"- Ya que exiges justicia, ten por seguro que hoy aquí tendrás más de la que deseas."

No sería justo pretender hablar de hombres cuando lo que se juzgan son obras  (Barthes y la tesis de la muerte de autor), esto sería más bien enfrentar famas.

Sobre "el mercader de Venecia" podemos decir (y alguien debe decirlo francamente y sin entredichos) que no es la gran obra, que no sobrevive (al menos en sentido estético) a la prueba del tiempo, que es un extracto de la Gesta Romanorum, que es un remiendo entre varios argumentos a modo de caja china o cadáver exquisito sin lo exquisito.

De Sleuth podemos decir que es una obra maestra. En sus versiones cada una, si no es que supera la anterior, la iguala en un paralelismo polidimensional. Bastaría decir que todo bartender conoce o debe conocer el abismo entre vodka y whisky.

El teatro es una de las artes más perversas, tomando, obviamente, la etimología en ambos casos; el lugar para contemplar suele reflejar algo de voyeurismo, o, el teatro da vueltas por completo al sentido de danza o literatura.

Las bellas artes siempre se han custodiado por el placer de la "hibridación", pero el teatro… el teatro es solo superado en abstracción por la música. El teatro puede verse en su origen como "el arte de y para los artistas". Causa primera de la tan afamada "intertextualidad".

El teatro es en primera instancia literatura, luego ejecución; interpretación. Ahora bien algo que no debe perderse nunca es que los personajes, como en la vida, no conocen nunca la magnitud de sus actos y ahí entra el papel del director. Los actores que encarnan tal o cual personaje no deben dominar el entramado de la obra, sino que deben estar siempre guiados por la motivación, de no ser así no serían veraces.

Un error garrafal que no puede permitirse lo vemos en la última interpretación en el país  de "psicosis 4:48″ en el pasado marzo teatral donde los actores no comprendían los diálogos y sin embargo se podía intuir la grandeza de la obra. Y otro error de igual magnitud lo vemos en la película "el mercader de Venecia" dirigida por Michael Radford, donde este no comprende la magnitud del la obra y mucho menos dónde está el conflicto.

El caso contrario lo vemos en Sleuth desde la versión original del 1970 dirigida por el mismo Anthony Shaffer, la adaptación al cine del ´72 también por él y dirigida por Joseph Mankiewicz, y la ultima adaptación cinematográfica del 2007 dirigida por Kenneth Branagh, donde las actuaciones y la dirección mantienen una influjo positivo en toda la obra sin dejar de ser teatro.

También de Sleuth podemos decir que mantiene fenómeno muy parecido al de la "protagonista ausente" ya antes estudiado por esta vía.