Engañaron al pueblo mientras pudieron, le ofrecieron sueños y banderas de lucha a los miserables y victimas de sus maquinaciones, se presentaron como salvadores cuando solo aspiraban a ser nobles en el reinado del Rey Absoluto del Mal. Fue así como poco a poco se fueron agotando las ofertas electorales, el desnudo abierto de su inmoralidad.
La casta política no funciona como institución democrática, sino como "cosa nostras", no es un partido más bien es un club exclusivo, sus aspiraciones son el poder para amasar riquezas cuantiosas, esos son sus objetivos, crear fortuna bajo la sombrilla de las concesiones ilegales y cargadas de corruptela que se llevan a cabo con el dinero de todos.
Sus miembros no son nada honorables, deben poseer un prontuario criminal definido en lugar de una hoja de vida caracterizada por los valores morales y el compromiso humano, aunque por supuesto se vistan de sensibilidad con el dolor de su prójimo. Pero eso no es suficiente, deben de ser iniciados para el compromiso del poder con las elites nacionales e internacionales.
La iniciación es un rito de degradación moral, consiste en abandonarse a lo pecaminoso, sumergirse en un océano de obscenidades, ante la mirada lujuriosa y maligna de los correligionarios de la secta tenebrosa que los encamina en sus primeros pasos al lado oscuro de la fuerza. Así quedan comprometidos para siempre, bajo juramento de nunca revelar sus pervertidas practicas, se hacen parte de los planes siniestros de señor del hades.
Las escuelas mistéricas los van preparando con gradualidad para el manejo de las energías de la vida, le cuentan la historia no como nos la cuentan en las escuelas y universidades, sino la verdadera, la que solo dominan quienes redactan la oficial, el mito se convierte en la revelación de la verdad, la historia que conocemos pasa a ser cuentos para entretener a infantes y someterlos a la ignorancia.
Los miembros más avanzados alcanzan las posiciones más relevantes en el arco del poder, la plataforma política de esta generación de serpientes permanece activa, buscando nuevos prospectos que le permitan mantener la ilusión del mundo de ensueños en que vivimos. Es así como todos los esfuerzos por un mundo de justicia y prosperidad se van en suspiro, se quiebran las esperanzas de los pueblos y nos vamos encaminando a través de las carreteras de la ignorancia que nos da la instrucción del sistema educativo, a un abismo frio y de terror.
Pero aquí estamos los miembros del linaje celestial, vestidos con el ropaje de la mismísima ilusión que gobierna el mundo, pero con la clara misión de liberar el alma humana de la aterradora mentira en el que se sustenta el poder del anticristo, de los falsos mesías presentes en todos los ámbitos del genero humano, que niegan la existencia de un Dios divino mas se revuelcan en el lodo de las inmundicias propiciadas por las mentes enfermas poseídas de legiones demoniacas.
Somos más los seres conscientes naciendo en el planeta que los grupitos en posesión del poder hegemónico de la humanidad; mas se les apaga la ilusión como la niebla de las madrugadas que solo persiste hasta que se nos presente con majestuosidad en el horizonte, el soberano sol de la conciencia. Sin esfuerzos humanos, más bien con rendición absoluta a la conciencia que somos, pues he aquí cuando se pronuncia el manifiesto del ser sin acentos pero con la contundente y poderosa voz del silencio cósmico, recordándonos quienes somos, de dónde venimos, que venimos hacer aquí y hacia dónde vamos.