¿Cómo podrán lograr los estudiantes continuar su proceso de aprendizaje desde la casa?
Esta es una pregunta que muchos directores de centros educativos y docentes se están haciendo en este momento. La mayoría está esperando orientaciones de las autoridades y algunos ya están buscando alternativas para los estudiantes en cuarentena y para los demás, en caso que se suspenda la docencia presencial, tal como ha pasado en otros países. Hay que prepararse para cualquier eventualidad.
Entre la cantidad de noticias y mensajes de todo tipo, el temor generado por la situación en el mundo y la suspensión de docencia el lunes 16 y martes 17 en nuestro país, nos enfrentamos a la posibilidad de que las clases continúen desde la casa por un tiempo. Definitivamente, esto constituye un gran reto para el país, comenzando por los propios centros educativos que no necesariamente cuentan con la preparación ni con los recursos adecuados para llevar a cabo esta transición y asegurar se cumpla con el calendario del año escolar 2019-2020. Ni hablar de los padres que no necesariamente tienen con quien dejar a sus hijos o que tienen que continuar trabajando.
En medio de esta situación de incertidumbre es recomendable mantener la calma y buscar vías para evitar a toda costa que se sacrifique el sano desarrollo y aprendizaje de nuestros estudiantes, quienes deben contar con el apoyo necesario para continuar con su proceso educativo de la mejor manera posible. Esta debe ser la prioridad de todos en el sistema educativo. Toca colaborar y actuar en vez de quejarse o buscar culpables.
Una de las mayores preocupaciones que tienen los centros educativos y los padres es que no saben exactamente lo que va a suceder ni lo que deben hacer para lograr que todos y cada uno de los estudiantes dediquen el tiempo para realizar las actividades y tareas asignadas desde sus hogares. Surgen muchas preguntas e inquietudes sobre herramientas disponibles para enseñar a distancia o en modalidad virtual, el acceso y las posibles dificultades que se puedan presentar. Lo importante es buscar la forma que mejor funcione para cada centro y familia, siendo creativos e innovadores al buscar soluciones en conjunto.
A pesar de que la mayoría de los padres no cuentan con los conocimientos ni con la capacidad de promover el desarrollo de competencias ni de enseñar los contenidos del currículo a sus hijos, sobre todo si tienen más de un hijo y se encuentran en el Nivel Secundario, estos momentos requieren de su participación activa y motivación. Es necesario que se interesen por lo que sus hijos están aprendiendo, lo que se espera que logren, asegurando que sigan una rutina y evaluando su progreso, en comunicación con los docentes y con el centro. Sabemos que esto no es tan fácil, pero es necesario ayudar por el bien de nuestros hijos para que se reinserten en sus aulas de manera exitosa luego que pase la crisis (¡si, va a pasar!). Entre todos podemos lograrlo.
Conversar sobre la situación con nuestros niños y jóvenes, explicándoles claramente lo que se espera de ellos y lo que deben hacer para asumir su responsabilidad, establecer acuerdos y horarios, son algunas recomendaciones. Esto se debe hacer manteniendo la calma, dando información confiable, sencilla y apropiada, sin exagerar ni culpar a nadie.
Esta crisis se puede convertir en una oportunidad para los jóvenes asumir la autogestión de su aprendizaje y para que los docentes busquen formas alternas para darles seguimiento utilizando de manera efectiva las tecnologías de la información y comunicación, siempre que sea posible. Los propios docentes, a su vez, deben ser formados y acompañados para que puedan continuar su labor y mantener una relación positiva con sus estudiantes en un ambiente diferente y adverso. La riqueza de la experiencia presencial, del intercambio y de la socialización no podrá ser sustituida, pero, mientras tanto, no nos podemos quedar de brazos cruzados.
Algunos centros ya han reunido a sus equipos y están elaborando guías para enviar a las casas con indicaciones, otros están solicitando a los padres tener ciertos materiales y recursos para enviar las actividades que deben realizar los estudiantes cada día. En otros casos, están recurriendo a usar plataformas virtuales a través de las cuales impartirán las clases. Existen aplicaciones y videos educativos muy buenos que pueden ser utilizadas para complementar lo que se esté trabajando en este periodo. Es recomendable evaluarlos, seleccionarlos y sacar provecho de los mismos.
El Coronavirus es una realidad. Tratemos que su impacto en la educación sea lo menos negativo posible. Con miedo no vamos a resolver nada. Cuidemos y demos seguridad a nuestros estudiantes en este momento. Ya tenemos muchos retos ante la amenaza del contagio y ante los bajos resultados en pruebas nacionales e internacionales. No nos podemos dar el lujo de que nuestros niños y jóvenes sean sacrificados y mucho menos de permitir que se intensifique la desigualdad entre aquellos con más posibilidades y los que no cuentan con los recursos y oportunidades.
Estamos frente a un nuevo escenario en el que es importante compartir experiencias, ideas y soluciones que beneficien a todos nuestros niños y jóvenes y no solo a unos cuantos.
¡Aportemos todos a la prevención del virus y también a la continuidad del aprendizaje!