(Apuntes para un Manual de Sociología barata.)

18 de junio de 2015

Santo Domingo, D.N.

Licenciado Danilo Medina.

Presidente de la República Dominicana:

Me dirijo a usted sin pretensión alguna a no ser comunicarle mi parecer respecto a un tema que nos afecta a todos(as).

El gobierno que usted dirige no  ha sido sensato ni profundo respecto al tema haitiano. Su posición ha sido ambigua, no quiso enfrentar como lo ha hecho con otros temas a un grupo de políticos y abogados anti-haitianos que decidieron y diseñaron una Sentencia que por su carácter retroactivo es inhumana porque contiene sañas. Es mala y negativa en su naturaleza porque se fundamenta en el resentimiento y en el odio que un sector influyente de la sociedad dominicana siente respecto a una etnia que, como todos los emigrantes, más que rechazarlos debemos agradecerles mucho.

Ni usted ni su partido hicieron un esfuerzo basado en argumentos migratorios modernos para discutir de forma democrática con los diferentes sectores de la población  las causas y las consecuencias de una Sentencia que en la realidad traerá más problemas que soluciones. Porque todo lo que se articula sobre la base del odio, las mentiras,  los mitos históricos, el pasado “esquizoide”, la superficialidad, el rechazo y el abuso de poder no trae buenas consecuencias.

¿Cómo es posible que en pleno siglo veintiuno, el gobierno dominicano siga estableciendo políticas migratorias respecto al pueblo haitiano sobre la base de los mitos y constructos inventados por la cultura trujillista y balaguerista?.  No comprendo por qué esa Sentencia no se centró en resolver un tema ancestral, reconocer como dominicanos los hijos de haitianos criados y nacidos aquí, como son los Vicini, los Corripio, los Majluta, los Fadul, los Lama, y una etcétera de extranjeros de origen blanco.

¿Cómo podía el gobierno de Danilo Medina enfrentar de buena lid el tema haitiano, si en los puestos claves para decidir políticas migratorias dejó o colocó funcionarios de mentes obtusas respecto a este tema?. Para muestra basta un botón, Ministerio de Interior y Policía, Dirección de Migración y la Junta Central Electoral.  En pocas palabras, la ultraderecha católica se adueñó del tema. Ocupó o permeó todos los medios de comunicación más relevantes, creando odios y falacias en la mentalidad de un pueblo hambriento e ignorante como el nuestro.  El conflicto llegó donde ellos querían: expulsar o repatriar de forma denigrante a dominicanos de otras etnias solamente porque son haitianos, o sea: Negros y pobres. 

El tema no se queda ahí. Su gobierno ha sido incapaz de enviar un mensaje claro respecto a las manifestaciones violentas y xenofóbicas contra  ciudadanos(as) haitianos(as) indefensos(as). ¿Cuántas personas hay en la cárcel respecto al incidente de Moca? ¿En qué ha parado la investigación del haitiano que ahorcaron en Santiago de los Caballeros?. ¿Y si esos actos xenofóbicos hubiesen pasado con las etnias italianas, francesas o  españolas la actitud indiferente de su gobierno hubiese sido la misma? Más terrible aún,  el gobierno haitiano teniendo poder sobre nosotros por ser nuestro segundo socio en asuntos de comercio, no alza la voz y permite que el gobierno dominicano se haga el ciego respecto a la xenofobia contra ciudadanos(as) haitianas(as). Mientras su gobierno es indiferente respecto  a estos actos de violencia,  yo tengo compasión por este  pueblo que tanto habla de Dios pero en la práctica respecto a este tema nos estamos pareciendo al Demonio.

Mientras los medios de comunicación y su  gobierno hacen un escándalo porque de forma espontánea unos ciudadanos haitianos quemaron una bandera dominicana que ni los dominicanos respetan. Porque en estos tiempos (a diferencia del siglo VIII) los símbolos patrios se respetan haciendo uso digno del erario público y respetando las leyes y no con ritos muertos por un trapo. Mientras nos quejamos por un acto que nada tuvo que ver con la acción de un Estado o un pueblo sino un acto vandálico aislado. De este lado de la isla, las pléyades xenofóbicas  contra el pueblo haitiano  transcurren  en la cara de su gobierno, y usted no se digna en dar órdenes  para proteger a ciudadanos que como todos los emigrantes del mundo, su único gran mérito es aportar riqueza a este país. De lo contrario revísese cuál es el aporte de esa etnia al PIB de la República Dominicano.