La economía dominicana creció en 1.6 % en el primer semestre de 2013, por debajo de lo estimado. El primer trimestre apenas creció el PIB, solo un 0.3 %. Sin embargo, luego de esta caída, se implementó una política de expansión fiscal y monetaria en el segundo trimestre, que logró acelerar la economía y la actividad comercial. Las medidas fueron liberalizar RD$ 20,000 millones de encaje legal a la banca, para uso sectoriales, para prestar al 9 % de interés. Igual se mantuvo una política acertada de bajas tasas activas de intereses bancarios. Por el lado fiscal, el Gobierno en el segundo semestre gastó e invirtió más recursos en obras públicas, para reactivar la economía. El Banco Central proyecta un crecimiento de 3 % para todo el año.

El crecimiento de los principales sectores de la economía fue negativo o muy ligero. La Construcción decreció en -4.3 %, el Comercio en -2.9 %, la Manufactura Local en -1.2%, y la Agropecuaria creció solo en 1.2 %. En este contexto, no pudo aumentar el empleo ni el bienestar general de los asalariados. La Intermediación Financiera creció en 8.8 %, Comunicaciones en 3.5 %, Zonas Francas en 3.4%, Turismo en 1.8 %.

Es decir, crecieron los servicios, pero no los sectores productivos. Esta tendencia es preocupante y debe revertirse, para aumentar la producción, la construcción, las exportaciones, el empleo y competitividad. El Gobierno debe articular una mejor y más concreta política de desarrollo económico y social, porque en general no se siente un crecimiento vigoroso y sostenible.

Resultado Fiscal.

Respecto a la política fiscal el semestre concluyó a junio con un déficit de RD$ 18,801 millones, o el 0.8 % del PIB, pero si se suma el pago previsto de US$ 124 millones de la renegociación de un contrato de obras con DOVICOM, el déficit real hubiese sido del 1 %.  El total de ingresos fue RD$ 183,684 millones y, más o menos, se cumplió con el monto presupuestado. Pero el total de gastos ascendió a RD$ 202,485 millones, pero es inferior a lo presupuestado en RD$ 30,137 millones. El Gobierno, por tanto, no logró cumplir con la meta presupuestaria del primer semestre. Este resultado no fue por una política de austeridad, porque el gasto corriente se mantuvo igual, sino por una caída de las inversiones.

Se puede decir que la política fiscal resultó moderada y no expansionista, debido a la caída en los ingresos de préstamos externos y la disminución de las inversiones en obras públicas. La meta presupuestaria de gastos corrientes del primer semestre se cumplió en un 95 %, pero no los objetivos y montos de inversión pública, que se cumplió solo en 78 %, gastos en educación en 74 %, salud en 92 % y agricultura en 87 %. Solo la inversión pública fue menor en RD$ 19,724 millones, un 78 % de lo presupuestado, lo que contribuyó a desacelerar la economía.

Por razones internas, el Gobierno no ha podido dinamizar las inversiones públicas y la ejecución de proyectos de infraestructura con financiamientos externos. Se percibe en general un mejor manejo del Presupuesto, con mayor transparencia en ciertas áreas y cautela, dentro de las limitaciones, pero no parece existir una política de desarrollo.

Endeudamiento.

El Gobierno mantuvo una política agresiva de alto endeudamiento externo e interno. Según la Dirección de Crédito Público, la Deuda Pública aumentó de enero a junio en US$ 2,984 millones y alcanzó los US$ 22,219 millones, que incluye recursos de fuentes externas e internas que representa el 37 % del PIB. En el Informe de Hacienda se puede observar que de origen interno al Gobierno le ingresó RD$ 22,217 de venta de bonos y letras, uso de créditos por RD$ 8,000 millones y RD$ 18,827 millones por concepto de devengado no pagado. De fuentes externas recibió RD$ 13,717 de Petrocaribe y RD$ 41,000 millones, proveniente de la emisión de bonos soberanos por US$ 1,000 millones. En efecto, el 33 % de los ingresos totales de RD$ 183,684 millones, provienen de deuda. Es muy dudoso que el Gobierno pueda seguir un año más dependiendo tanto del endeudamiento público.

