"El silencio de la gente buena es peor que las acciones de la gente mala" – Malalai Joya
El presidente Danilo Medina continúa con su forma simple de gobernar. Entre visitas sorpresas, saltos de charcos e inauguraciones de escuelas, su estilo contrasta claramente con el del ex -presidente Leonel Fernández, quien siempre prefirió teorizar sobre la globalización y la paz en el Medio Oriente en vez de la corrupción y los apagones en nuestro país.
Reconozco que el presidente Danilo Medina se ha enfocado en resolver muchos problemas importantes, y por eso goza de un alto nivel de popularidad en la población. Pero al mismo tiempo, el presidente mantiene un silencio agonizante ante temas de alto interés nacional. Aunque el presidente se ha caracterizado por ser dialogante y ha escuchado cuidadosamente el parecer de varios sectores en temas muy importantes, no se le conoce alguna convicción frente a los principales temas de interés por la ciudadanía, como lo son:
- Alto costo de la vida
- Bahía de las Águilas
- Loma Miranda
- Impuestos a compras por internet
- Denuncias de corrupción y nepotismo en comedores económicos
- Desorden en el ministerio de relaciones exteriores
- Ley de partidos políticos
- Obstáculos en el cumplimiento del reglamento de naturalización y sabotaje por funcionarios del FNP y la JCE
- Falta de transparencia en finanzas personales de algunos miembros de su gabinete
- Proselitismo político entre funcionarios del gobierno sin tomar licencia, en franca violación de la ley 41-08
- Fomento de la división social entre dominicanos, separados entre “traidores” y “patriotas” por la misma elite trujillista que siempre lo ha hecho para fines políticos
Como dijo Martin Luther King Jr., la historia tiende a juzgar a sociedades no por el clamor estridente de la gente mala, sino por el espantoso silencio de la gente buena. El presidente no puede callar mientras la población grita de impotencia. El presidente debe fijar su postura y dirigirse a la nación, pues su silencio dice más que sus palabras.