líder panárabe, Gamal Abd-al-Nasser, que estaba uniendo al mundo árabe. Joven, enérgico, de buen aspecto, y carismático, "Nasser", un orador vehemente, no se parecía a los antiguos notables árabes a los que estaba habituado Ben Gurion. Así que cuando "Nasser" apoyó a los combatientes por la libertad de Argelia, y los franceses extendieron la mano a Israel, Ben Gurion con la asió con impaciencia.

Era el viejo círculo vicioso de nuevo: (1) Israel apoya la opresión francesa contra los árabes, (2) el odio árabe hacia Israel aumenta, (3) Israel necesitaba a los opresores coloniales aún más. En vano advertí en contrade este proceso fatídico. Cuando Abd-al-Nasser llegó al poder, manifestó su disposición para hablar con Israel. Invitó a un amigo mío ex oficial de alto rango del ejército que pone había conocido durante la guerra de 1948, para una visita secreta a El Cairo. El canciller Sharett le prohibió acudir. Creo que se perdió entonces la oportunidad histórica. Israel hizo lo contrario.

El emisario de Ben Gurion a Francia fue Shimon Peres. El joven, que hablaba mal el francés y usaba un traje azul que no le servía, se convirtió en una cara familiar en París. Con su ayuda, el proceso llegó a alturas jamás soñadas. Por ejemplo: cuando la ONU debatió una propuesta para mejorar las penas de prisión del cautivo líder argelino Ahmed Ben Bella, la única voz en la ONU en contra en la votación fue la de Israel. (Hasta los franceses boicotearon la reunión.)

Esta alianza nada santa  llegó al clímax en la colusión bélica de Suez en 1956, en la cual Francia, Gran Bretaña e Israel atacaronconjuntamente a Egipto. Esta operación unificada desató la condena mundial, EE.UU. y la Unión Soviética hicieron causa común y los tres conspiradores tuvieron que retirarse. Israel tuvo que devolver toda la extensa península del Sinaí.

En ese momento, establecí el "Consejo Israelí para una Argelia libre". Me reuní con los miembros del "gobierno provisional argelino", que querían convencer a los judíos de Argelia a permanecer en su tierra natal después de la independencia.

Los franceses llevaron de nuevo a Charles de Gaulle al poder, y él comprendió que había que poner fin a aquella guerra sin esperanza. Peres continuó alabando la alianza franco-israelí, que anunció, no estaba basada en simples intereses sino en profundos valores comunes. Publiqué este discurso, frase por frase, con una réplica de cada una. Pronostiqué que una vez que la guerra de Argelia terminara, Francia iba a soltar a Israel como una patata caliente y renovaría los lazos con el mundo árabe. Y eso, por supuesto, es exactamente lo que sucedió. (Israel adoptó a EE.UU. en su lugar.)

Antes de que Francia saliera de Argelia, los colonos franceses establecieron un movimiento clandestino, la OAS, contra los luchadores por la libertad y contra de Gaulle. En ese momento, se descubrió un barco lleno de armas en alta mar. Se encontró que el barco estaba destinado a os colonos argelinos. Todo el mundo sospechaba de Peres. La canciller Golda Meir, a la que Peres odiaba, se puso furiosa. En esos tiempos, el Ministerio de Defensa de Peres  repartía armas a muchas de las dictaduras más sucias de la tierra.

Uno de los frutos de la aventura de Suez fue el reactor atómico en Dimona. En Israel, se ha afianzado una leyenda indeleble de que Peres es el "padre de la bomba". En realidad, el reactor fue una parte del premio de Francia por los valiosos servicios prestados por Israel a Francia durante la guerra de Suez. Fue también un impulso para la industria francesa. Los materiales necesarios para tal fin se obtuvieron en muchos lugares mediante el robo y el engaño.

Con todo, Israel se hizo daño por su implicación con Francia. La grieta entre él y el mundo árabe se convirtió en un abismo.

(A diferencia de la mayoría de mis amigos partidarios de la paz israelíes, no me pronuncié contra el armamento nuclear de Israel. La bomba podría dar a los israelíes un sentido de seguridad que podríahaber servido como un techo para los esfuerzos de paz. Nunca he atacado a Peres Por su participación en este asunto.)

LA CARRERA de Peres se asemeja a la leyenda de Sísifo, el héroe del mito griego antiguo que fue condenado por los dioses a rodar una roca pesada hasta la cima de una colina, pero cada vez que se acercaba a su objetivo, la roca se deslizaba de las manos y rodajacuesta abajo a la parte inferior.

