La mayoría de las personas guiadas por analistas interesados, escriben y reiteran que el PRD está profundamente dividido por su propia culpa, por ser desordenado o por ser un partido lleno de conflictos  irreconciliables.  Para muchos la división y casi colapso de un PRD unido y vigoroso, como alternativa democrática, es un solo un problema de la cúpula de dirigentes o un conflicto fatal entre Hipólito Mejía y Miguel Vargas.  Esa es una visión demasiado simplista. No se analiza ni se discute si el PRD está dividido como parte de un plan superior para aniquilarlo y prácticamente convertir al país en una seudo democracia de partido único. EL dirigido problema del PRD, es al final, una crisis de la nación y su sistema político.

Tampoco se discute ni se analiza las nefastas consecuencias del papel negativo que está jugando el Tribunal Superior Electoral y la Junta Central Electoral, que en vez de ser entes de moderación y justicia, se han convertido en inquisidores políticos, en contra de la facción de Mejía y/o todos los opuestos a Vargas. Ellos con sus rechazos de todas las peticiones o recursos de amparo del amplio campo anti Vargas, en efecto apoyan a este candidato, pero también mantienen al rojo vivo la discordia dentro del PRD.

Es extraño y negativo el sutil e invisible rol del PLD y del ex-presidente Leonel Fernández, en haber creado una TSE con jueces designados por arreglos políticos, y que les falta sentido de s equilibrio y más bien obedecen al plan de mantener dividido o eliminar al PRD. ¿Cómo se pueden armonizar los intereses dentro del PRD?, si desde afuera, los poderes del Estado, solo apoyan y favorecen a una parte, con la intención de disminuir o eliminar el partido como alternativa para el 2016.

Es cierto que el PRD está dividido en dos tendencias viejas y en una tendencia latente que toma fuerza y crece, que representa a las nuevas generaciones. Las confrontaciones internas han sucedido siempre, desde su fundación en Cuba en 1939, en 1962, en 1973, 1982, 1986 y 1990.  Pero siempre resolvían sus conflictos electorales internos mediante maniobras, pactos y convenciones entre perredeístas, sin someterse jamás a la voluntad unilateral externa JCE y ahora TSE.  Ahora dominan la gestión y los problemas de un partido, las instituciones externas creadas por un gobierno y un presidente de otro partido, que dirige a distancia esta burocracia. Es decir, los partidos y la militancia han perdido su soberanía.

Este intervencionismo del TSE es el verdadero problema, que mantiene las discrepancias y convenciones acomodadas, lo que representa una negación de la libertad partidaria y de sus organismos estatutarios internos y de más de 1.6 millones de perredeístas.  Mi opinión, es que más que la cúpula del PRD está dividida sin remedios, es que el partido está sometido a un deliberado proceso de desintegración, para que el partido oficial, el PLD puedan gobernar 36 años más. No es un conflicto sin solución interno, es un plan para sacarlo del juego electoral.

La lista de agravios y acciones irregulares y antidemocráticas es larga.  Por ejemplo, Vargas mandó una carta irregular sin la firma del Secretario General en mayo y junio del 2012 con un listado hecho por él mismo con los miembros del CEN que  eran su adeptos y sacando y/o sustituyendo a más de 400 miembros, después excluyó ilegalmente de manera antojadiza y con sumaria a más de 70 miembros altos dirigentes del CEN, y para remate en un tribunal disciplinario interno de jueces compinches y adláteres, expulsó, sin precedente, al ex-presidente Hipólito Mejía, al Secretario General, al Presidente en Funciones y a la Secretaria de Organizaciones.  Un acto unilateral vergonzoso y viciado.

Todo un estilo a lo concho primo, y cuando se apela a la justicia y al TSE siempre gana y prevalece la posición de Vargas.  El último fallo del TSE rechazando el recurso de amparo de 70 miembros reconocidos excluidos del CEN y su negativa al debate de fondo, es una vergüenza y negación del derecho. ¿Cómo puede haber una oportunidad de armonía?, cuando el árbitro está en contra y en una clara misión política divisionista.

A una parte de los dirigentes del partido y miles de militantes, no le queda dónde recurrir y dónde se haga justicia y se mantenga la democracia interna partidaria.  Así jamás puede podrá unirse el partido. Por lo tanto, hay un tranque institucional, pero no del PRD sino de sistema político dominicano, de su falta de justicia y por las ambiciones de un partido perpetuarse en el poder 36 años. Entonces, no es tanto que dirigentes del PRD por ambiciones están divididos, es que por poder y por dinero los mantienen divididos a propósito, amparados en tribunales recién creados por el poder oficial y la maquinaria del clan corporativo del PLD.