Política Monetaria.

La política monetaria fue pro activa desde marzo, encaminada a reactivar la economía. Se redujo las tasas de interés y liberalizó RD$ 20,000 millones del encaje legal de las instituciones financieras. Ambas medidas han sido bien recibidas y favorables a la economía. Según el Banco Central, en el primer semestre el medio circulante aumentó en 16.4 %, la oferta monetaria ampliada aumentó en 8.8 % y la base monetaria en 13.9 %. Los Valores en Circulación del Banco Central aumentaron 21 % a RD$ 281,190 millones.

El crédito total del sistema financiero al sector privado aumentó en 12.7 % con una cartera de RD$ 545,600 millones a finales de junio, con una mejor distribución por sectores. Sin embargo, lo que llama la atención es el vertiginoso aumento del crédito al sector público, que fue de 104 %, al pasar de RD$ 43,775 millones a RD$ 89,747 millones, lo que evidencia la dependencia del Gobierno en obtener recursos vía del endeudamiento. Este es un dato muy preocupante.

Para el primer semestre, las exportaciones totales de las zonas francas y nacionales ascendieron a US$ 4,782 millones, los ingresos por turismo US$ 2,636 millones, y las importaciones totales en US$ 8,197 millones. La factura petrolera ascendió a US$ 2,200 millones. Por otro lado, los ingresos por inversión extranjera fueron solo de US$ 789 millones, una reducción del 65 % comparado con el año anterior. Esta caída se debe al concluirse la gran inversión de la minera de oro y plata Barrick Gold y a la falta de nuevas inversiones del extranjero.

Con el movimiento favorable de capitales y las remesas, la Balanza de Pagos terminó positiva a junio con US$ 630 millones y el déficit de la Cuenta Corriente bajó a la mitad a US$ -726 millones. La tasa de cambió se ha devaluado cerca de 4.4 % desde diciembre a agosto, al moverse de RD$ 39.59 a RD$ 41.58 por dólar. Las reservas internacionales netas ascendieron a US$ 3,321 millones, como resultado de compras de divisas del Banco Central y de los ingresos de los US$ 1,000 millones de bonos soberanos.

Resumen.

Se puede apreciar que la economía ha entrado en una etapa de menor crecimiento comparado con las tasas de expansión de años anteriores. También se debate en la opinión pública que este crecimiento no ha disminuido la pobreza y desigualdades como tampoco ha creado suficientes nuevos empleos. El crecimiento del PIB del primer semestre fue solo de 1.6 % y se proyecta llegue a 3 % para todo el año.

El Presupuesto Nacional se maneja con prudencia y su ejecución si bien no ha cumplido con sus metas, por lo menos el déficit se ha reducido a niveles aceptables, después del notable déficit de 8 % y descalabro presupuestario del 2012. Para su desempeño el Gobierno ha dependido demasiado en el endeudamiento público y eso tendrá que cambiar, porque no es sostenible. La flexibilización de la política monetaria y crediticia ha sido un factor positivo, para apuntalar el crecimiento de los sectores productivos. Se debe mantener la política de tasas de interés bajas, porque cualquier aceleración de la economía vendrá por el sector privado. Una política crediticia expansiva es necesaria pata dinamizar la economía.

El Gobierno debe transparentar más la política de inversiones y disminuir el alto gasto en empleomanía, debido al exceso de nóminas clientelistas políticas. La proporción del gasto corriente es de 85 % y 15 % de capital, la cual es distorsionada y muy poco desarrollista y creadora de empleos. Se requiere de más racionalidad en el gasto público y realizar más inversiones que creen nuevos empleos formales. En esencia, la alta política económica no ha cambiado significativamente. Sin embargo, el Gobierno sí ha logrado mantener la estabilidad macroeconómica y un nivel de inflación por debajo del 5 %.

El Gobierno y el sector privado deben ponerse de acuerdo en realizar varias importantes reformas estructurales que se necesitan para relanzar la economía con una política de inclusión social y crecimiento de la producción y las exportaciones. Son las grandes reformas, como la fiscal integral, la de educación, la de energía y política social.