«El pasado 20 de enero, Joe Biden heredó una crisis sanitaria sin precedentes, una economía afectada por la pandemia global, una nación más dividida que nunca y un fallido sistema bipartidista que sirve de base a una democracia inhabilitada para construir un consenso nacional que revitalice al país más admirado del hemisferio occidental. El pasado 31 de marzo, el presidente Biden anunció un paquete de infraestructura y recuperación económica de 2 trillones de dólares, el cual ha generado un debate entre prestigiosos economistas sobre si la magnitud del mismo es o no exagerada y si, en consecuencia, pondría en riesgo la meta de inflación vigente.»

Así presentaba Andy Dauhajre Hijo en su artículo el lunes 26 de abril de 2021 y que podemos leerlo en el enlace siguiente de El Caribe: https://www.elcaribe.com.do/panorama/dinero/el-reto-de-biden/ . ¿Sería el reto de Biden en la versión Andy el mismo que enfrenta, por decir un ejemplo, el que enfrenta Luis Abinader: crisis sanitaria, economía afectada por la pandemia global, y un carcomido sistema de partidos? Digo yo. Evidentemente que no, porque enseguida, Andy señala la respuesta de Biden: un “keynesianisímo” programa de recuperación, doblando varias veces los recursos que se destinó para la “Gran Recesión” de 1929, para incentivar a la economía norteamericana en el 2021.

Pero, el orgullo es sobreponerse a la vergüenza de dejar de ser el primero por cerca de un siglo, ya que la “pobre” China acumula, según el artículo de Andy, los puestos supremos siguientes: cuatro de los cinco bancos más grandes de China, los primeras cuatro son chinos; seis de los diez puentes más grandes son chinos. «El aeropuerto más grande del mundo también lo encontramos en China, el Beijing Daxing International (#1), con una superficie de 697,000 metros cuadrados construidos en un área de 18 millas cuadradas a un costo de US$11 billones. Seis de las 10 líneas de trenes de alta velocidad más grandes del mundo se encuentran en China. Las cinco primeras son todas chinas, comenzando con la línea Beijing-Guangzhou (#1), de 2,298 kilómetros. La mayor empresa constructora de vagones de trenes del mundo es CRRC, también china, la cual registró ingresos de US$32.4 billones en el 2020.»

Si el orgullo es mover la carga que genera el comercio internacional, China tiene «Siete de los 10 puertos de contenedores más grandes del mundo se encuentran en China, liderado por el de Shanghai (#1), que movió 43.5 millones de TEU (contenedor de 38.5 M3) en 2020. A este le acompañan Shenzhen (#3), Ningho-Zhoushan (#4), Guangzhou (#5), Hong Kong (#7), Qingdao (#8) y Tianjin (#9). En los primeros 10, no aparecen estadounidenses. Dos de las cinco constructoras de buques más grandes del mundo son chinas, comenzando con CSIC (#1) y CSSC (#4).»

Andy es intenso y extenso en estas comparaciones: Estados Unidos es superior en armamento en manos ciudadanas -124 pistolas por cada 100 ciudadanos- y nos dice que el venerado Massachusetts Institute of Technology no está en el tope de la educación de la ingeniería, ya que está a la zaga de la china: Tsinghua University, la #1 del mundo. Andy continua ofreciendo datos, y se remonta a la era Reagan que venció a la antigua URSS en una carrera armamentista signada por el programa de la “Guerra de las Galaxias”. Por ahora, termina con una admonición que comparto plenamente: «Si la sensatez se impone, el camino a seguir apunta a un destino compartido, el de un planeta que debemos proteger y una humanidad que aspiramos salvar. Como ha planteado Kishore Mahbubani, con reglas claras, la competencia en el Orden Mundial Multipolar no conduce necesariamente a un juego de suma cero; todo lo contrario, pueden ganar ambas naciones, el planeta y la humanidad, conscientes de que en algunas áreas como las pandemias y el cambio climático la cooperación entre EE. UU. y China será imprescindible».