Sin dudas, los resultados de las encuestas Gallup-Hoy y Greenberg-DiarioLibre, consideradas las más objetivas, y que dan ganador en primera vuelta a Luis Abinader, constituyen una evaluación, entre otras, a la gestión hecha de la pandemia por el oficialismo; a la descortesía con que éste dejó la mano extendida y el ramo de olivo del sector opositor que propuso manejar la crisis sanitaria en unidad nacional y como compromiso de todos los dominicanas y dominicanas, y no en solitario por el PLD-Gobierno, a sabiendas de que se trata del manejo del presupuesto nacional.

En los días previos a las encuestas mencionadas hemos visto todo tipo de barbaridades, campaña sucia y andanada de calumnias contra el candidato del PRM y aliados, y por tanto no es de  extrañarnos esta caída libre pues, contrario a los que algunos han querido, este pueblo no es tonto útil ni manejable. Hemos visto desde aquellos deshumanizados que inútilmente  han tratado de burlarse de que la Covid-19 afectara a Abinader y a su esposa, que por cierto celebramos que ya han dado negativo. También tomaron casos de “chivito jarto e jobo” evidentemente reservados para el efecto, buscando afectar al candidato del PRM y aliados, caso sabido es que los grandes capos y gánsteres han gozado de plena impunidad. Las encuestas creíbles han expresado la valoración que el pueblo hace de esos hechos y conductas, pero además, cuentan como los mismos han visto fortalecido, para sorpresa del oficialismo, la decisión de cambio del pueblo dominicano. Ahora, cambio en primera vuelta.

En casos como éste, en varias ocasiones el pueblo dominicano se ha expresado, no sabemos por qué se olvida e insiste en el fundamentalismo político. “Joaquín Balaguer es la paz”, mientras los guardias ocupaban las calles, la junta y centros electorales con pañoletas colorás en 1978, y qué pasó es ya historia; o aquellos que se equivocaron, abusaron del favor con que el pueblo los colmó, creyeron infelizmente que su continuidad estaba predestinada, pues solían decir como los boracitas desde los tiempos de la montonera, “Horacio o que entre el mar”, y al fin perdieron el poder. Son lecciones de la historia política dominicana que nadie debe olvidar.

Ojalá se entienda la lección, la decisión tomada ya por el pueblo dominicano y lo mejor sería que no se invente mas, facilitando para que todo el proceso electoral transcurra en paz, que la ciudadanía cívicamente tome su mascarilla y acuda a las urnas y exprese su voluntad.

Mientras tanto, como no es fácil convencer sin accionar, máxime a quienes no muestran querer aceptar el lugar que ocupan en el ajedrez político, la decisión debe ser una y solo una: “la suerte está echada”. No ha habido un imperio, por fuerte que fuere, que no haya mostrado su talón de Aquiles que permitió llevarle a la ruina de la historia. Ir a votar con decisión el 5 de julio, con mascarillas y distanciamiento físico como se hace al ir al colmado, supermercado o banco, hoy es parafrasear al Gran Julio Cesar de Roma y la arenga que éste dirigió a los suyos al cruzar el Rubicón. Votar con decisión, Votar como derecho más que como deber ciudadano, pero Votar Sin Miedo y contra los promotores del miedo este 5 de julio, es lo mismo decir que “La Suerte Está Echada.”