Nunca en toda su historia, el país había necesitado con tanta urgencia un gobierno moral como el que reclama la sociedad dominicana en estos momentos. La nación necesita, sin demora, una autoridad moral y administrativa, que desde la más alta posición del Estado, reoriente la vida del país. Sus instituciones están a la deriva. El caos se ha convertido en el centro de casi todo el quehacer público y la corrupción sin límites constituye la vía más fácil de enriquecerse a costa de los bienes públicos y perjuicio de todo el pueblo.

Al convertirse en un caos la vida pública, toda la sociedad ha sido afectada. La debilidad moral en el ejercicio del poder político en el Estado, ha hecho posible que la presencia de la pandemia planetaria haya puesto al descubierto toda la podredumbre provocada por la política sin ética y sin patriotismo. Sólo los dominicanos que han sufrido durante muchos años la ausencia de un real sistema de salud pública, pudieron advertir con anterioridad esta tragedia, porque la han padecido en carne propia.

La necesidad de un gobierno moral para el país no se puede postergar ni un día más del 16 agosto. Nunca antes este Día de la Restauración había cobrado tanta pertinencia moral, cívica y patriótica para la nación y sus ciudadanos. La República Dominicana atraviesa por una crisis sin precedentes en su historia. Estamos obligados, por moral y patriotismo, a producir un cambio que reoriente la vida pública y toda la sociedad presente y futura para las generaciones de hoy y del mañana.

Los hechos ocurridos en la provincia Puerto Plata, promovidos desde el poder político, son una burda burla a todos los dominicanos, especialmente a la juventud, cuyo futuro depende de acciones políticas serias, morales, éticas y patrióticas, que deben ejercerse desde la dirección del Estado y todas sus instituciones, a través de políticas públicas que impacten en el desarrollo nacional. Sólo así podremos cambiar el rumbo del país y evitar que ocurran hechos como los mencionados anteriormente y otros, igualmente lamentables, que también conspiran contra la nación y su estabilidad política. Es la hora del cambio total y definitivo!