Así titulaba el diario español El país un reportaje aparecido en su edición del 3 de enero del año en curso donde se informaba sobre las dificultades encontradas por el colectivo de vecinos del barrio madrileño de Carabanchel en la celebración de su tradicional cabalgata popular de los Reyes magos. La comunidad protestaba ya que la policía local había apresado a Gamov Dieng, un senegalés que por varios años representaba al negro Baltasar en el desfile; afirmaban, a través de su portavoz, que el joven estaba detenido “simplemente por no tener papeles”. La policía decía que el apresamiento se debía a un previo intento de robo de una cartera en un parque local y que además pesaba otra acusación sobre Dieng: el haber cometido delito contra la propiedad intelectual por vender CD’s y DVD’s pirateados, asunto que motivó una orden de deportación en su contra vigente desde hacía un tiempo.
Sobre caza de negros y otros delitos
Al igual que las demás naciones del África subsahariana, Senegal es una fuente importante de la más reciente migración hacia Europa, en particular hacia Francia, Italia y España, constituyendo este último país un puente estratégico por ser el más cercano al continente africano. Senegal se independizó de Francia hace apenas varias décadas mas aún lleva en su historia la herida del tráfico de esclavos que los poderes de la época sostuvieron por más de tres siglos en la isla de Gorée –“isla de esclavos”– cerca de la capital Dakar. Aquí se encontraba el centro de operaciones de los negreros franceses, holandeses, británicos y portugueses quienes según los historiadores, traficaron más de diez millones de hombres, mujeres y niños expatriados a las nuevas colonias de la América poscolombina. La corona española por su parte, supervisaba el negocio y cobraba “el derecho de asiento”, es decir, los impuestos por la introducción del producto a las colonias necesitadas de mano de obra ante la rápida desaparición de la población aborigen. Bartolomé de las Casas, quien favoreció la explotación de los africanos en defensa de los indígenas, dejando constancia de su pesar ante ello escribió lo siguiente: "Yo creía que los negros eran más resistentes que los indios, que yo veía morir por las calles, y pretendía evitar con un sufrimiento menor otro más grande… un error y una culpa imperdonable, que era contra toda ley y toda fe, que era en verdad cosa merecedora de gran condenación el cazar a los negros en las costas de Guinea como si fueran animales salvajes, meterlos en los barcos, transportarlos a las Indias Occidentales y tratarlos allí como se hacía todos los días y a cada momento".
El Senegal de hoy
Un rápido repaso a esta nación revela un panorama que da mucho para pensar: en 2010 las inversiones extranjeras alcanzaron US$2,376 millones (la mayoría proveniente de Francia, país que mantiene más de 240 subsidiarias comerciales en el territorio senegalés) cifra similar a su deuda externa; el desempleo oficial es de un 48%; Senegal ocupa el lugar 156 de 178 países en lo referente al índice de desarrollo; cifras del Banco Mundial estiman la expectativa de vida de sus habitantes en 47 años comparada con la europea de unos 80 años; el analfabetismo alcanza el 61% de la población; 25% de la gente no tiene acceso a agua potable; la malaria mata el 25% de los enfermos hospitalizados y uno de cada cuatro niños está malnutrido. De acuerdo a datos publicados por la agencia Eurostat los afortunados ciudadanos de esta región del globo que han logrado establecerse en el extranjero envían anualmente a sus naciones de origen remesas que alcanzan más de 39 mil millones de euros, y los senegaleses residentes en España en particular, aportan seis mil millones, cifra que representa el 7.6% del PBI de su país.
Los paganos se acercan a Cristo
La conmemoración a la epifanía de los Reyes magos se remonta al simbolismo con el que los territorios y culturas paganas eran identificados por el catolicismo a partir del siglo XVI. Recuérdese además que en los tiempos de Herodes el Grande estos personajes, que de magos tenían poco, se acercaron a Belén a fin de ofrendar al recién nacido niño Dios de acuerdo con el Evangelio según San Mateo, único texto del cristianismo temprano que los menciona. Melchor representaba a los pobladores europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar, el único de tez oscura, a los africanos; su nombre aparece documentado por primera vez en un mosaico bizantino del siglo VI proveniente de Rávena. A mi modo de ver, resulta curioso que en el contexto del incidente madrileño ya descrito, además de oro y piedras preciosas los Reyes magos –en particular Baltasar– trajeran mirra a fin de adorar el nacimiento, un bálsamo que simboliza la fragilidad, el dolor y la capacidad humana del Dios hecho hombre cosa, al parecer ausente entre las leyes y autoridades que planean deportar al joven Dieng.
Disculpe el señor
¿Quiénes son los grandes criminales de hoy día? ¿Los inmigrantes culpables de delitos menores o los “colonizadores” contemporáneos que compran países y territorios? ¿Es más culpable Gamov Dieng o aquél reinado español cómplice de la trata de carne humana que enriqueció las arcas europeas? El vocero de los madrileños de Carabanchel argumenta en el artículo ya citado que aunque repudia el presunto intento de robo de Dieng, considera que 20 días de cárcel es demasiado castigo y que “es curioso ver tanta severidad para unos mientras que otros, con delitos infinitamente más graves están campando a sus anchas”. Al meditar sobre tales comentarios no ceso de pensar, y como tal, debo recordar aquí aquella canción del mítico Joan Manuel Serrat titulada Disculpe el señor incluida en el inigualable disco Utopía:
Disculpe el señor si le interrumpo, pero en el recibidor
hay un par de pobres que
preguntan insistentemente por usted.
No piden limosnas, no…
Ni venden alfombras de lana,
tampoco elefantes de ébano.
Son pobres que no tienen nada de nada.
No entendí muy bien
si nada que vender o nada que perder,
pero por lo que parece
tiene usted alguna cosa que les pertenece.
¿Quiere que les diga que el señor salió…?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita…?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da, no se quita…?"
Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.
Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia,
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,
y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.
¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobres…?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero…?"
Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí.
Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé…
Le dejo con los caballeros
y entiéndase usted…
Si no manda otra cosa, me retiraré.
Si me necesita, llame…
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.