La última obra del peruano Mario Vargas Llosa, El sueño del celta ( Alfaguara, 2010), puesta en circulación pocos días después de anunciarse su Premio Nobel de Literatura en octubre 2010, es una novela histórica sobre el irlandés Roger Casement, uno de los primeros europeos, que en su calidad de diplomático inglés, denunció vehementemente los abusos cometidos por los colonizadores y las compañías de explotación del caucho contra los nativos a principios del siglo XX en el Congo belga y en la Amazonía sudamericana. Es también un héroe irlandés, promotor de la autonomía de ese país.
Relatada en dos planos, la historia comienza por el final cuando Casement se encuentra preso en una cárcel inglesa por sus actividades nacionalistas y mediante flashbacks presenciamos sus traumáticas experiencias en las selvas de dos continentes y en las misiones clandestinas por la independencia de Irlanda. El relato es entretenido, aunque peca de excesiva reiteración de los abusos cometidos por los colonizadores a través del sistema de trabajos forzados.
Las enfermedades contraídas en la selva, el desgaste físico y emocional que implicaron las investigaciones que realizó sobre las explotaciones del caucho, y sobretodo, la soledad del homosexual encubierto y la causa del nacionalismo irlandés fueron los motivos que se conjugaron para que Casement renunciara del Foreign Office inglés en el 1912. Al retirarse, inicia una nueva vida consagrada a la causa de la independencia irlandesa asociándose a los Voluntarios Irlandeses, organización paramilitar fundada en el 1913, que eventualmente se convirtió en el Ejercito Republicano Irlandés, mejor conocido por sus siglas en ingles, "IRA".
Vargas Llosa dice que "… es imposible llegar a conocer de manera definitiva a un ser humano, totalidad que se escurre siempre en todas las redes teóricas y racionales que tratan de capturarla." En el caso de Casement, su lado oculto y talón de Aquiles, como otros "closet gays", fue su opción sexual que originó que plasmara sus experiencias en sus diarios- encontrados y difundidos por el Servicio Secreto inglés- donde relataba los encuentros furtivos con jóvenes, que podían servir de base para acusarlo de pedofilia. En sus últimos años esa debilidad fue fatal pues fue un efebo noruego el que lo traicionó, delatándolo al servicio secreto inglés.
Esta es la historia de un ser excepcional que defendió a capa y espada a las victimas de las explotaciones de caucho en contra de los poderes establecidos, y que además fue un héroe- aunque un tanto ingenuo, lo que se ve en el relato de su negociación con los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. Vargas Llosa lo presenta al crudo, con sus fortalezas y debilidades, como todo ser humano, pero sin embargo, no profundiza en los aspectos psicológicos del personaje. No obstante, esta obra es un excelente ejemplo de los méritos por los cuales Vargas Llosa recibió el Nobel: "por su cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, rebelión y derrota del individuo." Buena lectura.