Después de la guerra del Sinaí, la suerte de Peres se elevó a nuevas alturas. El "arquitecto de las relaciones con Francia", "el hombre que obtuvo el reactor atómico", fue nombrado viceministro de Defensa y estaba en camino para convertirse en un miembro significativo del gabinete, cuando todo se desplomó. Ben Gurion estaba inclinado a revelar un odiosocaso de sabotaje en Egipto y fue depuesto y por sus colegas. Insistió en la fundación de un nuevo partido, llamado Rafi. Peres, hijo propio descontento, se vio obligado a unirse, y con igual disgusto, lo hizo Moshe Dayan. Ben Gurion gobernaba sus vidas.

Ben Gurion no estaba activo. Dayan, como de costumbre, no hizo nada. A Peres le tocó hacer campaña. Con su incansable energía habitual araba la tierra, pero en las elecciones del partido, con todassus estrellas brillantes, sólo ganó 10 escaños en el Knesset de 120 miembros, y entró en una oposición impotente. La roca de Peres rodó hasta el fondo.

Y luego vino la redención −casi. Abd-al-Nasser envió a su ejército al Sinaí, el pánico estalló en Israel. El partido Rafi se unió al gobierno de emergencia. Peres esperaba ser nombrado ministro de Defensa, pero en el último minuto el carismático Dayan consiguió el cargo deseado. Israel ganó una resonante victoria en seis días, y el hombre con el parche en el ojo negro se convirtió en una celebridad mundial. Peres tuvo que conformarse con un ministerio menor. La roca rodó abajo de nuevo.

Rafi se reincorporó al Partido Laborista. Cuando me encontré con Peres en el Parlamento, le pregunté cómo se sentía. "Voy a responder con una broma", respondió. "Un hombre se casa y sus colegas preguntar sobre su esposa. Es una cuestión de gusto, responde el anciano, ella no me gusta."

Durante seis años Peres languideció, mientras Dayan se asoleaba bajo la admiración de los hombres de todo el mundo, pero especialmente de las mujeres. Y entonces la suerte cambió de nuevo. En Yom Kipur los egipcios cruzaron el Canal de Suez y obtuvieron una asombrosa victoria inicial, Dayan se derrumbó como un ídolo de barro. Y después de algún tiempo, Golda Meir y Dayan se vieron obligados a renunciar.

¿Quién iba suceder como primer ministro a Golda? Peres era el candidato obvio. Él no participó en los errores que habían conducido a la guerra. Era un experto de la defensa. Era joven y prometedor. La roca se acercaba al tope de la colina, cuando lo increíble volvió a suceder.

De la nada apareció Isaac Rabin, el muchacho nativo, el vencedor de la Guerra de los Seis Días. Le arrebató la corona a la derecha bajo la nariz de Peres. Sin embargo, se vio obligado a designar a Peres, quien no le gustaba, como ministro de Defensa. La roca había subido hasta la mitad cuesta arriba.

Los años que siguieron fueron un infierno para Rabin. El ministro de Defensa tenía una sola ambición en la vida: socavar al primer ministro. Seso se convirtió en su ocupación a tiempo.

La animosidad entre les dos, que se inició en la guerra de 1948, se convirtió en el odio de pleno. Rabin disfrutó los fracasos de Peres. Por ejemplo: como ministro de defensa, Peres fue el responsable de los territorios ocupados. Un día le ordenó elecciones para los municipios, seguro de que serían elegidos notables viejos inofensivos. En cambio, los palestinos eligieron activistas a favor de la OLP. Cuando tuve la oportunidad de visitar a Rabin al día siguiente, estaba celebrando.

Para molestar a Rabin, Peres hizo algo de importancia histórica: creó los primeros asentamientos israelíes en medio de la Cisjordania ocupada, con lo que se inició un proceso que amenaza el futuro de Israel. Hasta entonces, los asentamientos se ubicaban solo en los márgenes de la Ribera Occidental. No es de extrañar que los colonos le cantaran alabanzas en el funeral.

Eso no ocurrió por accidente. Ya al día siguiente de la ocupación, cuando me llamaron para la creación inmediata de un estado palestino, Peres estaba cerca de una nueva organización llamada "Todo Eretz-Israel", que defendía la anexión de todos los territorios ocupados por Israel.

El furioso Rabin le puso un apodo se ha pegado que se le pegó desde entonces: "El Intrigante incansable".

