Un modelo de eficiencia y compromiso social

“Este Parque es un modelo que demuestra que los recursos del Estado se pueden manejar con honradez, con mucha honradez, pero no basta con que se gestionen con honradez, tienen que ser manejados con eficiencia, priorizando las cosas fundamentales, las cosas trascendentes”-ministro Antonio Isa Conde.

La visión que merodea los umbrales del futuro de las naciones tiene un vínculo visible y determinante con la energía sostenible, en particular, con el aprovechamiento de las fuentes de energía renovable. En cuanto a la energía, esta visión tiene de motor propulsor las iniciativas de política y las acciones concretas que procuran disminuir los costos y elevar los niveles de eficiencia de la energía en sus distintos usos. Ello incluye el aporte, de la magnitud que sea, a la mitigación de las inclemencias del cambio climático.

No se trata solo de propiciar proyectos lucrativos, razón de ser y base del progreso de las sociedades democráticas. También de la diseminación de conocimientos útiles sobre las tecnologías y políticas que pueden efectivamente cambiar la fisonomía del sector energético nacional. Si combinamos este esfuerzo con el estímulo del aprendizaje y el cambio positivo de la visión cotidiana de las cosas, mucho mejor.

Detrás de toda iniciativa, plasmada en un hecho concreto importante para la sociedad, se esconde la eficiencia y el compromiso de un equipo. En este caso, se trata de un grupo de técnicos y profesionales del Ministerio de Energía y Minas dirigidos por el ministro Antonio Isa Conde, el viceministro de Energía Ernesto Vilalta y el director de Energía Renovable don Oscar de la Maza. Junto a sus valiosos técnicos, fueron ellos los grandes simplificadores que ofrecían las mejores soluciones, ahorrando al Estado millones de pesos que el ministerio no tenía.

El PTER es un buen ejemplo de cómo el liderazgo institucional puede ser capaz de atrapar las buenas ideas embrionarias que otros ceden voluntariamente hasta llegar a darle las formas que sus progenitores soñaron. En efecto, el primer planteamiento sobre un parque temático de energía renovable fue hecho primariamente por el ministro Gustavo Montalvo. El MEMRD lo toma muy en serio y le da en breve plazo la configuración técnica de proyecto con categoría de meta presidencial. Luego avanza hasta arribar, venciendo todas las dificultades presupuestarias y desafíos técnicos, a la magnífica obra que se muestra hoy a todo público.

¿Pero qué es en realidad el PTER?

Es, como decía don Oscar de la Maza, un espacio interactivo que muestra las tecnologías de la energía renovable en sus distintas vertientes, “con énfasis en la combinación creativa de lo lúdico y recreativo con lo educativo. Por tanto, como puntualizaba el ministro Isa Conde, “esta obra es un aula. No solo es un Parque Temático, sino un espacio de aprendizaje al que vendrán los jóvenes para aprender a amar las renovables, el camino más importante para preservar la integridad del planeta y garantizar el bienestar de estas generaciones y de las próximas”.

De donde se colige que su misión fundamental es educar y crear conciencia sobre el compromiso colectivo, perentorio y constitucional, de cuidar el medio ambiente en nuestro espacio insular, considerado como uno de más vulnerables al cambio climático de la región.

Con el PTER se siembra conciencia sobre la necesidad de preservar lo que es patrimonio común: el medio ambiente, enseñando las ventajas de la transición firme hacia fuentes de energía que la misma naturaleza ha tenido a bien ofrecernos de manera relativamente generosa. 

Caminar por sus 600 metros lineales de senderos accesibles se traduce en una experiencia “energética” única en cuatro estaciones temáticas de los recursos renovables: Agua, Viento, Sol y Biomasa. En cada una de ellas se muestran tecnologías que utilizan estos recursos para producir energía. Se ven complementadas con una estación de aplicaciones que nos muestra la posibilidad real de aprovechar los recursos energéticos circundantes disponibles y ser autosuficientes. Se suma una zona de esparcimiento que incluye juegos didácticos y máquinas para la ejercitación física, todas con la notable particularidad de generar energía. El cuadro se completa con áreas administrativas, salones de inducción y exhibición permanente de tecnologías renovables, y un auditorio al aire libre.

Las estaciones Agua, Viento, Sol, Biomasa y de Aplicaciones Rurales muestran sus tecnologías particulares de vanguardia, con un aporte en conjunto en esta etapa culminante de unos 13,774 kW/h al mes, suficientes para satisfacer la demanda mensual de parque, que se estima en unos 11,667 kW/h. La diferencia entre consumo y oferta, unos 2 mil 107 kW/h, ingresará a la red oficial, con la determinación de aumentarla considerablemente en el mediano plazo. Las tecnologías incorporadas al parque envuelven una economía anual de unos 94,000 kg de CO2 equivalente, un importante pequeño aporte a la reducción de las emisiones actuales del sector energético.

El PTER tuvo sus cooperantes públicos y privados, unidos por el entendimiento de la pertinencia de un proyecto único, con un alto ingrediente de responsabilidad social y ambiental.

No es para nada casual que esta extraordinaria obra se haya levantado al lado de la Ciudad Juan Bosch. Este insigne maestro, de connotación universal, decía que “la palabra puede exponer la acción, pero no puede suplantarla. Miles de frases son incapaces de decir tanto como una acción.”