Como abordamos en nuestro artículo anterior sobre la incidencia del gasto público en el crecimiento económico, ese gasto público no podrá tener el efecto multiplicador esperado en la actividad económica, debido al alto grado de importación en lo que al gasto de capital se refiere. Por tal razón, incentivar la producción interna para suplir esa demanda de materias primas, maquinarias debe ser suplida por las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Este tipo de empresas juega un rol determinante en el desarrollo económico de cualquier país, en especial en aquellos en vías de desarrollo.

El alto grado de informalidad de la economía dominicana, que en algunas mediciones realizadas por el Banco Mundial la sitúan en el 56.3%. Por dicha razón, el incentivo de la producción a través de las PYMES va a incentivar la creación de empleos, mejorar la calidad de vida no tan sólo de los trabajadores, sino de los emprendedores, y, por consiguiente, una reducción significativa de los niveles de pobreza. En el año 2017, el Banco Mundial realizó una encuesta para medir el impacto de las PYMES en la ciudad de Lagos, Nigeria. Traemos este ejemplo de Nigeria a colación, porque este país africano tiene niveles de informalidad similares a la República Dominicana, aunque es una economía más grande en términos del producto interno bruto (PIB) nominal.

Los resultados de ese estudio arrojaron que las contribuciones de las PYMES son esenciales para mejorar el desarrollo económico, especialmente en las áreas de creación de empleo, reducción de los niveles de pobreza y de movilidad social de las personas involucradas (empleados y emprendedores). El informe indica que estos aspectos del desarrollo económico tuvieron un gran impacto en Nigeria, no dudamos que el mismo efecto podría causar en la República Dominicana. Sin dudas las PYMES juegan un rol determinante en los tres sectores esenciales de la economía: agrícola (sector primario); manufactura (sector secundario); comercio (sector terciario). 

El método estadístico utilizado en esta encuesta para medir si las PYMES contribuyen a la creación de empleos fue la prueba de chi-cuadrado o Chi-square como se conoce en inglés. El valor del chi-cuadrado calculado es mayor que el obtenido en la muestra, lo que indica que existe una diferencia significativa entre ambos valores, utilizando un nivel de significación de 5%, ellos rechazaron la hipótesis nula de que las PYMES no contribuyen de forma significativa en la creación de empleos. Este hallazgo respalda las afirmaciones de que las PYMES son fundamentales para apoyar el impulso de la creación de empleos de una nación. La misma prueba se utilizó para medir su impacto en la reducción de la pobreza y en el incremento de los niveles de vida de las personas involucradas, y el resultado fue positivo en favor de esas variables.

Las PYMES no sólo juegan un papel determinante en la creación de empleos en sectores tradicionales de la economía como: la agricultura, construcción, etc., sino también en sectores de la economía del conocimiento como el tecnológico, servicios profesionales y científicos. De acuerdo con una encuesta realizada por la Unión Europea en el año 2005, arrojó que las PYMES proveen cerca de 75 millones de empleos, lo que representa cerca del 99% de los empleos creados por el sector privado.

Sin lugar a dudas las PYMES constituyen una fuerza impulsora del crecimiento y desarrollo económico e industrial. Esto se debe a su potencial para diversificar y expandir la producción industrial. El reconocimiento de la contribución de las PYMES en la economía, como catalizador y motor del crecimiento, ha concentrado sus esfuerzos en crear y mantener un sector privado sostenible y dominado por pequeñas y medianas empresas en los países desarrollados. Ese debe ser el espejo en que debe mirarse la República Dominicana en los años por venir. Las PYMES tienden a equilibrar la distribución del ingreso, ya que, al estar más dispersas geográficamente, disminuyen las disparidades económicas entre las zonas urbanas y rurales.

Conclusiones

Como pudimos apreciar a través estudios estadísticos, las PYMES juegan un rol fundamental en el desarrollo económico y social a largo plazo de cualquier nación. Por ende, la República Dominicana debe embarcarse en esa dirección, para no sólo apuntalar el crecimiento económico a través de la producción y la generación de empleos, sino para incrementar la movilidad social y la reducción de la pobreza. El gran desafío que enfrentan las PYMES en la República Dominicana es el poco acceso al financiamiento, esto se evidencia en el modelo económico que impera en el país, donde se favorece el endeudamiento y el consumo privado en detrimento de la producción.  De acuerdo con datos de la Superintendencia de Bancos de la República Dominicana la cartera de crédito del sistema financiero nacional al 31 de julio de 2019 tiene un valor de RD$ 4,708,619 millones, donde los préstamos al consumo totalizan RD$3,986, 328 millones, que representa un 85% del total de la cartera de crédito. Mientras que los préstamos al comercio totalizan RD$ 620, 011 millones para un 13% del total de la cartera crédito del sistema financiero dominicano al 31 de julio de 2019.

El Estado dominicano debe darle mayor prioridad al financiamiento de las PYMES a través de distintos canales, que en definitiva debe incluir al sistema financiero nacional. Si queremos generar riquezas de forma sostenida, las PYMES deben ser el catalizador del crecimiento económico no el consumo privado auspiciado por el endeudamiento.