Si apetece una versión realista e inteligente acerca de Vargas Llosa y su relación con este país, hay que detenerse a leer el artículo de Juan Tomas Tavares, publicado en este diario. Para saber cómo seotorgó  el premio Pedro HenríquezUreña, escuchar lo dicho por el Presidente del Jurado, Profesor Luis Brea Franco, una de las figurasprincipales de la intelectualidad dominicana. El premio- uno entre más de doscientos recibidos por el Nobel- es merecido, otorgado y aceptado. Lo demás, desquiciamiento y  sinrazón.

Los dragones nacionalistas eructan fuego intentandoarrasara medio ministerio de cultura y devorar entre sus fauces al inmortal peruano. El superior gobierno atiza, obligando al ministro de cultura  a recortar lo que pudo haber sido una  gran celebración del premio.La presencia del insigne escritor en la Feria del Libro, y en los podios capitalinos, ha sido saboteada  por “órdenes superiores”.

El presidente, a través de voceros e íntimos colaboradores,  toma  partido con la irracionalidad sin asomarse.Y todo, con la intención de  apaciguar a un grupo desaforado de nacionalistas,incondicionales de una sentencia, y guardianes, se dicen, de las santísimas ganas de nuestras instituciones. Predicadores  de  la confabulación internacional  que trabaja día y noche para transformarnos en haitianos

El ministerio de cultura ha terminado  anunciando  medidas de seguridad extremas en torno al autor de “La muerte del chivo” (la mejor novela española de este siglo,de acuerdo al diario ABC de España)mientras permanezca en la república, protegiéndolo de piedras y agresores. ( ¡“Compadre, amarre el perroque estoy entrando!”)  Humillados quedaranpor siempre ministro y  jurado.

En democracia,tenemos el privilegio deprotestar y hablar libremente;más cuando se trata de salvaguardar el interés colectivo,  la patria. Pero en esta singular protesta, ni protestantes ni  gobierno merecen categoría de patriotas. Todo lo contrario, pues resultan ser gente de dos caras, inauténticas. Aplican un patriotismo conveniente, “sui generis”, a la medida de sus intereses.

Esos señores, que ahora rugen e intentan denigrar a uno de los  intelectuales  latinoamericano de mayor relevancia mundial,se abrazan, se pasean, cobran- y defienden-, adepredadores del Estado; “bailan pegao” con señeras figuras de la corrupción, venerándolos y rindiéndoles pleitesía. Son los mismos que mantienen la compra y venta entre senadores y  diputados;dilapidadores del presupuesto público. Hombresprósperos a expensas  de lasharapientasmayorías anestesiadas.

Demasiada contradicción  y desvergüenza, hipocresía einconsecuencia. Vivimos a expensas de unos atrevidos que se mueven entre el manicomio y elprostíbulo, desaguando inmoralidad por las cloacas.

Patriotas a conveniencia: apesta Vargas Llosa, pero olfatean perfumes de  rosas  próximosa quienes han convertidoeste rincón del mundo  en guarida de narcotraficantes, delincuentes, y funcionarios corruptos.¡Es una  desfachatez  sin precedente!

Pienso, finalizando esta  catarsis, que nuestro amigo Don Mario- el del premio Cervantes, Nadal, Príncipe de Asturias, y de la Academia Sueca- terminará largándose de aquí como lo hiciera Don Pedro Henríquez Ureña  en junio de 1933, para no volver jamás. Mientras tanto, lloremos con el espectáculo,y esperemos  nuevas aventuras en esta Ínsula Barataria.