Como profesor de larga data, les cuento a mis estudiantes el resultado paradójico de los exámenes: lo que se recuerda con el tiempo son de las respuestas que no contestas, porque son las que uno se queda con el malestar de saber cuál  era. Como la mente humana sólo fija en la memoria  lo que centra la atención, sólo rememora lo que le preocupa.

Por lo tanto, me parece que este Mundial lo recordaremos con intención de olvidarlo por los gafes arbitrales.  Comenzó con un penal que no lo fue y terminó con una lenidad de los “jueces” encargados de imponer la justicia deportiva, perdonando faltas graves y evitando sancionar hasta roturas, pero sancionando a posteriori un mordisco célebre que llevó al mismísimo Presidente Mugica a renegar  de la “camarilla” que gobierna a la FIFA.

En este Mundial de Brasil 2014 hubo de todo como para recordar u olvidar: selecciones ‘grandes’ eliminadas (recordemos a la alicaída España, las infladas Inglaterra e Italia y la del técnico más costoso, Rusia con Capello), equipos que sorprendieron (Costa Rica y Colombia), golazos (los de James Rodríguez, sin duda alguna), revelación de jugadores (principalmente,  los porteros, como Navas), récord de goles  (el promedio más alto hasta la fecha), entre otras cosas. Sin duda, todo esto hará que esta Copa del Mundo sea una de las mejores en la historia del fútbol.

Pero estos hechos no serán los únicos por recordar. Pasa que en la final del domingo13 de Julio hubo una maldición que se rompió de las que estaban a prueba: La primera es que en América, cuando se celebra el mundial en estas tierras, el campeón no ha sido europeo. De ahí, el énfasis de “América para los americanos”.  Mientras que la otra se mantiene: es que del  grupo ”F” nunca, pero nunca ha salido un campeón del mundo, y es precisamente éste el grupo de Argentina.

La derrota de Brasil ante Holanda lo sentencia con un récord que pocos imaginaban. Será difícil que los hinchas anfitriones olviden este Mundial y pasarán muchos años para volver a pedir la organización. Con el gol de Daley Blid, Brasil se convierte en el más goleado de este Mundial con 12 tantos. El equipo de Luiz Felipe Scolari ha recibido 9 goles en contra en sus últimos 96 minutos de fútbol.

Pocas veces una final esconde tres finales al mismo tiempo. Es el caso de la que se disputó el domingo en el Maracaná: Europa, va por su primera conquista en América; Alemania frente a Argentina con cuentas pendientes; y Messi contra Messi. En lo colectivo, un duelo clásico, la final más repetida de la historia, con dos países que acumulan cinco títulos y 12 finales. En este capítulo, nadie como Alemania, que está ante su octavo asalto al trono, un registro único en el que ha desbancado a la Canarinha. A la Argentina le corresponde el papel de guardián de América, donde el fútbol europeo jamás ha cantado bingo. Al revés, solo Brasil, el auténtico, no la secuela de Scolari, y de la gesta han transcurrido 56 años. El balance de este final lo hace José Sámano, en “Tres Finales en una”. Disponible en el enlace siguiente:  http://deportes.elpais.com/deportes/2014/07/12/mundial_futbol/1405191153_893409.html?rel=rosEP

Pero, antes de pasar la hoja para el recuerdo o el olvido, saquemos las lecciones de por qué estos resultados.

Una explicación se encuentra en el siguiente texto: «Si esta noche el capitán de la Alemania, Philip Lahm, alza la Copa hacia el cielo de Maracaná, su gesto será la recompensa a una labor colectiva: la interpretada por un grupo de futbolistas que actúa en los muy profesionalizados clubes de su país, un buen número de técnicos comprometidos y valientes y una federación con mirada larga para una planificación que acabó por incidir en las estructuras, en el estilo del juego y hasta en el gusto de los aficionados. En cambio, si es Leo Messi  el que levanta el trofeo, “será mérito exclusivo de los jugadores y el cuerpo técnico. Será la pantalla que oculte la plena decadencia del fútbol argentino, cuya realidad es opuesta a lo que está viviendo la selección”, según explica el técnico Ángel Cappa.»

La diferencia entre el fútbol alemán del argentino se resume en un párrafo: «¿Y qué hay del juego? Alemania asentó su particular revolución en la técnica y el factor creativo, y hasta allí se ha ido incluso Pep Guardiola. En Argentina, la involución de las dos últimas décadas tiene efectos perversos. “El juego es espantoso”, dice Cappa. Y la estructura de la liga no ayuda. Desde 1991 se instauraron los torneos cortos y esa fórmula ha degenerado en un estado de urgencia continua: “Se vive un clima de histeria donde lo único que se valora es ganar, no hay paciencia con los técnicos. Y ni hablar de proyectos”, sentencia el entrenador. Los torneos cortos nacieron para dar más emoción a la competencia. También para blindar a los grandes clubes del riesgo de un descenso. Los promedios de puntos y las singularidades de los reglamentos del fútbol argentino convierten su explicación en una tarea tan ardua como explicarle a un europeo en qué se diferencian las múltiples facciones del peronismo. »

El artículo de Luis Miguel Hinojal, “La organización frente al caos”, es una denuncia de la anarquía del fútbol argentino y, de paso, el latinoamericano. Para leer este artículo, ver el enlace en El País: http://deportes.elpais.com/deportes/2014/07/12/mundial_futbol/1405192575_472714.html

Tal vez nos quede a los dominicanos el establecimiento de la Liga Profesional de Futbol, ya que el  Presidente de la Federación Dominicana de Futbol, Ing. Osiris Guzmán así lo anunció para el 2015, aprovechando la fiebre del mundial. Sólo nos queda aprender en cabeza ajena: seguir el ejemplo alemán o el argentino, según los textos citados anteriormente. Conociendo el potencial de dinero que se mueve en los fichajes de los jugadores, un negocio de los clubes, parece un final anunciado.