En 1976 se decidió llevar a cabo una operación muy peligrosa en el campo de aviación de Entebbe, en Uganda, con el fin de liberar a los rehenes de un secuestro que incluían un grupo de israelíes. Cuando so logró, comenzó una pelea en Israel sobre los laureles. Peres reclamó el éxito por sí, ya que el plan audaz fue elaborado en su ministerio. Los admiradores de Rabin insistieron en que él había tomado la decisión y asumido la responsabilidad.

Esto, por cierto, arroja luz sobre un hecho significativo: Peres siempre funcionaba mejor cuando él era No. 2. Él fue el número 2 de Ben Gurion en el caso francés. Él fue la número 2 de Rabin en Entebbe, y más tarde en Oslo.

Un año más tarde, Rabin tuvo que convocar a elecciones anticipadas, porque aviones de combate suministrados por EE.UU. llegaban a Israel ese viernes, demasiado tarde para que los invitados de honor llegaran a casa sin profanar el Sabbath (sábado). Las facciones religiosas se rebelaron. Rabin, por supuesto, encabezó la lista del partido.

Entonces algo sucedió. Al parecer, después dedejar su trabajo como embajador en EE.UU., antes de convertirse en primer ministro, Rabin había dejado atrás en América una cuenta bancaria. Eso era algo ilegal entonces. La esposa de Rabin fue acusada, Rabin cargó con la culpa y renunció. Peres se convirtió en el No. 1 en la lista y por fin la roca se acercaba a la cima de la colina.

El día después de las elecciones Peres ya estaba celebrando la victoria, cuando lo insólito pasó: Menachem Begin, considerado por muchos un fascista, había ganado. Y abajo rodó la roca.

En vísperas de la guerra del Líbano de 1982 (durante la cual conocí a Yasser Arafat) los líderes de la oposición Peres y Rabin fueron a ver a Begin y le pidieron invadir el Líbano.

La guerra terminó con la masacre de Sabra y Shatila, Begin cayó en una profunda depresión y fue relevado por otro terrorista: Isaac Shamir. Vino entonces una especie de interregno, cuando ninguno de los dos grandes partidos podría gobernar solo. Se dispuso un esquema de rotación de dos cabezas. En una de las tandas como primer ministro, Peres ganó laureles indiscutibles como el hombre el que venció a la inflación de tres dígitos de Israel e instituyó el “Nuevo Shekel”, que todavía es nuestra moneda.

La roca volvió a subir, cuando sucedió algo muy desagradable. Cuatro chicos árabes secuestraron un autobús lleno de gente y se dirigieron hacia el sur. El autobús fue tomado por asalto. El Gobierno afirmó que los cuatro murieron durante la batalla, pero entonces yo publiqué una fotografía que muestra a dos vivos después de la captura. Parecía que los habían ejecutado a sangre fría por el Servicio de Seguridad.

En el medio de la historia de Peres sucedió a Shamir, según lo acordado con antelación. Peres buscó el perdón para todos los asesinos, entre ellos el jefe del Shin Bet.

RABIN VOLVIÓ al poder, esta vez con Peres como canciller. Un día, Peres pidió verme, un suceso inusual, ya que la enemistad entre nosotros era una parte del folklore.

Peres me dio una conferencia sobre la necesidad de hacer la paz con la OLP. Puesto que este había sido mi objetivo en la vida durante muchos años, mientras que él, firmemente, se había opuesto a ella, casi no pude contener la risa. Y entonces, me habló en confianza sobre las negociaciones de Oslo, y me pidió que usara mis influencias para convencer a Rabin.

Peres, en verdad, tuvo una mano en el acuerdo, pero fue Rabin quien tomó la decisión trascendental −y pagó con su vida.

Veo en mi imaginación al asesino que espera al pie de la escalera con su pistola cargada, que deja pasar a Peres unas pocas pulgadas y espera a Rabin, quien cayó unos minutos más tarde.

El comité del Premio Nobel decidió otorgar el Premio de la Paz a Arafat y Rabin. Admiradores de Peres en todo el mundo protestaron airadamente, hasta que el comité añadió a Peres a la lista. La Justicia demandaba otorgar también el premio a Mahmoud Abbas, que había firmado el acuerdo con Peres. Pero los estatutos sólo permiten tres premios. Así que Abbas no se convirtió en un premio Nobel. Y no protestó.

Después de la muerte de Rabin, Peres pasó a ser el primer ministro temporal. Si él hubiera llamado a elecciones inmediatas habría ganado por goleada. Pero Peres no quería aprovechar los faldones del muerto. Él quería ganar por sus propios méritos. Pospuso la elección por unos meses pocos.

Esta fue la gran oportunidad de su vida. Por fin era primer ministro, libre para tomar decisiones. Fue un desastre.

