El PLD, Leonel Fernández y sus aliados han venido gobernando el país por más de 70 años y su impronta de gobierno ha sido enriquecer a un grupo muy reducido de la sociedad y multiplicar la pobreza entre los sectores más necesitados.
La clase media y los sectores humildes de la Sociedad necesitan darse un liderazgo, “comprometidos con una visión del Desarrollo sustentado en la producción y el empleo digno que ponga en primer plano el bienestar de todos los ciudadanos y ciudadanas de la República Dominicana.”
Un liderazgo político que enfrente la delincuencia y la inseguridad que arropa de extremo a extremo al país. Que enfrente y penalice los feminicidios, la violencia contra la mujer y una justicia independiente y justa para todos los ciudadanos.
Un liderazgo político que frene el alocado endeudamiento publico y se dedique a reactivar el aparato productivo incrementando con ello la producción nacional. Que reoriente la inversión en la educación publica y que brinde servicios públicos de calidad.
No es posible continuar con estos gobernantes mercaderes de la política, farsantes y mentirosos que poco le importa el bienestar social de la población dominicana. Los servicios públicos básicos, como educación, salud, electricidad, agua potable, seguridad, vivienda y transporte, se han debilitado sustancialmente, y proporcionalmente se ha incrementado la corrupción, la impunidad, el crimen y la delincuencia.
Nuestro país, requiere de un liderazgo que restituya la esperanza a la gente, que inspire en los jóvenes el deseo y el interés de vivir y permanecer en su país. Un liderazgo que ponga el bienestar de la gente por encima de los intereses empresariales y de los grupos de poder que por décadas han estado enquistados en las instituciones del estado.
Un liderazgo que se diferencie en su manera de hacer y promover la política, sin clientelismo, sin prebendas y sin hacerle falsas promesas a la población dominicana. La ciudadanía tiene sin duda, la oportunidad de elegir entre lo ya existente, la corrupción, la impunidad, el robo de los recursos del estado y los altos niveles de delincuencia y seguir permitiendo que nuestro país siga siendo la finca privada de unos pocos, mientras la inmensa mayoría continúa sumida en la miseria y el oscurantismo; o por en contrario, con la fuerza de la dignidad que siempre nos ha caracterizado decidimos cambiar de rumbo.
Los dominicanos merecemos algo mejor, merecemos y debemos darnos la oportunidad de cambiar de rumbo, de buscar una opción política comprometida con el desarrollo y el cambio social del país. El momento ha llegado para hacer de la república dominicana un país donde la gente sienta que vale la pena vivir.
El cambio es ahora y tu decides. Nuestra Sociedad necesita de una urgente transformación económica, política y social. Los buenos cambios en la vida de los pueblos no pueden ser arrebatados por aquellos que siempre dominaron y dominan nuestro país y que ahora quieren regresar o mantenerse en el poder para recuperar antiguos privilegios. Nosotros debemos producir el cambio que permita un país más justo, mas solidario y de mejores oportunidades para nuestros jóvenes. Nuestro país no debe retroceder. El tiempo es ahora, los que se han enriquecido con los recursos del estado, empobreciendo a la grande mayoría; encareciendo los servicios básicos deben irse ya, y dar paso a una nueva generación de jóvenes políticos que sepan gobernar con dignidad, con honestidad y pensando en resolver los problemas de la gente.
Debemos dejar de ser el país donde existe de todo y al mismo tiempo carecemos de lo necesario para vivir en paz y con alegría. Un país donde reverdezca la esperanza de una nueva quisqueya por siempre.
En este 2020 iniciemos un nuevo modo de gobernar: democrático, responsable, inclusivo, participativo y transparente. Cambiemos el viejo carácter patrimonialista, prebendario y excluyente del gobierno, que favorece los intereses de pequeños grupos de poder, pasando a la adopción de las decisiones en función de los intereses generales del país, priorizando a la población más necesitada.
La mayor riqueza del país y su potencialidad más importante está en su propia gente. El mejoramiento de su calidad de vida y el progreso global de la República Dominicana hacia superiores niveles de desarrollo y futuro depende del desarrollo de las potencialidades humanas de nuestro pueblo, la elevación de sus talentos y capacidades; el desarrollo de su imaginación y creatividad, su cualidad emprendedora; sus destrezas innovadoras y aumento de la productividad de su trabajo. Atrevámonos a comenzar a construir el país que queremos.