Recientemente me enviaron un artículo interesante sobre cómo criar niños exitosos y un estudio de Harvard y MIT que plantea que una de las mejores acciones que los padres pueden realizar por sus hijos es conversar e interactuar con ellos para desarrollar una de las habilidades más importantes: la comunicación. El autor menciona otro estudio de John Gabrielli que confirma el efecto de las conversaciones familiares en el desarrollo del cerebro y en el vocabulario, sin importar el nivel socioeconómico.

Me identifiqué con lo abordado en este artículo pues creo fielmente en el poder del diálogo y la conversación, no sólo para el desarrollo del vocabulario, sino para desarrollar la capacidad de establecer relaciones sanas, negociar, escuchar, resolver conflictos, respetar, entre otros beneficios. Esto lo confirman estas y otras investigaciones. Educar es comunicarse, como plantea el autor Bernabé Tierno.

Lamentablemente no siempre promovemos el intercambio al conversar, sino que damos muchas instrucciones a nuestros hijos o estudiantes sin dejarlos expresarse o participar de manera activa. Con la prisa y el estrés se hace cada vez más difícil encontrar el tiempo y el espacio para tratar temas diversos, compartir puntos de vista, emociones, experiencias, opiniones e ideas con ellos de manera libre y espontánea. Como digo muchas veces, se ha perdido el arte de conversar, una actividad compleja y poderosa que involucra mucho más que un emisor, un receptor y un mensaje. Implica la personalidad, las relaciones, la intención, la interpretación y la retroalimentación en un contexto determinado. Es por esto que no se puede hacer de manera rápida y superficial para salir del paso.

En el hogar el momento del almuerzo o de la cena es idóneo para conversar, sin embargo se hace cada vez más difícil sentarse a la mesa todos juntos debido al horario, a los compromisos, a las actividades extracurriculares y tareas, entre otros. Aún así, vale la pena hacer el esfuerzo e invertir tiempo para comunicarnos unos con otros.

En la escuela, la conversación también es fundamental. No sólo se debe llevar a cabo en el aula, sino también fuera de ella si deseamos conectar con nuestros estudiantes. Es parte esencial del proceso educativo. La comunicación es una de las competencias fundamentales establecidas en nuestro Diseño Curricular. “A través de la misma se permite la expresión de las ideas, emociones, sentimientos, valores culturales y artísticos. Es esencial para la construcción de la identidad personal y colectiva y para la conformación de una cosmovisión que permita interpretar y actuar en el mundo. Además, es una estrategia fundamental para la organización y construcción del pensamiento” (MINERD, 2016).

Esta competencia, tan importante y necesaria, se desarrolla a través de múltiples experiencias en el hogar y en la escuela, siendo el diálogo fundamental, sobre todo en los primeros años de vida. Para que la comunicación sea eficaz debe asegurarse que el niño y el joven puedan ser ellos mismos y que los padres y educadores los acepten incondicionalmente, sin manipular o poner condiciones (Tierno, 1998).

¿Qué tanto conversamos con nuestros hijos y estudiantes?

Nuestros niños y jóvenes desean hablar de muchas cosas con nosotros, pero ponemos barreras o evitamos abordar ciertos temas, dejando que sean otros los que les informen y orienten. No nos interesamos por sus cosas y después nos quejamos de sus comportamientos, valores y actitudes. Si nosotros no somos abiertos y receptivos, ellos tampoco lo serán con nosotros.

Analicemos y reflexionemos sobre el tiempo que dedicamos a hablar con nuestros hijos y estudiantes, si verdaderamente los aceptamos y acogemos, escuchándoles con atención, intercambiando, no imponiendo, nuestras experiencias, ideas, opiniones y emociones. Si descubrimos que es poco, busquemos la manera de lograrlo con frecuencia, abordando temas de su interés y necesidad. Esto mejorará significativamente nuestra relación y facilitará su formación integral.

La relación educativa se convierte en profunda comunicación de personas sobre la base de un diálogo existencial que consiste en la mutua aceptación y estima de las personas y que se manifiesta en la escucha del otro, en la voluntad de descubrirlo, comprenderlo y respetarlo

(Tierno, B. 1998)

Fuentes:

MINERD (2016). Bases de la Revisión y Actualización Curricular. Santo Domingo.

Tierno, B. Y Escaja, A. (1998). Saber Educar. España: Temas de Hoy.

Popomaronis, T. (2019). Want to raise successful kids? En: https://www.cnbc.com/2019/04/05/harvard-mit-study-says-parents-do-this-one-thing-to-raise-happier-successful-wealthier-children.html?utm_source=pocket&utm_medium=email&utm_campaign=pockethits