Miguel Vargas, Hipólito Mejía, Luis Abinader y cualquier otro dirigente tienen todo el derecho a postularse para ser candidato a la presidencia, pero dentro de un real proceso de convenciones equilibradas y que se respeten los Estatutos del PRD y, ante todo, se respete la lista definitiva de los verdaderos miembros del CEN. Es inconcebible y parte del mismo plan que la JCE haya de manera desfachatada expresado que no tiene listado de los miembros del CEN. Eso es una falsedad, una burla. La lista de miembros del CEN que se debe imponer es la del 2009 y la convención ordinaria del 2010. Eso es lo democrático y equilibrado. La JCE sí tiene el listado oficial de miembros de esas convenciones.

Miguel no desea ni permite una reunión del CEN con todos los miembros que estaban integrados desde 2009-10, ni un proceso de convenciones para elegir las candidaturas de la nueva dirigencia institucional del partido. Desea hacer su propio CEN y reelegirse. Si existiera buena fe, todos los miembros del CEN deben participar, incluyendo todos los dirigentes excluidos. Con listados de miembros del CEN hecho a la medida por una tendencia, se perderá la democracia interna del PRD, y por tanto, se destruirá al PRD y al sistema de la alternabilidad del poder. Vargas está jugando con su nombre y la historia del PRD, debe tener mucho tacto, y no dejarse llevar por pasiones ni de asesores aventureros. Hipólito también debe pensar hondo, ha sido ex presidente, goza de gran popularidad, es un hombre de carisma, pero ahora se requieren decisiones de todos los dirigentes y militantes , por la sobreviviencia del partido y del sistema pluralista.

El PLD deberá igual cuidar su nombre en la historia, porque si insiste en destruir o minimizar un partido, y formar un sistema de partido único y quedarse tres décadas en el poder, se desgatará, se desacreditará, creará una casta oligárquica, la corrupción aumentaría por el poder impune, y la historia le pasará la peor de las facturas. Le pasará igual o peor que al PRI en México. El mismo ex presidente Fernández, quedaría como otro gran caudillo igual a los del Siglo XIX y XX hasta 1961, que no cambiaron ni la mentalidad política ni la forma de ejercer la democracia. Dejaría de ser un reformador moderno. Sería un grave fracaso histórico y retroceso, en esencia, la negación de Juan Bosch y del liberalismo político.

Como el TSE está parcializado y dominado por un partido y favorece solo las posiciones de Vargas, no existe posiblidad de conciliación y armonía. Entonces quizás ha llegado el momento de que para que salvar al PRD, el propio partido, sin injerencia del TSE o JCE, busque mediante plebiscito de todos los militantes afiliados su propia solución a través del voto libre de todos los perredeístas, no por un CEN desarticulado. Los Art. 39 sobre Plebiscito y 40, sobre revocación de mandato de la dirigencia, de los Estatutos, se podrían invocar. Sin pedir nada al TSE, trabajando solo con los Estatutos del partido. Creo que solo queda el camino de un plebiscito nacional de toda la militancia de este gran partido de masas y bases organizadas. Ese es el desafío de Miguel, Hipólito, la Comisión Política y de todos los perredeístas.

Por experiencia, todos sabemos que con el PRD dividido ningún candidato ganaría la presidencia del 2016, y otra derrota solo serviría para entregarle la victoria al PLD en el 2016.  Como no hay justicia en TSE-JCE que proteja el equilibrio dentro del PRD, es el liderazgo y la militancia del partido la que tiene que buscar su auto solución. En nuestra historia, nefastos caudillos,  presidentes y dictadores han surgido precisamente por la permanente discordia. Es, pues, la hora de cambiar de estrategia, sino vamos hacia otra derrota más, pero más delicada, pues se perdería el sistema de alternabilidad natural democrática.

La sociedad civil, los empresarios y todos los  dominicanos, lo deben pensar y ponderar muy bien, con visión de largo plazo y deben involucrarse en este dilema político y con su fuerza exigir equilibrio partidario y respeto absoluto de la TSE y la JCE al proceso interno de los partidos y al libre albedrío democrático. Mucho más que el PRD está en juego en esta encrucijada.  Estoy seguro que la población no desea una semi dictadura legal, de partido único.