La situación que vive el país en la actualidad con la aplicación de las medidas derivadas del Plan de Regularización de Extranjeros es un tanto delicada, por cuanto su puesta en marcha tiene implicaciones de carácter multifactorial que muchos de los responsables en su aplicación han obviado.

El factor económico y de imagen internacional son dos perspectivas extremadamente importantes, que debieron ser tomadas en cuenta dentro de la estrategia diseñada originalmente por nuestros dirigentes nacionales.

Desde el punto de  vista de la economía, hay sectores productivos fundamentales como la Asociación de Hacendados y Agricultores, el Colegio de Ingenieros Arquitectos y Agrimensores y el propio Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones, que quieran o no, verán afectados sus intereses y habrán de reaccionar de alguna manera para dar sostenibilidad y continuidad a sus planes y a sus negocios.

El aspecto más preocupante, sin embargo, es el de la imagen negativa creada a escala internacional por la falta de una bien estructurada campaña de imagen y posicionamiento, condiga con los esfuerzos desplegados para poner orden ciudadano en nuestro territorio.

En mi largo recorrido profesional he podido constatar la veracidad del principio de marketing y comunicación que señala claramente la importancia de que un producto, una persona, una institución, un organismo o un país debe crearse su propia imagen, de lo contrario esta será establecida de manera inadecuada por la interacción con el publico receptor.

Los diseñadores de todas estas políticas de Estado que afectan el posicionamiento de Republica Dominicana en el contexto del mercado internacional, deben estar conscientes de la lapidaria frase atribuida a Steve McDonald, Director del Woodrow Wilson International Center for Scholars cuando afirma: Nosotros tenemos ya un nuevo orden mundial. Si aun no te has dado cuenta, quiere decir que no estás prestando atención."