Recuerdo, cómo no recordarlo, cuando el Sr. Luisín Jiménez empezó una campaña de programa en programa con la sugerencia debajo del brazo, un folder azul, de la Pena de Muerte. Estaba buscando una diputación, y en ese septiembre del 2005 alegaba que con la Pena de Muerte se resolvía el problema de las violaciones en el país. Puso de ejemplo que en 38 estados de USA y en China existe la Pena de Muerte y que la criminalidad ha descendido:

—Sí, fíjate Ivonne, en China ya van 3,700 ejecutao.

Recuerdo que gruñía algo sobre un Consejo de Notables, El Cardenal Agripino Vincho Ceteris Paribus, los sospechosos usuales, para decidir sobre la vida de un acusado; y que aunque su investigación no fue científica, salió a preguntar un día en la Lincoln, estaba seguro que la Pena De Muerte era pedida a gritos por el pueblo.

Gracias a un señor llamado Leonel Fernández ha llovido mucho de ese tiempo para acá, el Sr. Luisín Jiménez fue nombrado embajador en el 2006, y ahora es diputado, y sigue sugiriendo la Pena de Muerte.

Bien, eso habla muy bien de su persona. En un país donde la justicia es una pocilga; donde la policía crea expedientes; donde si usted se roba un salami y es haitiano lo condenan a 10 años en Elías Piña pero si es político y presidente y se roba 200 mil millones hasta puede ostentarlos y echar vainas con una lujosa Fundación; donde se tira muchísima basura al suelo y se le tiran piedras a los viralatas; hay que ser un imbécil para hablar de Pena de Muerte. Y aunque la justicia funcionara, hay que ser un imbécil para hablar de Pena de Muerte.

Ojo por ojo y diente por diente, dictaminó Hammurabi hacia el 1700 a.C. por allá por Babilonia. También en el mismo código aparecían estas maravillas del humanismo:

  • Si un ciudadano acusa a otro de homicidio, pero no puede demostrarlo, entonces será muerto.
  • Si un niño ha pegado a su padre, a ese niño se le cortarán las manos.
  • Si un hombre que es diputado, y homofóbico, y habla disparates por radio y televisión embruteciendo al pueblo, y que sus iniciales sean L. J., busca instaurar la Pena de Muerte en un país que no tiene ni energía eléctrica, se le cortará esa lengua bruta durante una fiesta en el malecón con Fefffffffffita y Krissssssssssspy.