Este día 25 de noviembre se cumplieron 51 años del secuestro y horroroso asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, después de visitar a sus esposos encarcelados en las mazmorras de Puerto Plata por su oposición firme a la tiranía de Trujillo.
Es mucho lo que se ha escrito y filmado sobre ese crimen, que se materializó tras ahorcarlas y matarlas a palos, una brutalidad jamás vista en la Historia dominicana contra mujeres indefensas. Ese crimen fue determinante para que muchos de los colaboradores del sátrapa organizaran la gesta heroica del 30 de mayo de 1961. Es decir, fue el detonante que permitió que la República Dominicana iniciara un proceso que culminaría con su retorno al concierto de las naciones libres de América.
Ese asesinato dio lugar a que las Naciones Unidas, en 1999, por unanimidad de 186 países, declarara el 25 de noviembre de cada año como una fecha para reflexionar sobre el problema de la violencia machista y rendir homenaje a las miles de mujeres que mueren cada año asesinadas por sus parejas o ex parejas.
La muerte violenta de las hermanas Mirabal tuvo un alto significado político, pues ellas no solamente expusieron sus vidas por ser adversarias del tirano, sino porque sustentaban unos ideales que iban más allá de cualquier propósito personal.
Minerva, por ejemplo, fue la que propuso el 10 de enero de 1960, cuando se celebró la Asamblea Nacional clandestina, con la participación de líderes antitrujillistas provinciales, dos cosas importantes: que el Movimiento Clandestino escogiera por nombre la fecha gloriosa del 14 de Junio de 1959, cuando se produjo la expedición armada que pretendía derrocar la tiranía. Y adoptar, como compromiso, el Programa Mínimo de Liberación Nacional que trajeron los expedicionarios. Ese Programa contemplaba aspectos políticos, sociales e internacionales, muchos de ellos todavía no cumplidos, como es el caso de incorporar a la Constitución la figura jurídica de la Asamblea Constituyente.
Esas ideas, muy avanzadas para la época, fueron acogidas y defendidas no solamente por Minerva, sino por sus hermanas y por quienes estábamos convencidos de su viabilidad.
Las figuras de las hermanas Mirabal han trascendido de tal modo en el mundo que justamente ayer concluyó en México un trascendental evento organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, en el que eminentes profesores de la Universidad Autónoma Metropolitana participaron en un coloquio para rendir homenaje a "Las Mariposas", como fueron y son llamadas las heroínas de Salcedo.
Entendemos que en 51 años, después de la desaparición física de las hermanas Mirabal, se ha avanzado en cuanto a algunos aspectos de los sueños que ellas tuvieron, pero todavía falta mucho para que los dominicanos disfrutemos de una democracia firme y participativa, en la que el pueblo pueda elegir y dirigir directamente su destino.