En lo que va de año, es decir menos de la mitad, ya son 36 las mujeres que han muerto a manos de sus parejas, o amantes. Veinte años tenía Minerva Espinal cuando el hombre que vivía con ella le cercenó la vida de un disparo en el muslo de su pierna izquierda el pasado fin de semana.

El crimen por motivos pasionales, generalmente obra de varones, más que de mujeres, es la forma más extrema de la denominada violencia de género y se manifiesta de muchísimas maneras siendo, por lo general, las mujeres las víctimas.

Treinta y seis feminicidios en apenas cinco meses y cuatro días es una cifra exagerada, vergonzosa e inaceptable que debería hacer reaccionar a la ciudadanía y a las autoridades de alguna manera.

Un estudio de la Asociación Dominicana Pro Bienestar de la Familia (Profamilia), conocido como "Violencia Conyugal en la República Dominicana: Hurgando tras sus Raíces", reveló lo que de por sí el sentido común enseña sin más investigación, que estos feminicidios extienden las consecuencias de esta forma de violencia de género al resto de la familia, los hijos, más a las hembras que a los varones, y en no pocos casos hasta los propios asesinos que acaban en el suicidio.

Siempre me ha parecido cínico que la mayoría de estos casos de feminicidios, por lo general uxoricidios, término que en sentido estricto significa la muerte de una mujer a mano del esposo o pareja, aparezcan catalogados como crímenes pasionales, que es lo mismo que decir, asesinatos por amor.

El que ama no mata. El que ama, al menos el que ama bien, no solo no mata, sino que da la vida por aquella persona a la que ama. Es lo que ha hecho muchísima gente a lo largo de la historia y en el día a día. Gente que ha amado mucho y bien. Este amor, amor del bueno, exige y supone en ocasiones renunciar a la persona amada sin exigir correspondencia. Quien en verdad a una persona debe estar preparada para dejarla si su felicidad no está con él sino con otra persona.

Alguien escribió en un poema sobre la libertad: "si amas a alguien, déjalo volar libre, si vuelve a ti es tuyo y si no vuelve, nunca te perteneció". En una de sus canciones-poema Sandra Mihanovich, conocida en estos lados más por la voz que le puso Nacha Guevara, canta al amor bueno diciendo: "Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y  en la calle codo a codo somos mucho más que dos".

Eduardo Galeano identifica el machismo como uno de los pecados capitales de nuestra sociedad actual y dice que en realidad el mundo actual es experto en la fabricación de enemigos a través del miedo. De la misma manera, piensa este intelectual uruguayo, que "la democracia tiene miedo a recordar y las armas tienen miedo a la falta de guerra", "los hombres tienen miedo a la mujer sin miedo".

Sí, seguro hace falta que las mujeres boten el miedo para que los hombres que dicen amarlas las respeten y las quieran bien porque una mujer sin miedo debería ser más querida que temida.