“In The Heights”, producción de Broadway llevada a la pantalla grande por el compositor, dramaturgo y productor Lin-Manuel Miranda, es una hermosa y bien lograda pieza cinematográfica que transporta al televidente como en una máquina del tiempo.

En esta historia la comunidad hispana continúa experimentando las mismas situaciones de desigualdad narrada en la película.

Con una historia que se ajusta perfectamente a cualquier época o barrio hispano, el director Jon M. Chu pone en perspectiva las situaciones de inequidad social, familias disfuncionales, amores perdidos, lucha de clases y la resiliencia de “the Blue Collar worker” o trabajares obreros.

Logrando cautivar mediante la composición de varias historias que se entrelazan, en medio de las vicisitudes de los residentes de los Altos de Washington, vecindario neoyorquino del distrito metropolitana de Manhattan.

In The Heights, es una excelente alternativa para aquellos quienes desean hacer un reencuentro con su identidad.

La película se distingue, adentrando al espectador a los tropiezos experimentados por una comunidad predominantemente hispana que se mueve entre la fe y las desigualdades del sistema, en una época donde la zona era un hervidero de criminalidad e infestada por la epidemia del crack de los años 90’s sin ley ni orden.

Mostrando como los hispanos trabajaban sin cesar envolviendo sus sueños en hojas de tamales y danzando para desahogar el alma al compás de un buen merengue.

Cabe destacar, que la propuesta no puede ser más oportuna en estos momentos en que las minorías hispanas experimentan una retahíla de situaciones que amenazan con abolir las conquistas que estos han alcanzado en tantos años de luchas; en un panorama desolador y que la historia logra reflejarlo.

In the Heights, gano un Premio Tony 2008 al mejor musical y mejor banda sonora y todo apunta que será una de las favoritas para las premiaciones estadounidenses más importantes del 2022 y si es así, esto consolidara el liderazgo hispano dentro de Hollywood, en una industria tradicionalmente controlada por los blancos.

La historia resalta no solo una fuerte migración de origen Dominicano que al igual que otros hispanos cambio la demografía de Nueva York por completo, aportándole color, riqueza, belleza y diversidad al lenguaje. De gente trabajadora y resiliente que aprendió a dar lo que no tienen, porque al mal tiempo buena cara. Familias que educaron a sus hijos no para dejar el barrio, sino para volver a él aportando lo que aprendieron.

Es una oda a la hispanidad que presenta la comunidad como una fuerza indetenible y necesaria que ha modificado el mapa electoral estadounidense, propugnando cambios para que esta nación continúe avanzando; pero falta mucho aun por hacer.

La pieza logra resaltar las carencias de una zona abandonada por la ausencia de inversión; siendo un grito de auxilio a que los sueños se cumplen en esta nación, pero el precio a pagar es alto.

La narración y el lenguaje son sencillos, pero cautivadores, la fotografía refleja la diversidad cultural describiendo la asfixiante humedad de los edificios y que por encima del fast food, los hispanos se aferran a sus raíces gastronómicas. La banda sonora es contagiosa con una fusión de ritmos, rituales, alabanzas.

La obra se desarrolla entre la bodega “El Sueñito” y las ansias de ganar la lotería, anhelo que implica que por encima del trabajo duro, nuestra comunidad desea salir de la pobreza aunque sea apostando el último centavo. In The Heights, es una excelente alternativa para aquellos quienes desean hacer un reencuentro con su identidad.