El sector privado local ha demostrado un gran apetito por desarrollar el mercado de valores dominicano, sin embargo, los altos costos en las emisiones han provocado trabas en el acceso a este mercado. En adición, en los últimos años se ha evidenciado una robustez de las Administradoras de Fondos de Pensiones, así como la creación de nuevas Fiduciarias y Sociedades Administradoras de Fondos de inversión. Lo que ha faltado para lograr un verdadero desarrollo, son instrumentos de inversión privada que busquen capitalizar empresas y generar un mercado dinámico.
Por su parte, el Estado Dominicano también ha mostrado interés en desarrollar un mercado de valores con estructuras de inversión que se integren de forma directa al sector productivo nacional, así lo manifestó en una entrevista el Superintendente de Pensiones de República Dominicana, Ramón Emilio Contreras Genao, donde reflejó un claro entendimiento respecto de las oportunidades que se presentan, a través de los fondos manejados por las Asociaciones de Fondo de Pensiones (AFP), para desarrollar el mercado financiero Dominicano.
En ese sentido, la Comisión Clasificadora de Riesgos y Límites de Inversión (CCRLI) en su Resolución No. 105 sobre el régimen transitorio de los límites de inversión de los Fondos de Pensiones, establece los límites máximos de inversión por cada instrumento, lo cual se traduce en que un 70% de los más de DOP 350 mil millones podrían transformarse en capital disponible para el mercado de valores y específicamente un 5% de estos fondos podrían incluirse en estructuras de fideicomiso de oferta pública. El problema es que en la actualidad apenas un 2.5% está siendo invertido en la empresa privada debido a la limitada oferta.
Desde el último trimestre del 2015 al presente, se han aprobado como alternativa de inversión para los Fondos de Pensiones siete estructuras de bonos corporativos, donde cinco emisores son instituciones financieras (Puestos de Bolsa y Bancos) y las restantes son empresas generadoras del sector eléctrico. La estricta regulación con la que cuenta este tipo de instituciones en la República Dominicana les permite poder participar en este tipo de mercado pero con limitaciones en cuanto a la inversión como se señaló anteriormente. Es decir, a pesar que las AFP tienen la facultad para invertir en títulos de deuda de empresas y acciones de oferta pública, tomando en consideración que aún no se han emitido acciones de oferta pública, la oferta es muy limitada debido a que para que una empresa mediana pueda incurrir en este tipo de estructura de deuda, deberá cumplir con una serie de requisitos para realizar una oferta pública, tan exhaustivos, que se le dificultaría cumplir, sumándole los altos costos que representaría para la misma.
Entonces nos preguntamos ¿Dónde está el espacio para las empresas medianas en el mercado de valores? y ¿cómo impulsamos instrumentos que capitalicen empresas medianas con fondos de las AFP?
Estos altos costos de una emisión provocan que una empresa mediana opte por recibir financiamientos convencionales del sistema bancario. Es entonces, y con el fin de incorporar los fondos administrados por las AFP a sectores productivos, que debemos considerar estructuras alternativas que sirvan para fomentar mecanismos de financiamientos a largo plazo de sectores productivos, que están concebidos en la Ley 189-11 sobre Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso y la normativa del mercado de valores.
Bajo este esquema de fideicomisos financieros de gran tradición en países sudamericanos, donde una entidad jurídica separada, toma función de representante de un grupo de varias empresas medianas del mismo sector, con el fin de (i) ser la fideicomitente y ceda/aporte los bienes o flujos de las empresas asociadas como garantía de una estructura; y (ii) financiar el flujo de caja en su período por dar unos ejemplos, de temporada de cosecha o compra de materia prima. Es decir, a través de un fideicomiso de oferta pública se logra captar fondos de las AFP para capitalizar empresas ya que bajo este mecanismo no se tiene que realizar una oferta por empresa, si no que se podrían aglutinar varias medianas del mismo sector, siendo altamente atractivo y confiable, además de las importantes exenciones fiscales que los fideicomisos de oferta pública ofrecen.
El esquema para lograrlo todavía no se ha diseñado, pero contamos con la experiencia de otros países de la región y lo importante es impulsar estructuras para financiar a empresas medianas, con miras a impulsar el aparato productivo nacional.