El problema delaacumulación insuficiente de los trabajadores de ingreso tardío es muy grave debido a las enormes limitaciones en materia previsional que tuvo nuestro país durante más de medio siglo.La cobertura del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) nunca llegó al 7% de la PEA, y como si esto no fuera poco, excluía a los "empleados" con aumentos de salario por encima del tope de exclusión.
Antes de la reforma, sólo compañías internacionales y algunas grandes empresas nacionales garantizaban una pensión o jubilación a sus empleados. Como resultado, al inicio del SDSS,casi el 94% de los trabajadores dominicanos carecía de algún tipo de protección previsional. Las exclusiones, y las largas dilaciones en el establecimiento de un verdadero régimen de Seguridad Social, explican porque es tan grande la cantidad de afiliados que no clasifican para una pensión digna.
En Chile, por ejemplo, antes de establecerse el nuevo modelo de capitalización individual, yatodos los trabajadores tenían décadas cotizandoal régimen de reparto. A tal extremo, que sus derechos adquiridosprevios a la reforma, fueron consignados en el llamado bono de reconocimiento. Igual ocurrió en México y en otros países de la Región donde se hicieron reformas importantes durante las décadas de los 60 y 70. Obviamente, en esos países el problema del ingreso tardíonunca tuvo la dimensión social que en el nuestro.
Hoy el costo de esta arritmia histórica se traduce en grandes frustraciones y en la necesidad de devolver íntegramente el fondo acumulado, como se ha propuesto.En el Mensaje 042 del 19de junio pasado,sugerimos que en estos casos, el beneficiario reciba una orientación sobre cómo hacer un uso adecuado de los ahorros devueltos, y además, renuncie de manera incondicional y definitiva, a cualquier pensión no contributiva del Estado.
La baja cotización y las altas comisiones agravan el problema
Pero también es cierto que muchos de los afiliados jóvenes, menores de 45 años, tampoco recibirán una pensión digna, salvo que se introduzcan cambios importantes en el régimen previsional. La SIPEN ha estimado en un 37% el nivel de reemplazo, lo que indica que un trabajador que al momento de su retiro gane 50,000 pesos, apenas recibirá 18,500, una pensión ridícula e inaceptable que agudizaría la pobreza, las protestas y la desobediencia civil de más de un millón de trabajadores.
Reiteramos que en la actualidad existen dos serios obstáculos al crecimiento adecuado de los fondos de pensiones, que afecta tanto a los de ingreso tardío como a los demás: 1) un insuficiente aporte a la cuenta de capitalización individual (sólo un 8%); y 2) la alta comisión que cobran las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). En adición, es necesario mejorar la rentabilidad real del fondo de pensión.
En el Mensaje 028 del 12 de marzo, señalamos que las autoridades y los líderes sindicales deberían tomar conciencia del costo histórico de mantener cotizaciones insuficientes, incapaces de garantizar pensiones justas. Y que, en la actual coyuntura, la revisión de la cesantía constituyela mejor posibilidad que tenemos de aumentar el aporte patronal a las pensiones. Ojalá se escuche nuestro consejo, y se haga lo necesario para contribuir al retiro digno de millones de trabajadores dominicanos.
Para consultar, imprimir y difundir nuestros mensajes, visite nuestra página web www.seguridadsocialparatodos.net