El ejercicio de compilar las noticias y sucesos de mayor relevancia ocurridos durante los últimos años en todo el espacio geográfico de la región localizada al Sur Oeste de la República Dominicana, muestra la necesidad imperiosa que tiene este territorio y su gente de ser atendida con urgencia.
Una secuencia acumulada de situaciones se han presentado durante las últimas décadas en esta zona del país; desde los conflictos legales por las tierras de Bahía de las Águilas, pasando por el anunciado desarrollo turístico de Pedernales, la explotación minera y sus conflictos con los suelos de vocación agrícola, las irregularidades en el control fronterizo, el aumento en los niveles de agua del Lago Enriquillo, la reiterada Presa de Monte Grande, la ausencia de oportunidades y su impacto en los procesos migratorios hacia la capital. Eventos que de una manera u otra impactan en la dinámica social y económica de un territorio caracterizado por abundantes recursos naturales y precarias oportunidades.
Uno de los últimos sucesos ocurridos en el territorio en cuestión, donde un grupo de dominicanos otorgaba un plazo para que todos los nacionales haitianos salieran inmediatamente de la provincia de Pedernales encendió las alarmas nacionales ante las posibilidades de que se produjeran hechos lamentables y evidenció una vez más la urgencia de atender las necesidades y colocar al Sur en el centro de las preocupaciones del país.
A pesar de que las proyecciones a la fecha indican que la región tiene un total de 890,567 Habs.[1], lo cual representa apenas un 8.6% de la población, los datos sobre la extensión territorial indican que la zona en cuestión tiene 14,192 Km², para un 29.32% de la superficie total del territorio nacional agrupado en siete provincias (Azua, Barahona, Baoruco, Elías Pina, Independencia, Pedernales, San Juan) y cuarenta y siete municipios. Sin lugar a dudas esta importante superficie territorial integrada por áreas protegidas, suelos de distintas vocaciones, asentamientos humanos, corredores ecológicos, contiene sus limitaciones, necesidades y potencialidades las cuales deben ser atendidas por los tomadores de decisiones con el objetivo de propiciar la mejor ocupación de sus suelos, garantizar la sostenibilidad del ambiente, inducir el desarrollo económico de su gente y conformar una plataforma para que las inversiones puedan ser fértiles en beneficio de los sectores productivos y de la población en general.
Colocar el Sur en el centro significa atender las demandas de la población que allí se encuentran, propiciando la habitabilidad básica de su gente, a través del acceso a viviendas dignas, la creación de oportunidades para el desarrollo productivo de sus habitantes y la generación de capacidades para las presentes y futuras generaciones. Este objetivo se logra al propiciar el desarrollo endógeno del territorio en cuestión, junto a los tomadores de decisiones y a los actores relevantes de la región; impulsando inversiones de calidad, construyendo el capital social que de sostenibilidad a los procesos e instalando una institucionalidad comprometida con elevar la calidad de vida de los ciudadanos, sin importar el lugar de la República Dominicana en el cual haya nacido. Colocar el Sur en el centro, es diversificar la mirada sobre todo el territorio, sin concentrar la atención en un solo lugar.