El paisaje se va conformando como noción a partir de los descubrimientos pictóricos y de las técnicas de exteriores utilizadas a partir del Pre-Renacimiento. Importante sería para verificar tal aserto revisar AAVV: Mil obras para descubrir el arte, Eds. Larousse, 2011. El arte público de Roma, Francia, España, Holanda y otros países de Asia y América ofrecen espacios naturales, reales, surreales, fantásticos, poéticos y otros que enuncian partes de tierra modeladas por el ojo del pintor, proyectista, escultor y arquitecto.
Con la técnica de la perspectiva, de la profundidad espacial y otros recursos ópticos y geométricos de distancia, lejanía o acercamiento, se desarrollan técnicas proyectivas que van dando forma a la especie y género denominado paisaje. (Ver, los trabajos de Hubert Damisch sobre la perspectiva; y también, Francisco Martín Casalderrey: La mistification des sens, Eds., Le monde Mathématique, Barcelona, 2011).
Con la evolución de la forma pictórica, el paisaje aparece como un estado de naturaleza donde el contenido significativo o materia artística, produce también una forma que en su distribución espacial el pintor le llamará paisajística, y que se utilizará como una técnica artística de plasmar el espacio.
Numerosos pintores en el Renacimiento abordaron la técnica del paisaje, propiciando, de esta manera, un sentido del orden natural y un tipo de representación donde lo orgánico cobraba su valor y significación, tal y como se puede comprobar en David Wade: Geometría y Arte. Influencias matemáticas durante el Renacimiento, Ed Librero, Madrid, 2017).
Si los usos composicionales fueron importantes en el desenvolvimiento de la técnica, también la combinatoria colorística tuvo un papel importante como utilización para crear paisajes o destacarlos en la naturaleza. (Ver, Fleur Richter: La estética geométrica de los cuerpos en el Renacimiento, Ed. Gerd Hatje, 1995, en alemán).
El paisaje moderno como noción integradora y crítica, presenta elementos de lenguaje, ciencia y arte ligados a detalles formales, composicionales, pero sobre todo urbanos que constituyen el orden del campo y la ciudad. Desde la forma urbana de Le Corbusier, hasta los nuevos arquitectos y urbanistas y teóricos de los años 80 y 90. (Véase, N. Pevsner: Los orígenes de la arquitectura y el diseño, Eds. Gustavo Gili, Barcelona, 1969), J. Muntañola : La arquitectura como lugar, Eds. Gustavo Gili, Baecelona, 1974). Un nuevo estilo de paisaje ha surgido como especie, lenguaje y función dentro de la ciudad de nuestros días.