Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.Stéphane Hessel

No creo tener la capacidad de establecer un criterio objetivo para identificar el perfil de quienes han asumido el protagonismo (entre todos los que asisten sacrificando de su tiempo y más) en las movilizaciones sociales ocurrentes, de forma realmente vocacional, honesta, responsable y consciente, al ser extremadamente difícil frente a esta mezcolanza de mansos y cimarrones, pues todos con el mismo uniforme y aparente actitud; pero sí creo tener una idea para ayudar a identificar posibles participantes por el coro, los que se suman para restar, colaborando con la especulación y la distorsión de una realidad que tiene a muchos soñando y a otros maquinando con realizar utopías. A continuación mi test para ustedes:

Si previo a la protesta tuviste que salir a comprar atuendos negros que te hicieran lucir cool, estás ahí por el coro;

Si solo asistes a la protesta cuando te pones de acuerdo con un grupito de amigos, es que solo eres cuando hay coro;

Si tomas alcohol o cualquier otra droga, antes de salir a protestar, o durante las protestas, protestas por el coro (o eres un tecato);

Si te preocupaste por ir al salón o al peluquero como condición para exponerte públicamente en las diversas jornadas; es muy probable que estés ahí solo para hacer;

Si para salir de tu casa camino a la concentración tardas en prepararte estéticamente lo mismo que tardas para salir de fiesta, o a una cita romántica; estás más cerca de actuar por el coro que por cualquier otra causa;

Si sueles elegir tus imágenes protestando para postearlas en Instagram, luego de haber tomado decenas de fotos de la misma escena o pose, y así de muchas otras, sin duda estás ahí por el coro (sobre todo si no estás cobrando por esto);

Si siendo ciudadano dominicano asistes a las protestas no pensando  ir a votar el día de las elecciones, es porque para tí todo esto es un coro.

Si te avergüenza o te preocupa que te identifiquen como un manifestante o ciudadano en subversión, hay un problema, y quizás no estás donde realmente quieres y debes estar.

Si protestar te hace feliz, te llena y excita sin que en forma alguna lo consideres un sacrificio, algo así como lo que siente el que ama lo que hace, entonces algo no está bien, pues no se supone que sea ese el sentimiento de una víctima que clama por el respeto de sus derechos. Entonces, quizás es por el coro.

Si no te has dado cuenta que han pasado dos semanas desde el “Trabucazo”, donde tuviste tu última manifestación subversiva, quizás tampoco tienes pendiente que las elecciones municipales son el próximo domingo 15 de marzo, y si eso es así todo lo que has podido hacer -coro, espuma y bulto cívico- sirve de nada.

En fin, el peligro de protestar solo por el coro es defraudar la Patria, luego de ilusionarla falsamente; es atentar contra la democracia desde adentro, como espías encomendados a ese fin -sin conciencia de serlos-; es irrespetar y traicionar a los que filantrópicamente se entregan a la defensa de los valores y fines de la lucha por la democracia; es colaborar con la legitimación del autoritarismo, pues ni el ruido de los calderos, la alegría subversiva ni la creatividad en slogans y frases geniales representan resistencia suficiente ni verdaderos obstáculos al ejercicio maquiavélico del Poder y todos sus recursos cuando se pretende imponer de forma absoluta. De seguro que los gobernantes y sus comunicadores prepagos ríen tan fuerte como los gritos de los insurrectos, convencidos de que los que se dicen oposición, pueblo, revolucionarios o masas populares rebeladas, no son tales, sino pantallas que disfrazan grupos de ciudadanos incapaces de aguantar los nueve innings, un tiempo extra o los doce rounds antes de que llegue su knock out técnico, sobre todo cuando el réferi se sospecha contratado para ese resultado.  [Ojalá se equivoquen en su convicción]

Pero que te hayas estado manifestando por el coro no significa que seas un caso perdido; si después de todo sientes alguna afinidad con la causa -aunque no la identifiques claramente o no la comprendas del todo-, acata el llamado de Hessel: “mirad a vuestro alrededor, encontraréis los hechos que justifiquen vuestra indignación (…). Encontraréis situaciones concretas que os llevarán a emprender una acción ciudadana fuerte. ¡Buscad y encontraréis!”.

Después de todo hay otras conductas típicas en muchos de los participantes tan peligrosas como protestar solo por el coro y que me parece por igual correcto advertir:

Si has asistido a las concentraciones acompañado de tu(s) bebé(s), como he visto hacer, quizás seas un político de sangre, de los que se entregan a sus causas by all means neccessary, pero también un mal padre, irresponsable!

Si el 27 de febrero estabas en el área VIP del evento, y no fuiste de los que tomaron una participación en tarima, entonces estabas trabajando, haciendo “artitaje”, infiltrado o extraviado; no hace falta que te diga más.

Si ese mismo día fuiste a la Plaza de la Bandera a protestar sin preocuparte ni entender necesario haber escuchado o conocido al menos los detalles del discurso de rendición de cuentas del Presidente Medina, quizás tu participación en la actividad y tus ideas políticas no sean tan legítimas ni efectivas como podrían serlo.

Si estás protestando para que los miembros de la JCE y sus suplentes renuncien faltando días para las elecciones, y pides a gritos sus cabezas, no necesariamente estás ahí por el coro, pero definitivamente no tienes idea de lo que pretendes, y necesitas algo de orientación jurídica y racionalidad política.

Finalmente, si has estado protestando religiosamente en esta secuencia de jornadas y piensas votar por alguno de los sospechosos de haber patrocinado o de estar relacionados con el fallido fraude electoral o con el sabotaje del mismo -según las diferentes teorías de la conspiración conocidas-,  es peor que estar ahí por el coro; abusador!

[Nota al pie: no soy un hater, solo un observador que indignado piensa -con la cabeza fría y el corazón ardiente- y luego escribe procurando que mis destinatarios entiendan el mensaje: esto no es un juego cualquiera, es el juego político, estudia sus reglas si quieres no sucumbir antes de bien iniciar]

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El peligro de protestar por el coro (1-2)