Este lunes, niños, niñas, adolescentes que estudian en escuelas públicas regresarán a sus centros educativos, luego de 18 meses de haber sido obligados a permanecer en sus hogares a causa de la pandemia.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, con el apoyo de la Agencia de Cooperación de Estados Unidos, USAID, ha ofrecido al Ministerio de Educación de República Dominicana, la estrategia conocida como Retorno a la Alegría, en esta ocasión adaptada a la situación post-COVID-19. Dicha estrategia procura restablecer las condiciones psíquicas y emocionales perdidas a causa de un evento estresante o traumático y está basada en una metodología lúdica, sistémica, participativa, proyectiva y vivencial. Está sustentada científicamente por las Teorías del Desarrollo Infantil, la Dinámica de Grupos, la Psicoterapia de Juego, los procesos de Elaboración del Duelo, la Resiliencia Humana y más recientemente por la Educación Socio-Emocional.
El Retorno a la Alegría nació en Mozambique, y ha sido utilizado en diversos países a propósito de conflictos armados o desastres generados por eventos naturales o errores humanos. En Repúblifa Dominicana se implementó por primera vez a propósito de la riada del Blanco en Jimaní en el año 2004. Posteriormente, con la participación activa de varias ONGs del área de infancia, como Visión Mundial y Plan Internacional; la Escuela de Psicología de la UASD; los ayuntamientos juveniles y profesionales voluntarios, el programa se desarrolló en comunidades afectadas por las tormentas Noel y Olga en el 2007; y por María en 2017.
A requisición de UNICEF, el programa fue estructurado por quien suscribe en el 2009.
Diseñamos 4 manuales y una compilación de cuentos, fábulas, retahilas y canciones tradicionales para utilizar en las sesiones lúdicas. En el 2010, UNICEF apoyó la recuperación psicoafectiva de niños, niñas y adolescentes, y sus familias, sobrevivientes del terremoto en Haití, y realizamos una adaptación a la cultura haitiana del Manual para Educadores Guía y del Manual de Terapias Lúdicas, publicados ambos en creole. En ese entonces, se ofrecieron diplomados en Recuperación Psicoafectiva y Gestión de Riesgos en la Educación a distintos grupos de técnicos, profesionales y líderes comunitarios tanto del MINERD como de otras instituciones educativas a través de UTESA. De igual forma, se capacitaron 80 jóvenes haitianos que trabajaron luego de forma voluntaria para la protección de la infancia en su país.
En 2020, realizamos una nueva adaptación del Retorno a la Alegría a la situación post-COVID-19 y así preparar el regreso a las aulas de estudiantes, maestros, orientadores y psicólogos escolares. A principios del 2021 se realizó la capacitación de técnicos del MINERD para que éstos a su vez multiplicaran la experiencia y garantizar la implementación de la estrategia durante las primeras dos semanas de la apertura de las clases presenciales. En esta oportunidad la Agencia de Cooperación de Estados Unidos, USAID, se sumó a la iniciativa y esa alianza institucional UNICEF-MINERD-USAID ha entregado un nuevo manual para facilitadores y un cuaderno de trabajo para las y los estudiantes.
Escuchar los testimonios de niñas y niños, que ya participaron del programa ha sido realmente emotivo. La espontánea descripción de sus actividades preferidas, del bienestar producido al compartir con el grupo de clases las emociones experimentadas durante el confinamiento y la alegría de regresar al encuentro con sus iguales es la mejor retribución que se puede alcanzar. La retroalimentación de orientadores, psicólogos escolares, maestros y directores de escuela que han narrado cómo han podido superar sus propias situaciones particulares al participar de los entrenamientos recibidos para implementar el Retorno a la Alegría, nos confirma la utilidad y el potencial de la metodología utilizada.
Conocer de propia voz de la Representante Residente de UNICEF en el país, señora Rosa Elcarte, que el personal de la oficina también fue beneficiario de la metodología al realizar un taller interno, ha sido el broche de oro para reafirmar la necesidad de crear espacios que permitan la recuperación psicoafectiva de niños y adultos que han vivido situaciones emocionales difíciles, es fundamental para atravesar el dolor de las pérdidas, el temor de la incertidumbre y el malestar de las limitaciones.
Y es que, de alguna manera todos hemos cambiado a causa de la pandemia… Todos hemos perdido algo o alguien. Todos hemos tenido que modificar nuestros estilos de vida… Todos hemos aprendido algo nuevo, descubierto habilidades que no sabíamos que las teníamos… pues la realidad de la pandemia desafió nuestra capacidad de adaptación, de resistencia y de resiliencia.
Iniciemos esta nueva fase con optimismo, tengamos fe en que juntos saldremos de este período crítico y lo haremos fortaleciendo los lazos de solidaridad, de colaboración y apoyo recíproco. Continuemos con los protocolos de autocuidado, que es la mejor manera de cuidar a los que amamos. Celebremos la vida, las oportunidades, los reencuentros… eso nos permitirá un buen retorno a la alegría perdida.