Al hablar de migrar al mundo digital no solamente nos referimos a utilizar aplicaciones web sino que incluimos a las aplicaciones móviles. Hoy en día, contamos con aplicaciones móviles para operaciones de banca y hasta para visitas a tiendas digitales. Esto permite facilitar al usuario el poder acceder de una manera más rápida, con un interfaz amigable y fácil de entender. Pero esta carrera de llegar a digitalizarse más rápido puede generar problemas a nivel de seguridad de la información; es decir, poner en riesgo la seguridad del mismo comercio digital.
Existe un sinnúmero de herramientas que permiten a las empresas desarrollar aplicaciones móviles para que sus clientes los contacten de una manera más rápida sin tener que escribir códigos complejos. Es aquí donde radica el problema de las aplicaciones móviles; el simple hecho de no utilizar las mejores prácticas a nivel de seguridad hará probable que se multipliquen las vulnerabilidades y todo ello debido a una configuración incorrecta. El ciberdelincuente se aprovecha de esta brecha de seguridad para comprometer la información de la empresa. Una configuración incorrecta en un simple módulo de carga de archivo puede abrir una puerta que conecte el atacante con la infraestructura de la empresa.
Entendiendo el desarrollo de las aplicaciones móviles debemos también entender la importancia de realizar una auditoría a estos programas. También debemos entender que el uso de estas herramientas son una manera de mantenerse competitivo, pero en plena carrera de la digitalización no se deben descuidar las seguridades.