El viernes 18 de octubre pasado, en el Centro Universitario del Oeste de la UASD en San Juan de la Maguana, asistimos a un evento muy reconocido en la sociedad dominicana: el 14to. Encuentro Internacional de Educación y Pensamiento, patrocinado por el INAFOCAM, la UASD y la Organización para el Fomento del Desarrollo del Pensamiento.  Es la cuarta versión que en años consecutivos se realiza en la Republica Dominicana.

En esta ocasión, el tema central fue: “Estrategias para la enseñanza y evaluación de competencias en la Educación General y Profesional”. En el marco de la inauguración se dijeron muchas palabras lisonjeras pero se destaca una denuncia grave. La Decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UASD señaló el despropósito de hacer un “Pacto Educativo” prescindiendo de la voz de la universidad del Estado. Y para colmo, la prueba al canto es que las comisiones se han realizado en una universidad católica y privada sin convocar a ninguna reunión de trabajo a los expertos de la universidad estatal.

Puede suceder que los expertos que estén manipulando el proceso inadvertidamente no hayan tomado en cuenta la existencia de la FCE porque la formación de magisterio es tarea asumida por el ISFODOSU creada con la articulación de las antiguas Escuelas Normales (y la consulta está siendo dirigida desde el Consejo Económico y Social según sus facultades constitucionales) por lo que puede ser que se deslice el sesgo anti-uasdiano. Es, ni mas ni menos, “un pelo en la sopa” del Pacto Educativo que se proclama participativo.

Si la UASD no está presente se pierde el aporte de la responsable de la formación de 20,000 estudiantes de educación que son futuros profesionales de las aulas. Por este solo motivo, tiene sentido que aporten su grano de arena al debate nacional. Además, si filosóficamente la Facultad de Ciencias de la Educación de la UASD se ha preparado para instaurar los planes de estudio basado en competencias en enero del 2014, entonces necesitamos que esas cohortes de profesionales hagan acto de presencia en el actual proceso de consulta ciudadana.

Estamos a tiempo, porque lo menos que podemos sospechar es que la participación de la UASD sea una retranca y distorsiones todo el proceso de concertación. Estamos a tiempo porque la riqueza de las opiniones garantiza la voluntad nacional en la consecución de una meta impostergable para el bienestar de todos los dominicanos. Hay que evitar el sesgo que le da la enajenación de un sujeto de la universidad del Estado en la discusión del futuro de la educación dominicana.