La acuarela es dibujo sobre papel que en vez de realizarse con tinta negra en varios tonos se utilizan diferentes matices de color con la misma gradación tonal que se emplea en las aguadas.

Es decir que los artistas del siglo XVIII  dieron un paso al poner color a la técnica de la aguada. Para  conocer esto es  necesario  saber  algunos aspectos del  Paisajista  William Tuner, quien fue llamado por los ingleses de su tiempo como “el pintor de la luz”.

Se cuenta que en el siglo XVIII hubo una costumbre inglesa de visitar ruinas monumentos y paisajes en el resto del continente, lo que dio inicio a una particular forma hacer  turismo.

Se cuenta también que los ingleses, deseosos de regresar con algún recuerdo de las vistas, recurrían a la adquisición de grabados figurativos  que realizaban artistas locales. El grabado fue en  su tiempo la forma rudimentaria de reproducción en copia  de dibujos.

En principio les dio a algunos artistas por manchar como aguadas aquellos grabados con la finalidad de ilustrar más fielmente las imágenes.

Fue al paisajista Turner que se le ocurrió utilizar el color con la misma técnica que se utilizaba hasta entonces la aguada que  por  naturaleza es acromática.

Aunque la obra  de Turner que conocemos fue realizada en óleo sobre lienzo.  En estas, más que el parecido con la imagen le importaba  el efecto de la luz y la textura.

Aunque muchos dicen que el autor de “El Temerario” pudo influir  en los Románticos  podemos considerar que muy bien puede ser un  precursor del arte abstracto que vino a verse  en el siglo pasado.

Ruskin, que fue un importante escritor y  crítico inglés de arte,  describe a Turner como el artista que “pudo medir el temperamento de la naturaleza”.