Primero, dio la orden de matar al "ingeniero", un celebrado combatiente palestino ("terrorista"). Como resultado, en todo el país fueron volados autobuses. Luego invadió el Líbano, operación que terminó con la terrible (accidental) matanza en Kafr Qana.

En la elección siguiente, perdió ante Benjamín Netanyahu.

(LO que dio lugar a mi broma: "Si una elección se puede perder, Peres, la perderá. Si la elección no se puede perder, Peres, la perderá todos modos.")

NUNCA HE odiado a Peres. Creo que él no me odiaba. La enemistad entre nosotros era puramente política.

De vez en cuando nos enfrentamos de uno con el otro. Una vez el celebrado conductor Zubin Mehta y su nueva esposa nos invitaron a mi esposa ya mí a cenar a su casa. Cuando llegamos, me sorprendió descubrir que a excepción de nosotros, sólo Shimon Peres y su esposa, Sonia, estaban allí. Fue una noche interesante. Peres resultó ser un conversador entretenido, llena de humor sardónico. Describió en detalle la reunión del gabinete con Henry Kissinger Describió el comportamiento de los ministros de uno en uno. Un ministro se pasaba la reunión limpiándose las uñas;otro comiendo todo el tiempo, y así sucesivamente.

Una de las leyendas que se ocupó mucho de difundir es que era un ávido lector, que lee libros importantes tan pronto salen. The New York Timeslo elogiócomo el "Político-Filósofo". La verdad es que no leyó libros en absoluto. Uno de son ayudantes cercanos, Boaz Appelboim, reveló que su trabajo consistía en leer los libros y prepararle a Peres un breve resumen, con el añadido de una cita o dos, lo que le permitíaa Peres dejar caer una observación aguda durante las conversaciones. Esto hace unaprofunda impresión.

Esto queda confirmado por una simple observación. Cuando una persona lee libros, esto se refleja de una forma en sus declaraciones. Nada de eso se puede detectar en los discursos innumerables de Peres. Todos Sus discursos eran políticos, planos y secos.

(En realidad, ningún político activo tiene tiempo para leer. Ben-Gurion, el mentor de Peres, también se hizo pasar por un hombre de libros, un comentarista de la Biblia y renovador de la lengua hebrea. Nos dijo que había aprendido español con el único propósito de leer a Don Quijote en el original. Ben Gurion, también, era un político −un genio político, pero nada más que un político).

Uno de los talentos reales de Peres fue su capacidad para acuñar frases ingeniosas. Hay cientos de ellas, desdeel "Nuevo Oriente Medio", que carecía de sustancia, al "capitalismo porcino", una frase que no fue obstáculo para confraternizar con el mundo de los ricos.

En todas sus campañas electorales, Peres fue maldecido y abusado. Le arrojaron tomates podridos. Una vez que se quejó de "un mar de (obscenos) gestos orientales" que lo hizo aun más rechazado por ciudadanos de ascendencia oriental.

Durante este tiempo Peres hizo algo inteligente: se sometió a la cirugía plástica. Su aspecto mejoró notablemente.

La desgracia final cuando Peres se presentó a las elecciones a la presidencia del estado. El Presidente, un rostro ceremonial carente de poder real, es elegido por el Knesset. Sin embargo, Peres perdió contra un cero a la izquierda, un don nadie del Likud llamado Moshe Katzav. Parecía un insulto final.

Peroentonces, lo impensable sucedió. Moshe Katzav fue arrestado y condenado por violación. Tras la elección, el Knesset eligió a Peres en lo que parecía ser un ataque de remordimiento colectivo.

La roca había la parte superior de la colina. Con su incansable energía habitual, Sísifo, después de todo, había ganado. El político de toda la vida que nunca había ganado unas eleccionesahora era Presidente – y de un día para otro se volvió increíblemente popular, el favorito de las masas. Fue realmente un milagro.

Usó su nueva celebridad en todo el mundo para servir como una hoja de parra para el gobierno de Netanyahu y su política de ocupación y la opresión, mientras se adoraba en el extranjero como el Hombre de la Paz.

Peres tuvo varios años para disfrutar del nuevo amor de la gente, su objetivo de toda la vida. Y entonces tuvo un derrame cerebral.

Su funeral seconvirtió en un evento nacional e internacional de primera categoría. Peres fue coronado como uno de los grandes de este mundo, como el máximo hombre de la Paz, como fundador del Estado de Israel, como un gran pensador. Podría haber sido un personaje de Shakespeare.

Sísifo ha sido enterrado. Pero la piedra permanece en la cima de la colina.