Los principales candidatos en las elecciones presidenciales del próximo 5 de julio, ya han presentado sus programas de gobierno. Aunque no he tenido oportunidad de estudiarlos a fondo, por haber sido depositados recientemente, me he percatado que son más de lo mismo y no impondrían en el desarrollo del país, y en la parafernalia del Estado, ningún cambio.
La crisis sanitaria por la cual estamos atravesando ha demostrado que, cuando se quiere se puede, y que, cuando las instrucciones son claras y su incumplimiento tiene consecuencias, se acatan. Así las cosas, entiendo que este país, debe avocarse a un cambio radical del sistema tributario que imponga real desarrollo, real progreso, inversión y que, los dineros del pueblo sean invertidos en obras que reditúen beneficios a este, y no por capricho o impulso momentáneo, o no sabemos a qué otros fines.
No soy un tecnócrata, ni cosa parecida, sin embargo soy un apasionado de la economía, su alcance y el desarrollo de las naciones de primer mundo y como han llegado a ese estadío, y por lo tanto me he percatado, con experiencias claras aun aquí en la República Dominicana, de que los incentivos empresariales y de manufactura bien empleados, hacen avanzar los sectores económicos. Por tanto, aunque sea simplemente un ejercicio de ensoñación, le propongo a Gonzalo, Leonel o Luis, el que sea que gane lo siguiente:
1.- Bajar el Impuesto a la transferencia de bienes y servicios (Itebis) al diez por ciento (10%) y ampliar su aplicación a todos los rubros, productos y servicios de la economía.
2.- Establecer que las facturas presentadas y aprobadas al gobierno dominicano serán pagadas en un lapso de sesenta días calendario, a partir de la entrega de los productos facturados, sin necesidad de mojar manos, dar coimas a los encargados de compra o ser amigo de los directores de dichas instituciones. Este pago seria automático a la cuenta del proveedor, previa verificación de la efectividad de los productos suplidos y su entrega.
3.- Modificar la ley sobre declaración jurada de bienes de los funcionarios y empleados públicos, estableciendo que el perjurio cometido a través de la misma será considerado CRIMEN con una pena de prisión de quince a veinte años.
4.- Reducir en un setenta por ciento los gastos de publicidad del gobierno dominicano.
5.- Establecer por ley que los extranjeros mayores de 65 años o retirados, podrán vivir en el país, exentos del pago de impuestos estatales, si prueban que perciben mensualmente más de US$1,000.00 de pensión por retiro. Previa presentación de los documentos que validen su buena conducta, y permanecer por lo menos seis (6) meses al año en el país.
6.- Crear un fondo para el desarrollo agropecuario, mediante la aprobación de préstamos a una tasa anual de seis (6%) a plazos razonables, con seguro para las cosechas. Puede ampliarse a la industria y la pequeña empresa.
7.- Reducir el impuesto a las telecomunicaciones.
8.- Disponer la devolución del ITEBIS a los Turistas que nos visitan.
9.- Llamar a licitación para la real operación del Puerto de Manzanillo.
10.- Eliminar el cofrecito y las dadivas en el congreso. Eliminar el SENADO.
11.- Establecer que los funcionarios públicos que se presenten a cargos electivos o de reelección deben tomar licencia sin disfrute de sueldo, incluyendo al Presidente y Vicepresidente.
12.- Modificar la Constitución de la República para que el Procurador General de la República sea designado por otro poder del Estado, o por otro organismo colegiado que no dependa del Poder Ejecutivo, así como la Cámara de Cuentas, garantizándole real independencia administrativa y económica, siendo inamovible por cinco (5) años, salvo cometer faltas graves.
13.- Subir los salarios a los policías, profesores, y directores de escuelas, médicos y enfermeras. Reducir el ejército, la marina y la fuerza aérea a números necesarios exclusivamente. Quitar escoltas a personas que por ley no lo requieran.
14.- Fortalecer el Infotep y hacerlo una institución de alcance nacional.
15.- Eliminar los patronatos que rigen a Cedimat, Plaza de la Salud y Hospital Metropolitano de Santiago (Homs), devolviendo estos centros de salud al pueblo dominicano.
Que bello es soñar, pero que hacemos si nos quitan esa posibilidad.